Manolo Sanlúcar. Foto: Román Ríos / EFE

Manolo Sanlúcar. Foto: Román Ríos / EFE

Escenarios

Muere el guitarrista Manolo Sanlúcar a los 78 años, figura histórica del flamenco

Además de por su exitosa carrera artística, el intérprete destacó también en la divulgación académica del instrumento con un método propio

27 agosto, 2022 16:38

El guitarrista conocido como Manolo Sanlúcar, una figura histórica del flamenco, ha fallecido a los 78 años de edad después de arrastrar un largo y delicado estado de salud. El ayuntamiento de su localidad natal, Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), de donde tomó el nombre artístico, ha comunicado el fallecimiento del intérprete y ha decretado tres días de luto oficial.

Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2015, Premio Nacional de la Música en el 2000, Hijo Predilecto de Sanlúcar y de la Provincia y Premio Pastora Pavón "Niña de los Peines", entre otros muchos e incontables reconocimientos, Manolo Sanlúcar fue un compositor de gran prestigio y un guitarrista de excepción. Su obra obtuvo el reconocimiento internacional y como intérprete ha mostrado su capacidad creadora en los principales escenarios de todo el mundo. Junto con Paco de Lucía, Vicente Amigo y Tomatito, entre otros, fue una de las figuras que más dignificó el arte de la guitarra flamenca desde la última mitad del siglo XX hasta hoy.

"El guitarrista ha sido una de las figuras del mundo de la cultura y las artes españolas que más ha contribuido a difundir el nombre de su ciudad natal por todo el mundo", rezaba el comunicado del consistorio municipal. "Siempre he luchado llevando por delante la palabra de mi pueblo, de tal manera que soy un hombre que renunció a su apellido para coger el de Sanlúcar", dijo el propio Sanlúcar en el pasado mes de mayo, durante la inauguración del Auditorio que lleva su nombre.

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Además de su exitosa carrera artística, el guitarrista destacó también en el ámbito académico. A lo largo de su vida, representó la seriedad y la intelectualidad en el mundo del flamenco. "El flamenco se ve siempre como un divertimento y yo, después de muchos años tratando esta cultura, le doy un punto de vista escolástico", dijo en El Cultural hace diez años, cuando le entrevistamos con motivo de las actividades enmarcadas en el Festival de Guitarra de Córdoba. Se disponía a impartir el curso Naturaleza y forma de la guitarra flamenca, a través de un sistema de aprendizaje que él mismo desarrolló hace 12 años.

Muchos flamencólogos coinciden en que fue Sanlúcar el que trajo el análisis y la observación a la guitarra, técnicas empleadas a través de un método riguroso que contempla la parte artística y la metodología guitarrística. Dedicó quince años de su vida a construir su “enciclopedia audiovisual del flamenco”. En 2013 abandonó los escenarios y estuvo siete años sin tocar la guitarra ni siquiera en privado. Artistas de la talla de Miguel Poveda, Marina Heredia o Carmen Linares, entre tantos otros, se sometieron al método Sanlúcar.

Artista de raíces y de alas

El músico es consciente de su aportación y agradece que hoy los flamencos reciban estímulos de todos los rincones del mundo. El propio artista se consideró siempre "un artista de raíces y de alas". Así, en mayo de este mismo año declaró también:  "Yo quisiera ser para ustedes un mensajero. Mi guitarra está al servicio de mi pueblo y allá donde mi pueblo esté, estaré yo". 

El anuncio de su retirada en 2013 tuvo lugar al finalizar su actuación en el Festival Internacional de Música y Danza de la Cueva de Nerja, cuyo ciclo de conciertos cerró una de las jornadas con su obra Medea, una de sus piezas más exitosas junto a las de la película Sevillanas, de Carlos Saura. En esta ocasión la interpretó junto a la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga. Visiblemente emocionado tras una actuación que levantó al público de sus asientos, Sanlúcar dio a conocer por sorpresa su decisión a los asistentes al concierto, de los que se despidió interpretando su obra Canción de Andalucía.

"Este supone el mejor concierto de toda mi vida", subrayó sobre las tablas el artista antes de anunciar que "dejo la guitarra a partir de hoy" y puntualizar que "he estado esperando para despedirme con un público andaluz y hoy lo hago". El guitarrista confesó sentirse "muy agradecido" con el público que lo recibió en el que fue su último concierto y aseguró que, por ello, quería compartir con los asistentes "de un modo muy especial" su trabajo. Además, subrayó que "en ningún lugar del mundo siento más presión a la hora de tocar que en Andalucía" y pidió "seguir buscando todo aquello que la música transmite".

Nació el 21 de noviembre de 1943 en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), aprendió a tocar la guitarra con siete años junto a su padre y Javier Molina, y desde los 13 años acompañó a cantaores de todos los estilos. La Niña de los Peines fue su madrina artística, mientras que otras grandes figuras del flamenco como Pepe Pinto y Pepe Marchena también lo protegieron. Más tarde, participó en la compañía de Manolo el Malagueño, donde conoció a La Paquera de Jerez, de quien fue pareja artística durante unos años. Muchas fueron las actuaciones a lo largo de todo el circuito nacional.

Incursión política

En 1968 grabó su primer álbum, Recital Flamenco, y en 1972 debutó como intérprete en el Ateneo de Madrid. La grabación de la trilogía Mundo y Forma de la Guitarra Flamenca pertenece también a aquellos años, los mismos en que fundó el Partido Socialista Popular de Sanlúcar, que más tarde se unió al PSOE. Poco después abandonaría la política y se dedicó de nuevo de lleno a la música.

Cuenta con más de veinte discos publicados. Con Rocío Jurado y Juan Peña El Lebrijano grabó la primera ópera andaluza, Evangelio gitano, compuesta por él mismo. La interpretó, dirigió y produjo en 1981. En 1988 compuso Tauromagia, una pieza que fusionaba el flamenco y la fiesta nacional dedicada a diez figuras relacionadas con el mundo de los toros.

Éxito internacional

Uno de sus grandes hitos en el extranjero es la actuación en el Teatro Carnegie Hall de Nueva York en 1990. Dos años después estrenó en Japón la obra sinfónica Aljibe, que tuvo una excelente acogida. Además, participó en el II Festival Internacional de Flamenco de París en 2006. En 2008 interpretó, junto a la Orquesta Sinfónica de Córdoba, La voz del color en el Auditorio Nacional de Música, obra en la que homenajeaba con percusiones y coros la obra pictórica de Ressendi, pintor sevillano.

Aparte de la mencionada Medea, producida para el Ballet Nacional, el considerado como uno de los artífices del nuevo arte flamenco, entre sus principales composiciones también figura Locura de briso y trino (1998), en honor al poeta García Lorca. Siguiendo con el poeta andaluz, también tuvo especial relevancia la adaptación a su cargo de Mariana Pineda (2003), obra que compuso para la bailaora Sara Baras y con la que esta cosechó un gran éxito. Una década antes había compuesto la música del poema de Alberti "La Gallarda" (1992).

Por su parte, Música para ocho monumentos, una obra sinfónica que le encargó la Junta de Andalucía en 1991, le llevó nada menos que dieciocho años de trabajo. El guitarrista cedía el protagonismo a la orquesta. Grabó el Himno de Andalucía y en 1990 recibió la Medalla de esta comunidad autónoma. Desde 1997 era miembro de la Real Academia Provincial de Bellas Artes de Cádiz.

En noviembre de 2019 se publicó el documental Manolo Sanlúcar: el legado, dirigido por Juanma Suárez. Tuvo ocho candidaturas a los Goya 2020 y fue premiado con el Imaginera 2019 por el Centro de Estudios Andaluces en el marco del Festival de Cine de Sevilla. Sanlúcar asistió emocionado a su estreno.