Adios a Stefano Scodanibbio, profeta y poeta del contrabajo
Mauricio Sotelo recuerda al compositor e intérprete fallecido el pasado domingo en la ciudad mexicana de Cuernavaca
10 enero, 2012 01:00Stefano Scodanibbio durante los ensayos para el estreno de "De oscura llama" de Mauricio Sotelo (2008). © Xavi Miró
MAURICIO SOTELO
El gran contrabajista y compositor Stefano Scodanibbio ha fallecido en México, en la ciudad de Cuernavaca, después de padecer una larga y dolorosa esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad que le había apartado desde hace casi dos años de los escenarios. Tuve noticia de su enfermedad de sus propios labios cuando en enero de 2011 le convocaba para los conciertos que junto al pianista Juan Carlos Garvayo, el flautista Roberto Fabbriciani, el cantaor Arcángel y solistas del Ensemble Residencias íbamos a realizar en diversos festivales europeos. Con él habíamos grabado en el año 2009 el CD De oscura llama para el sello Anemos. Ya entonces sufría en silencio enormes dolores al tocar.Habíamos recorrido un larguísimo camino empezando por la Venecia de Luigi Nono y pasando en Granada por la casa de mi amigo Enrique Morente. En efecto a Stefano lo conocí en Venecia, ya que era, junto a Roberto Fabbriciani, la mano derecha de mi maestro Luigi Nono. Un músico prodigioso que hacía sonar el pesado contrabajo con la ligereza de un violín a lo Niccolò Paganini y la delicadeza de los ángeles de Reiner María Rilke. Recuerdo con gran emoción el recital con el que abría el Festival "Suena Toledo" el 30 de abril de 2005 en la enigmática Iglesia de San Román. Nos estremeció con la espeluznante sonoridad y eco de aquella obra de Julio Estrada donde el contrabajo, tumbado como un cadáver sobre una mesa, es prácticamente diseccionado por la meticulosa acción de dos arcos en simultáneo movimiento. Escuchamos allí también su extraordinaria música.
Y es que Scodanibbio era un gran compositor que nos ha legado más de medio centenar de obras maestras. En el último año me he ocupado de ayudar en lo posible a la difusión de su maravillosa música. Estrenamos, junto a Enrique Morente y el cuarteto Arditti de Londres mi Expulsión de la bestia triunfante en el Teatro Central de Sevilla el 12 de marzo de 1996. Todo un escándalo, sobre todo en los círculos del flamenco, en aquellos no tan lejanos años. Stefano hablaba con Morente un perfecto y fluido castellano. Amaba España y adoraba México, donde finalmente, ha ido a morir.
En España había tocado asiduamente, cómo no, en el Ciclo Musicadhoy al que da vida Xavier Güell. Todos los grandes compositores habían escrito para sus prodigiosas manos, entre otros Brian Ferneyhough, Salvatore Sciarrino, Sylvano Busotti, Iannis Xenakis o el propio Luigi Nono. Yo mismo he disfrutado como compositor y director de su interpretación de mi música. Hilda Paredes, compositora mexicana, gran amiga y esposa de Irvine Arditti me da ahora noticia precisa de su muerte "murió en la madrugada del día 8 mientras dormía". Nacido en Macerata un 18 de junio de 1956, nos deja este gran intérprete, compositor, y pieza clave en la música de los últimos 50 años. En nuestro recuerdo siempre, su música, su inigualable sonido, su amor por nuestra cultura y su generosa personalidad.