Muere Rafael Frühbeck de Burgos
La batuta más destacada de los últimos 50 años en nuestro país había anunciado su retirada hacía muy poco tiempo tras desmayarse en el transcurso de un concierto
11 junio, 2014 02:00Frühker de Burgos.
El maestro Rafael Frühbeck de Burgos ha muerto esta mañana en Pamplona a los 80 años, enfermo de cáncer e ingresado en una clínica de esa ciudad desde el pasado 13 de abril. Hace tres meses había anunciado su retirada de los escenarios. Una decisión a la que se vio abocado tras el desmayo que sufrió en el transcurso de un concierto con la Orquesta Nacional de Washington el pasado 14 de marzo. Mantuvo así su promesa de mantenerse sobre el podio hasta que el cuerpo le aguantase.Y la pasión por la música le ha mantenido sobre el podio hasta casi el final. La sentía en lo más profundo: "Jamás he contemplado la idea de una retirada. Si me quitaran la música me marchitaría", señalaba en un entrevista reciente con El Cultural. "Es curioso porque cuanto más veterano parezco más novato me siento. Llevo 50 años dirigiendo Wagner, y resulta que el otro día, durante un ensayo de Los maestros cantores, encontré una nota en la que no había reparado antes. Y es que la vida puede ser maravillosa".
Rafael Frühbeck Frühbeck (Burgos, 15 de septiembre de 1933), más conocido con el nombre artístico de Rafael Frühbeck de Burgos, estudió violín, piano, teoría musical y composición en conservatorios de Bilbao y Madrid. Completó su formación musical en Munich, donde se formó en dirección de orquesta con maestros como Lessing y Eichhorn y en composición con Paul Hindemith y Harald Genzmer.
Su padre era un alemán que, al acabar la I Guerra Mundial, "bastante malherido", vino a España a ocuparse de las dos ópticas que tenía su empresa, una en Castellón y otra en Burgos. "En Castellón lo pasó muy mal y, cuando llegó a Burgos, con 30 centímetros de nieve, pensó, 'aquí me muero', pero, curiosamente, empezó a encontrarse cada vez mejor", explicó sobre sus orígenes en una entrevista.
A lo largo de su carrera, un prodigio de versatilidad y amplitud de miras, dirigió más de un centenar de orquestas en Europa, Japón, Estados Unidos y Canadá. Su talento fue reconocido en estos dos últimos países, donde subió al podio de las filarmónicas de Nueva York, Los Ángeles, Filadelfia y las orquestas sinfónicas de Cincinnati, Boston, Pittsburgh, San Luis, Chicago, Toronto y Montreal. El primer paso importante de su carrera lo dio en 1958 con su nombramiento como director de la Orquesta Sinfónica de Bilbao.
Su labor, desarrollada a ambas orillas del Atlántico, le dio un privilegiada visión para contrastar las ventajas y desventajas de las sinfónicas del viejo continente y las norteamericanas. Los contrastes, a su juicio, cada vez eran menores: "Soy bastante optimista en lo que a la globalización se refiere. Es verdad que los países son cada vez menos idiosincrásicos, pero no es menos cierto que la cultura se ha democratizado una barbaridad. Lo que antes eran privilegios de una élite hoy está en internet al alcance de cualquiera".
Cuatro años después comenzó su larga relación con la Orquesta Nacional de España (ONE), de la que fue director titular desde 1962 a 1978, y su director emérito desde el año 1998. Aunque fue en 1959 cuando se colocó por primera vez al frente de la Nacional. Lugar: Palacio de la Música de Madrid. "Dos días después, como era costumbre en esa época, la sesión se repetía en el Monumental Cinema. El 23 de noviembre de 1962 el director burgalés celebraba su nombramiento como titular de la formación, acaecido una semana antes, con La Atlántida de Falla, completada por Ernesto Halffter", recuerda el crítico Arturo Reverter. Dejaría su cargo, tras dirigir a la formación en 702 conciertos, según la relación de Luis Alonso, en octubre de 1978. Pero volvió al podio de vez en cuando. Y ahora es director emérito.
"No había partitura, por compleja y monumental que fuera, que se le resistiera. Su mando, su seguridad no conocía límites. Así pudimos escuchar durante años interpretaciones sólidas, ajustadas, precisas de obras clave de la historia de la música, como La consagración de la primavera de Stravinski o una excesivamente ampulosa Pasión según San Mateo de Bach. O la imponente Sinfonía de Los Mil de Mahler. O el oratorio de Berlioz La infancia de Cristo", advierte Reverter.
Recorrido internacional
Frühbeck de Burgos alternó en sus inicios su trabajo en España con la dirección titular de la orquesta alemana Dusseldorfer Symphoniker entre 1966 y 1971, así como de la Orquestre Symphonique de Montreal, en Canadá, de 1974 a 1976. Ha sido, además, principal director invitado entre 1980 y 1990 de la National Symphony Orchestra en Washington (Estados Unidos) y de la Nippon Yomiuri Orchestra de Tokio (Japón) desde 1983 a 1990, año en el que la orquesta japonesa le nombró director honorario. En 1991 sustituyó a George Petre como director titular de la Wiener Symphoniker, donde permaneció hasta 1996, y grabó su nombre junto al de genios de la dirección de la talla de Wilhelm Furtwängler, Herbert von Karajan, Josef Krips, Carlo Maria Giulini o Gennadi Roschdestwenski.Se puso al frente de la Deutsche Oper Berlin de 1992 a 1997, de la Berlín Radio Symphony Orchestra entre los años 1994 y 2000, y de la Orchestra Sinfonica Nazionale della RAI de 2001 a 2007, cuando tomó la responsabilidad de dirigir la Dresden Philharmonic Orchestra. Desde 2012 era director titular del Danish National Symphony Orchestra.
Entre sus numerosos premios y distinciones destacan los doctorados honoris causa de las universidades de Navarra (1994), y Burgos (1998); el Premio Jacinto Guerrero (1997), la medalla Silver Badge por el servicio a la República de Austria y la Medalla de oro Gustav Mahler de Viena (ambas en 1996). También se le ha concedido la Medalla de oro al Mérito en el Trabajo (2004), la Medalla de oro de las Bellas Artes (2009) y un año después la Medalla del Palau de la Música de Valencia. En 2010 la prestigiosa revista estadounidense Musical America le nombró Director del año.
Su versión de Carmina Burana realizada en 1965 con la New Philarmonia Orchestra and Chorus, sigue siendo una referencia a pesar del tiempo transcurrido y destaca entre el más de un centenar de grabaciones que realizó a lo largo de su carrera. Gozan también de gran prestigio su trabajo de los oratorios Elías y Paulus de Felix Mendelhson, su Réquiem de Mozart o la obra del compositor español Manuel de Falla, autor del que es considerado uno de sus principales intérpretes a nivel internacional.
Una de sus últimas apariciones de Frühbeck de Burgos sobre el escenario fue a finales del año pasado con motivo de su ochenta cumpleaños y su interpretación en el Auditorio Nacional de Madrid de Carmina Burana. Su aniversario lo celebró intensamente en Madrid, con varios conciertos en el Auditorio Nacional. Esos días afirmaba que "necesitaría otras dos vidas para quedarme satisfecho. Tengo pendientes varias óperas de Wagner, Verdi y Richard Strauss. Por supuesto muchas sinfonías de Haydn, que compuso 104, y también de Mozart. Y, puestos a pedir, me encantaría volver sobre la Marina de Arrieta".
"Era un experto modelador de estructuras sinfónicas, que levantaba con pericia y singular firmeza, aunque en la construcción de las líneas básicas pecara por defecto. Su mirada, dirigida a la totalidad del edificio, solía marginar rasgos no aparentes, sutilezas que también intervienen en los entresijos de la música y que van de la aplicación de una dinámica, de una gradación de intensidades bien aquilatada a la exposición de un fraseo elegante, un legato adecuado o un colorido orquestal depurado", remacha Reverter.