“No me llames de usted, no me jodas”. Dice José Sacristán (Chinchón, 1937) al periodista, que, inconscientemente, continúa usteando al maestro. Pesan la edad (muy bien llevada), el respeto y la admiración. Estamos en una sala de La Casa de la Radio de Prado del Rey. El espacio se llena con su voz grave (inconfundible) y con sus interjecciones y tacos, que demuestran que no mide el discurso (se agradece). Con casi 80 años, Sacristán no para de trabajar. Acaba de terminar Formentera Lady, ópera prima de Pau Durán, y está inmerso en el rodaje de Tiempos de guerra, serie de Antena 3. Y en septiembre retomará la gira de Muñeca de porcelana, la obra de Mamet. Entretanto, va cosechando premios. Goyas, conchas y ahora el Corral de Comedias de Almagro, que recibe el próximo jueves en el festival manchego.

Pregunta.- Al ‘hombre de la Mancha' le coronan en la Mancha. Cuadra, ¿no?

Respuesta.- Es un premio con un significado especial porque Almagro es un epicentro mundial del teatro. Que a uno le homenajeen en un lugar así le recuerda el compromiso que tiene con su oficio.

P.- ¿Ha actuado alguna vez en el Corral de Comedias?

R.- Sí, hice Casa con dos puertas, mala es de guardar y otro título que dirigió mi amigo Jaime Azpilicueta y que no recuerdo bien, creo que una Malcasada.

P.- ¿Qué sensaciones suscita actuar en un escenario así?

R.- Impone porque en primera fila están sentados Lope, Calderón, Tirso, Shakespeare... Todos estos. Hay que andarse con mucho cuidado.

P.- No paran de darle premios. ¿No le mosquea?

R.- Yo soy el primero que hace la coña de que me los da el Imserso y que ahora en lugar de pedirme el currículum de mis actuaciones, lo que me piden son análisis clínicos y radiografías para ver cómo tengo los triglicéridos, los leucocitos, los leucocenimos... Saben que me quedan cuatro días. Yo aprendí de mi maestro y amigo Fernán Gómez que la mayor demostración del éxito en este oficio es la continuidad.

P.- Pues usted no ha parado en las últimas seis décadas.

R.- Sí, cuando no ha habido películas, ha habido teatro, musicales, zarzuelas...

"Yo, que cumplo 80 este año, no puedo encarnar ya al españolito medio"

P.- Ha tomado nuevo impulso gracias al interés que ha despertado en una nueva generación de directores: Vermut, Rebollo, Maíllo... ¿Qué cree que les ha atraído de usted?

R.- No veo diferencia entre la relación que tengo con estos directores y la que tenía con otros anteriores. Suena el teléfono, me ofrecen un personaje, lo acepto y punto. Me llaman porque piensan que voy a hacer bien el papel. No hay más.

P.- Ellos le han desencasillado de un perfil al que su carrera estaba muy asociada: el del españolito medio.

R.- Bueno, tiene lógica porque yo, que cumplo 80 este año, no puedo encarnar ya al españolito medio. Los españolitos medios tienen la edad que yo tenía cuando hice películas como Asignatura pendiente. Pero, ojo, que al tiempo que hacía eso también hacía Flor de otoño o El diputado o Parranda o Epílogo, que no tenían nada que ver con ese arquetipo.

P.- ¿Cuál cree que ha sido su trabajo más pleno e inspirado? ¿El de El viaje a ninguna parte? Fernán Gómez siempre decía que lo clavó.

R.- Sí, ese es uno de ellos. Diría también Epílogo, La colmena, Un lugar en el mundo, Flor de otoño... Pero es injusto enumerarlos porque si hago memoria siempre aparecerá alguno más. Desde La familia y uno más, que fue mi primera película, o desde El cenador, donde hice mi meritoriaje en el Infanta Isabel de Madrid, asumo todos y cada uno de mis personajes.

"Lo que tenía que aprender de las grandes figuras ya lo he aprendido, porque están muertos o no trabajan"

P.- Dice que aprende mucho más de los actores jóvenes que de los grandes.

R.- Es que lo que tenía que aprender de las grandes figuras ya lo he aprendido, porque están muertos o no trabajan. Lo que me queda por aprender sólo puede venir de los jóvenes.

P.- Cuando dice ‘grandes figuras', ¿en quiénes piensa?

R.- Pienso en la gente que tuve cerca, no en las estrellas de Hollywood. Todos ellos resumidos, ordenados y congelados en la figura de Fernán Gómez.

P.- ¿Qué tiene esta nueva generación de actores que no tuviera la suya?

R.- Como virtud: se han sacudido de la escayola de la declamación, los engolados y los aspavientos. Y como defecto: confundir el realismo con el falso naturalismo: se dejan los dientes en una forma de interpretar que en ocasiones ni se oye ni se entiende lo que dicen.

P.- La tele ha hecho mucho daño, ¿no?

R.- Sí, porque trabaja con unos plazos tan cortos que es imposible asimilar ciertas disciplinas técnicas. Y te encuentras de la noche a la mañana con muchachos que se hacen cargo de protagonistas y que son meras imágenes. Pero hay mucha gente que lo hace del copón, conste.

P.- ¿Qué le diría a un adolescente que ha decidido ser actor?

R.-No me gusta dar consejos. Únicamente que sopese bien si eso es lo que quiere. Que no se deje engañar por el espejismo de la tele: una cosa es ser actor y otra ser famoso. Si no lo tiene claro, mejor que lo deje porque este es un camino jodido de transitar si falta la vocación.

P.- Creo que no le entusiasma ir al teatro últimamente.

R.- Entusiasmar no es la palabra. Soy muy selectivo. El teatro exige un desplazamiento y yo estoy muy a gusto en mi casa de Peralejo, más a mi edad, y siempre voy justo de tiempo.

"A los jóvenes que empiezan les diría que no se dejen engañar por el espejismo de la tele"

P.- Donde no le vamos a ver es en Matadero: usted firmó el manifiesto que cuestiona su nueva línea de programación.

R.- Lo de querer quitar el nombre de Max Aub, primero, me pareció de crujir. ¡Desde la izquierda! Ahora resulta que Chéjov es una antigualla. ¡Hombre, no jodamos! Eso es papanatismo, provincianismo cultural. Nadie niega que esos nuevos lenguajes deben estar, pero que convivan con los otros.

P.- Después de más de 60 años actuando, ¿tiene alguna ‘asignatura pendiente'?

R.- La verdad es que no tengo particular fijación por personajes concretos. La base fundamental de esto es el juego: jugar a que se crean que soy quien no soy me sigue fascinando, así que, mientras pueda, ahí estaré. Y además tengo la suerte de elegir. No tengo que aceptar lo que sea para pagar el recibo de la luz.

P.- El American Film Institute le ha situado entre los 20 mejores actores del mundo. Cualquier día le llaman de Hoollywood...

R.- Eso ya está demostrado cómo fue: uno de Chinchón se coló en el comité y puso mi nombre pero ya lo han detenido. No, yo sería imbécil si me lo creyera a esta alturas.

@albertoojeda77