Fundada en 1992, más de dos décadas de historias de la escena contemporánea española tejen hoy una Red de Teatros Alternativos consistente en torno a 43 salas y teatros de pequeño y mediano formato. Por sus escenarios, de hecho, han pasado directores de renombre como Rodrigo García y Angélica Liddell en sus inicios y sus tablas han dado cobijo a compañías como Agrupación Sr. Serrano, Conde de Torrefiel o La tristura. Teatros de barrio o espacios especializados, algunos, los más veteranos como la Cuarta Pared en Madrid o La Fundición de Bilbao, mucho más de autor, y otros, los últimos en llegar, aún más por definir. Todos con el objetivo común de aportar, en su diversidad, “un lugar sólido al ecosistema de las artes escénicas”, explica su presidente Jacobo Pallarés. Un hogar para creadores y actores pero también para “compañías jóvenes y no tan jóvenes, para las emergentes y para las que están emergiendo toda la vida”.
Con una situación de precariedad “a veces desbordante”, admite su presidente, aunque soplen “nuevos vientos que parecen que llevan a lugares más ricos, productivos, beneficiosos y sensibles” , hoy se reúnen en Santander con la esperanza de que este no sea más que un año bisagra. El tiempo, al menos, parece soplar a favor en este enclave que se ha convertido en el escenario de varias actividades relacionadas con la escena de danza y teatro contemporáneos y alternativos en los últimos días: los Encuentros de Creación, iniciados el pasado 10 de noviembre, y el XXV Congreso Anual de la Red que arranca hoy en el Palacio de la Magdalena. Ambos posibles gracias al apoyo del Programa para la Internacionalización de la Cultura Española (PICE), de Acción Cultural Española (AC/E) en la modalidad de visitantes, así como al Ayuntamiento de Santander, el Palacio de la Magdalena, el Ministerio de Cultura y Deporte, el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) y la Fundación SGAE.
De Europa a Iberoamérica
A lo largo de estas jornadas un total de 43 salas de catorce comunidades autonómicas le tomarán el pulso a la situación escénica actual. Telón de cierre del ciclo conmemorativo que se inició el pasado mes de noviembre por sus veinticinco años, este evento será, además, el marco perfecto para presentar la nueva Red europea de teatro independiente que la institución española ha fundado junto a otros once países con el objetivo de afianzar las redes “entre naciones que puedan enseñar otras formas de entender las artes escénicas y compartir conocimiento y creatividad”, analiza Pallarés.
Por cercanía, Europa se ha convertido en el primer puente pero no en el único. “Con Iberoamérica la relación viene de lejos”, cuenta su presidente sobre la reciente visita que, gracias a las ayudas de AC/E, reunirá además en este Congreso a los representantes de Argentina, Chile y México en Santander para tratar de afianzar una colaboración futura con estos países. “Por primera vez cuatro redes de teatro, de cuatro países de habla hispana, se reúnen para buscar formas de interacción, de colaboración, ejes de vinculación”, interviene Samuel Sosa, socio fundador de la Red de Espacios Culturales Independientes Organizados de la Ciudad de México. Él es, junto a Julieta Alfonso, en representación de la Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI) y Verónica Tapia, presidenta de la Red de Teatros de Chile, los tres visitantes que participarán en estas jornadas.
Y tal vez porque la edad es un grado, a nuestro país le avalan sus décadas de experiencia. “España es un referente como Red, puesto que lleva mucho más camino recorrido que nosotros” , cuenta Tapia. Los tres visitantes coinciden en este punto. Uno de sus secretos, comenta Palláres, es la diversidad y el respeto por las distintas formas de entender las artes. Dirigido a todos los públicos, tanto el familiar como el adolescente y el adulto, y a pesar de ese eterno ir y venir de las salas que abren y cierran continuamente, bien por cuestiones económicas, bien por final de ciclo de vida de las personas que las dirigen, la red española pasa ahora por un periodo de crecimiento que suma ya más de cuarenta teatros.
Pero para crecer hay que mirar mucho más lejos. “Sabemos que la circulación es compleja de realizar -advierte Verónica Tapia-, más aún si el esfuerzo es de un grupo pequeño, pero también hemos constatado la importancia del intercambio artístico y cómo nutre la escena nacional”. Así lo entienden los tres visitantes iberoamericanos que ven, en su unión con España, un vínculo que va mucho más allá del lenguaje. “Es fundamental que este primer encuentro siente las bases para una continuidad”, afirma Julieta Alfonso. Ella es de la opinión de que “España siempre tuvo un papel importante en la posibilidad de conectar a actores culturales de toda Iberoamérica”.
“El sueño es ese, una red de redes -subraya Sosa-. Si sumamos todos los teatros que estarán representados en España, con todos sus espectáculos y con todo su público potencial, estamos hablando de cifras muy grandes, importantes, que pueden volver viable y constante lo que hoy es un esfuerzo descomunal y una excepción: exportar e importar contenido escénico”.
Un camino de ida y vuelta, en palabras del presidente de la red española para el que es necesario disponer de recursos. Es ahí, donde programas como el PICE hacen posible estas colaboraciones. Sin este apoyo económico, al menos, “sería más difícil pensarnos más allá de nuestras fronteras” , incide la presidenta de ARTEI.
Encuentros de vanguardia
De fondo, el arte escénico toma cuerpo en los Encuentros de Creación que, desde el pasado 10 de noviembre, han reunido en torno al Palacio de la Magdalena a un total de 13 artistas alrededor de cuatro proyectos. Aquí “la diversidad desaparece, se diluye y va un poco más hacia un trabajo de experimentación y de definición” , reflexiona Jacobo Pallarés. Teatro, danza, performance, son los ingredientes sobre los que trabajan estos artistas, que buscan encontrar nuevas herramientas de trabajo y hablar desde otro lugar que no sea el clásico, el texto, la acción o la imagen. Todo fluye en estas jornadas, también el contexto, en la que sus participantes, de entre 25 y 50 años, han podido disfrutar del buen tiempo y sacar sus ensayos hasta la playa.
“Lo que estamos potenciando ahora con ellos es distanciar la creación del mercado, y dejar que resida, que procese, encontrar herramientas, trayectorias, libertad creativa”, comenta el presidente de la Red. Es el lado más vanguardista de esta alternativa a los teatros convencionales, donde la experimentación y la innovación buscan nuevos lenguajes escénicos.