En los montes de Hungría vive un monstruo. Un hidalgo, Lauro, le da caza y descubre que el monstruo es la bella reina Teodosia, primera esposa del rey Primislao. Entonces le cuenta que ha sido víctima de las intrigas de su hermana Faustina, condenada a morir entre las fieras pero que logró sobrevivir escondida en una cueva. Mientras, Faustina ha usurpado su trono y está a punto de tener un heredero…
Este es el punto de partida argumental de El animal de Hungría, un texto de Lope de Vega nunca antes representado que Ernesto Arias, EscénaTe (a través de Santiago Pérez) y el Colectivo Állatok llevan al Festival Iberoamericano del Siglo de Oro Clásicos en Alcalá los días 12 y 13 (para luego girar por el Festival de Teatro de Peñíscola, 20 de julio, y el de Almagro, 23 y 24). De enorme calidad poética y delicado sentido del humor, el montaje, que cuenta con el apoyo de la Comunidad de Madrid, la RESAD, el teatro de La Abadía y el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, además de su carácter inédito ha sido dotado, según Arias, con una puesta en escena dinámica y divertida: “Queremos que resulte inquietante y cautivadora a la vez para tratar de entusiasmar a un público deseoso de un futuro esperanzador. Y para ello, curiosamente, lo hacemos desde el pasado, desde el verso, desde el siglo XVI, desde Lope”.
"Lope ni critica, ni defiende, ni alecciona, ni aconseja, ni señala, ni recomienda, ni es portavoz de injusticias. Presenta las historias de forma objetiva y directa". Ernesto Arias
La edición más antigua de la que se tiene conocimiento de El animal de Hungría, según Arias, data de 1617: "Apenas existen estudios sobre esta obra y, que yo sepa, no existe una edición crítica. Es sorprendente que no haya despertado el interés que merce su enorme calidad y creo que debería estar entre el canon de los títulos emblemáticos de Lope junto al Castigo sin venganza, El perro del hortelano, El caballero de Olmedo, La dama boba y Fuenteovejuna, entre otras". Cuenta el director que hubo cierta atención hacia este texto en 1935, durante la conmemoración del Tricentenario de la muerte de Lope donde, al parecer, Margarita Xirgu tuvo intención de subirla a un escenario, pero al final no se llevó a cabo. "José Fernández-Montesinos, crítico literario de la Generación del 27, animó a su divulgación y describió una escena del Acto II como de las más bellas del teatro español".
Protagonizada por Inés González, Antonio Prieto, Gonzalo Lasso, Jorge de la Cruz, Laura Ferrer, Natalia Llorente, Nora Hernández y Óscar Fervan, la intriga de El animal de Hungría se resuelve con el descubrimiento de la identidad de los protagonistas, que terminan recuperando el honor perdido. “Presentar hoy una puesta en escena así -señala el director a El Cultural- ofrece muchos atractivos. Al ser la primera vez que se realizaba no quería que el texto sufriera muchas alteraciones. Me di cuenta que tal y como estaba construida y estructurada permitía un juego escénico donde cada intérprete podía asumir varios personajes sin realizar demasiados cambios. Trabajando con Brenda Escobedo para realizar una dramaturgia que potenciara esa dinámica pensé que no era sería extraño que se representara así en la época de Lope. Al final, menos la actriz que encarna a Teodosia, todos asumen tres o cuatro personajes”.
Para el también actor (integra el reparto de Antonio y Cleopatra que abrirá Almagro y que luego viajará a Mérida), el mayor encanto del texto es su “fantástica” historia llena de humor, conspiraciones, traiciones, violencia y poesía, centrada en el mito del salvaje como el Segismundo de Calderón. “Situada en Hungría, posiblemente para alejar la acción de la realidad de los espectadores de la época y así evitar suspicacias, Lope confronta naturaleza y civilización, corazón y razón, los impulsos instintivos del comportamiento humano y la conducta obligada por la norma social. El equipo reúne los valores que queremos ver en un escenario: honestidad, sacrificio, entusiasmo y dedicación. Nos sentimos comprometidos con este proyecto porque estos jóvenes nos recuerdan lo que hemos sido nosotros mismos y cuál fue la razón por la que elegimos esta profesión”.
En este verano postconfinamiento "ruge" la energía teatral de Lope, convirtiéndose en una de las figuras más cotizadas. Sus obras se pasean por los festivales, ya sea para declamar sus versos literalmente o para recrearlos en relatos que resumen su espíritu. Arias destaca la sabiduría de su lenguaje y su capacidad para el entretenimiento: "Ni critica, ni defiende, ni alecciona, ni aconseja, ni señala, ni recomienda, ni es portavoz de injusticias. En sus obras plantea las incongruencias, los desacordes que pueden existir entre la condición humana y las normas sociales. Presenta las historias de forma objetiva y directa. En seis versos puede criticar algo para luego defenderlo. Esa imparcialidad es un elemento esencial que lo protege de la tentación de manipular o dirigir su opinión. Y si algo no debe ser el teatro es manipulador".