Emilio Gavira y David Luque protagonizan Enigma Pessoa. Foto: CYC
Un espectáculo concebido para dos actores, una muñeca y cuatro maniquíes. Así se presenta Enigma Pessoa, el montaje que Pabo Viar llevará a La Abadía a partir del 8 de noviembre para indagar en la misteriosa figura del autor del Libro del desasosiego a partir de sus textos y de imágenes de las vanguardias de su tiempo.
"La pieza no pretende abarcar los confines insondables de su creación poética ni seguir su infinito juego literario y se concentra en su idiosincrasia, en su soledad, en su angustia... -asegura el director-. Lo que veremos es el resultado de la creatividad de todo el equipo artístico y de una pareja excepcional de actores sin cuyo talento y esfuerzo nada hubiera sido posible". El autor de obras como Odas de Ricardo Reis o El banquero anarquista imprimió carácter dramático a buena parte de sus escritos, por eso para Viar no ha resultado difícil adaptar a las tablas algunas de sus creaciones: "Su obra es en sí misma dramática. Toda ella está teñida de un sentido trágico de la vida. Su conocida Nota autobiográfica y algunas de sus cartas personales son el hilo conductor del que surgen las distintas escenas y situaciones siguiendo un estricto orden cronológico, desde su infancia hasta sus últimos días".
Tanto su poesía como su prosa están impregnadas de sus experiencias existenciales, de modo que en cualquier texto, y en cualquier formato, el equipo de Enigma Pessoa ha encontrado material de primera mano para el montaje.
Juego de espejos y máscaras
"El escritor se explica a sí mismo de todas las maneras, a través de todas las voces y empleando todos los mecanismos literarios. Tras seducirnos con ese juego de espejos y máscaras, verdaderas y falsas, siempre logra escapar conservando intactos su encanto, su gracia y su enigma". El origen de su multiplicidad, las profundas causas de su angustia, su renuncia a la vida y su apuesta por la literatura, elcontraste entre la mediocridad de su profesión y el fulgor de su obra, su obsesiva identificación con Lisboa, su interés por el esoterismo y las ciencias ocultas... Estas son algunas de las facetas de Pessoa que han cautivado a Pablo Viar y que construyen el misterio que pretenden desentrañar con esta obra. "Todos los seres humanos encierran un misterio. Pessoa tuvo el enorme valor de no rehuir el suyo", afirma. Pero si todo el legado del escritor pasa de una u otra forma por la obra que se verá en La Abadía, será la voz poética de Alberto Caeiro (uno de sus heterónimos) la que prevalezca en la dramaturgia de Viar. "La ‘aparición' de Caeiro como síntoma y detonante, como figura paternal y maestro, como consejero y amigo, acompaña en todo momento el desarrollo de la acción".La obra de Pessoa es en sí misma dramática. Está teñida de un sentido trágico de la vida". Pablo Viar
Uno de los centros materiales de la obra (también conceptuales) es el baúl que Pessoa dejó para la posteridad con cientos de sus escritos. "Si su contenido se hubiera perdido para siempre probablemente Pessoa no sería hoy quien es ni ocuparía el lugar que ocupa en la historia universal de la literatura -dice el director-. El baúl contenía todo su universo. El escritor sólo vio publicadas varias colecciones de poemas en inglés y en portugués el poema narrativo Mensagem". Viar también ha rastreado la conexión del escritor con el mundo de la escena. No en vano, precisa, nació frente a un teatro, el San Carlos de Lisboa, y compuso piezas de teatro estático: "Su padre era crítico musical y la esencia de su obra literaria, su Drama en gente, rebosa teatralidad. Su infatigable creación de personajes e identidades le acercan a Shakespeare o a Pirandello".
Otro pilar del Enigma Pessoa ha sido el Libro del desasosiego, un texto que según Viar -que prepara una Madama Butterfly para el Villamarta de Jerez y El Caserío de Guridi para el Teatro de la Zarzuela- Pessoa escribió en dos etapas de su vida a través de Bernardo Soares, otro de sus conocidos heterónimos: "Nos habla, entre otras cosas, de su trabajo en las oficinas comerciales y de sus idas y venidas por las calles y ambientes de Lisboa. El poeta nunca conoció en vida la publicación de esta obra".
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