Titirimundi o la metáfora de las emociones
Montaje Poli dégaine, de la compañía La Pendue
El 11 de mayo comienza la 30ª edición del Festival Internacional de Teatro de Títeres Titirimundi de Segovia. Este año, con más obras, en más ciudades, para más espectadores.
Segovia, como cada año, será la capital de las marionetas desde el 11 al 16 de mayo. Pero la magia del títere es contagiosa y también en ciudades de Castilla y León, la Comunidad de Madrid y Extremadura se podrá disfrutar de obras y actividades del festival. Habrá más de 3oo sesiones (de las cuales 283 son en Segovia capital) y participarán 31 compañías procedentes de 16 países diferentes.
Uno de esos países es Rusia, "con la que este año hemos empezado una colaboración especial que esperamos sea permanente, puesto que este país ha sabido cultivar y promover las artes de la marioneta como ningún otro. Solo países del bloque socialista, como Bulgaria, o la República Checa, y alguno más, se pueden equiparar, proporcionalmente, a Rusia", nos cuenta Julio. De allí, podremos disfrutar del montaje-taller, Creando el mundo de The House of Funny Bell, y La Enciclopedia de los dragones de Teatro TEHd. También desde Taiwán viajarán las marionetas de la compañía Chin Fei Feng.
Los espectáculos no son solo de interior, sino que deben salir a la calle aunque eso sea una de las dificultades con las que se enfrenta el director: "A pesar de ciertas apariencias, no hay mucha tradición callejera, y menos aún en España, lo que convierte mi empeño en una auténtica expedición a lo desconocido. Festivales como este y algunos otros trabajamos para incentivar, potenciar y recuperar la creación de las artes de la calle". Al aire libre se podrá ver, por ejemplo, a El Gran Carlini, la primera marioneta de hilos que hace magia, de la mano de Justo Thaus; a la compañía Pelele Marionettes; El Retablo y Pablo Vergne sumergirán al espectador en una divertida versión de Don Quijote; entre otros.
Compañía Os Bonecos de Santo Aleixo
Habrá compañías, como Bêtes de foire o Sofie Krog Teater, que se adentren en el mundo del circo bajo una cúpula de 11 metros de diámetro instalada en la Plaza de toros de San Lorenzo de El Escorial.Un símbolo inseparable del festival es el Carrusel D´Andrea, un tiovivo inspirado en el universo de Julio Verne situado en la parte de la ciudad en la que el acueducto alcanza su punto más alto.
El festival organiza espectáculos dirigidos a todos los públicos, pero también especializados en adultos y en niños de apenas 3 años. Para éstos, los argentinos de Teatro de Ilusiones Animadas les mostrará el lenguaje tradicional de títeres de guante latinoamericano; la compañía checa Teatro Ko?mo, a través de miniaturas de madera, escuchará el punto de vista del lobo sobre Caperucita Roja; Los Duendes contarán historias y Eugenia Manzanera y el músico Iovis Fernández cantarán canciones de cuna y retahílas.
La sección Titiricole da la oportunidad de que los niños sean los protagonistas. Éstos representarán 12 obras creadas por ellos mismos delante de un público formado, entre otras personas, por los artistas profesionales que participan en el festival. Otra actividad paralela son los talleres de construcción de títeres para todas las edades.
Julio Michel destaca una serie de eventos imprescindibles: la exposición El juego y los títeres de los Titiriteros de Binéfar que se podrá ver en La Alhóndiga; la nueva sección del festival sobre obras populares de la Península Ibérica que inaugura la compañía portuguesa Os Bonecos de Santo Aleixo; los espectáculos de la compañía La Pendue; y las tres piezas breves que dan la bienvenida al festival y que simbolizan la evolución del teatro de títeres durante estos últimos 30 años, Sand Animation, de Ferenc Cakó, Entre diluvios, de la compañía salmantina La Chana y Poemas visuales, de Jordi Bertran.
Esto es solo un esbozo del programa de esta 30ª edición y de todo el esfuerzo que conlleva organizar y, sobretodo, mantener año tras año el arte de los títeres, una práctica, nos cuenta el director del festival, "que siempre (al menos en el último siglo) ha interesado poco a los aspirantes a comediantes. Afortunadamente, los títeres siempre han sabido encontrar a personas ausentes de narcisismo, almas de poeta, o quizás tímidas, que han visto en las Artes de la Marioneta su modo de expresión, su recurso teatral".