Un momento del montaje de Paco Mir.
Empieza a ser una sana costumbre la reposición por Navidades de la novela cómico-lírico-dramática Los sobrinos del Capitán Grant, con música de Manuel Fernández Caballero y libreto de Miguel Ramos Carrión. Desde hoy (y hasta el 8 de enero) vuelve al Teatro de la Zarzuela la producción de Paco Mir, que consigue captar el sentido de fábula, la comicidad con toques bufos que se desprende del texto, basado en la novela de Julio Verne, y de las situaciones, promovidas, con un jugoso aire aventurero algo naïf, para encontrar al misterioso Capitán, desaparecido en la Patagonia. La expedición, dirigida por el desternillante subteniente Mochila, las pasa canutas pero alcanza su objetivo.
El reparto de esta ocasión varía poco del que en los últimos años ha defendido la obra. El divertido Mochila vuelve a ser Millán Salcedo, mejor cómico que cantante. Junto a él, María Rey-Joly, Richard Collins-Moore, Xavier Rivera-Vall, Fernando Conde, Maribel Lara y Abel García, entre otros. Buenos elementos para servir tan ricos pentagramas, que serán impulsados desde el foso por los timbres de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, gobernada por la joven, fácil y maleable batuta de José Miguel Pérez Sierra, que en pocos años ha descifrado los secretos de nuestro género lírico y que seguro sabrá marcar esos tan sensuales aires de habanera, de mazurka, de tango; o esa rara danza chilena llamada zamazueca, que prescribe la ágil pluma del compositor.