Sierra, Del Poggio, Hevia y Puchades: el cuarteto Quiroga. Foto: Josep Molina

Hoy, afortunadamente, se dibuja un panorama bastante risueño para la música de cámara en nuestro país, gracias sobre todo al trabajo de grupos como los cuartetos de cuerda Casals y Quiroga, ambos salidos de las aulas de la Escuela Reina Sofía. Aquél ha cumplido ya sus primeros veinte años y el segundo va camino de hacerlo. Es precisamente el Quiroga el que reclama hoy nuestra atención debido a su nueva actuación en Madrid, este sábado, 9, en el Auditorio Nacional, dentro del ciclo Liceo de Cámara, que cumple veintiún años. Los Quiroga han demostrado ya con creces, en disco y en concierto, sus sobrados méritos, nacidos de una ejemplar conjunción, un equilibrio de voces y una rara impronta tímbrica, penetrante y vigorosa, que puede tornarse, según los casos, en dulce y seductora, tal es la maleabilidad de la que hacen gala sus cuatro y bien compenetrados miembros: Aitor Hevia, Cibrán Sierra (violines), Josep Puchades (viola) y Helena del Poggio (chelo), tan diligentes como bien avenidos. Eso de hacer música juntos les cuadra a la perfección, tal es el grado de compenetración del que dan muestras para cualquier compromiso. Y son muchos los que se les presentan. Han sabido conjugar además los más diversos repertorios, siempre buceando y buscando nuevos retos. Sus descubiertas en la música del siglo XX son reveladoras, desde Bartók a la Escuela de Viena.



En esta nueva actuación proponen un programa de lo más atrayente, que incluye precisamente una obra de Bartók, el Cuarteto n° 2, cuajado de insólitos claroscuros, a la que suman el diáfano y melódico Quinteto para clarinete de Weber y, ojo, un estreno absoluto del húngaro (como Bartók) Peter Eötvös, una de las mentes creadoras más fructíferas del presente, compositor ecléctico y avanzado, poseedor de una paleta sonora de gran riqueza y de un lenguaje de sorprendentes ardores. La nueva partitura lleva por título Joyce y es un encargo del CNDM y de la Sociedad Filarmónica de Badajoz, lugar donde se repetirá este domingo (también el 12 en Barcelona).



Al lado del grupo se situará, para la composición de Weber, el clarinetista alemán Jörg Widmann, un viejo conocido del CNDM, con quien ha colaborado ya en otras ediciones, tanto en su calidad de instrumentista como en la de creador, exhibiendo en ambos casos una competencia fuera de duda.