Billy Elliot es uno de los musicales de la temporada
De los grandes montajes como El Rey León o Billy Elliot a los más pequeños como Canela pasando por formatos intermedios como La llamada o Casi normales. El musical aumenta su demanda durante estas fechas, confirmando así su buena salud.
También procedente de éxitos del cine "reina" La Familia Addams en el Calderón. Recién llegado del Barts de Barcelona, y tras su paso por Canarias y Bilbao, puede verse en la Latina de Madrid Casi normales, "el musical que revolucionó Broadway" protagonizado por Nina, una actriz prácticamente especializada en este tipo de formatos. Un título familiar en la capital, en el Teatro Lara, es La llamada, el bombazo de los "javis" (Ambrossi y Calvo) que lleva ya 11 Premios Broadway World y que este año han estrenado en versión cinematográfica.
Lejos queda ya la década de los cincuenta, en la que desembarcaron en España los primeros musicales de pequeño y mediano formato. Después llegaron los 70 y 80, período de consolidación con producciones como Jesucristo Superstar o Evita, que llevaban el apellido de "óperas rock". No tardarían en llegar Los miserables, Cats, Sister Act, El hombre de La Mancha, My Fair Lady... "Seguimos detectando un interés creciente del público por este género", señala a El Cultural Fernando Olives, director de Producción de Stage Entertainment, marca responsable de un gran número de musicales y que en estos momentos tiene en cartelera, entre otros, El Rey León y El Guardaespaldas. "Conectar con el teatro musical es una cuestión de gusto, por lo que no se pueden hacer afirmaciones muy categóricas sobre si existe un público especial. Lo que está claro es que el número de aficionados crece", añade Olives, que destaca a El Rey León, con seis años en cartel ya, como una máquina de crear públicos para el musical: "Muchos de sus más de tres millones de espectadores jamás habían acudido a un musical. De repente descubren que les gusta y buscan títulos nuevos".
El Rey León
La química del gran musical viene dada por un buen texto, una historia bien contada y unos personajes con recorrido. Parece sencillo, pero para que emocione y se mantenga en cartelera es necesario que la fórmula funcione como un reloj. Así lo hace Billy Elliot, de SOM Produce, que acaba de llegar a Madrid. Pablo Bravo, Natalia Millán, Carlos Hipólito y Adrián Lastra integran el monumental reparto de este proyecto con música de Elton John, libreto de Lee Hall y dirección original de Stephen Daldry, responsable a su vez de la versión cinematográfica."Para que un musical alcance calidad teatral es necesario que los actores trabajen de verdad, que no hagan la típica interpretación tan vista en nuestro país en el teatro musical en la que parecen que están haciendo doblaje", señala David Serrano, responsable de la versión española y director también de musicales como Hoy no me puedo levantar, Enamorados anónimos y Más de cien mentiras.
La llamada
Otra muestra de la salud del musical es su triunfo en circuitos más íntimos. Es el caso de Invisible, que se ha estrenado este año, de la mano de Silvia Navarro y Ernest Fuster, en el Eixample Teatre de Barcelona. También salas como la madrileña Tribueñe incluyen en su programación espectáculos musicales como Canela, de Hugo Pérez de la Pica, que puede verse todos los sábados hasta mayo.
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