Hervé Palito se despide de la Compañía Nacional de Danza
Tres coreografías de Margarit, Ekman y Duato ponen fin a la temporada en la Zarzuela
15 junio, 2011 02:00Imagen de la coreografía de Àngel Margarit Órbitas y derivas. Foto: Rafael Vargas.
La Compañía Nacional de Danza (CND) despide su temporada madrileña en el Teatro de La Zarzuela con un nuevo programa formado por tres coreografías de las que dos son estrenos: Órbitas y derivas, de Àngels Margarit, y Flockwork, de Alexander Ekman, que es la primera vez que la baila la Compañía. La tercera pieza, Arcángelo, pertenece a Nacho Duato.Las representaciones en La Zarzuela suponen el adiós del sucesor de Duato, Hervé Palito, al que sustituirá tras el verano José Carlos Martínez. Se presume que con la llegada de la estrella de la Ópera de París la CND emprenderá un rumbo no tan marcado por la danza contemporánea.
Margarit recibió el año pasado el Premio Nacional de Danza, galardón que puso la guinda a sus 25 años de carrera. Órbitas y derivas parte de un trabajo antiguo suyo engarzado con un texto de Octavio Paz sobre el viento, un asunto sobre el que la coreógrafa lleva tiempo indagando. "Me interesa mucho el movimiento que produce, las dinámicas que introduce y que cambian todo", explica.
El encargo de la CND le ha permitido enfrentarse a un trabajo de gran envergadura: "Estoy acostumbrada a trabajar en proyectos más pequeños, con un número menor de personas. También ha supuesto trabajar con unos bailarines acostumbrados a otro tipo de entrenamiento, que trabajan desde unos cuerpos y con unas energías distintas". En vísperas del estreno Margarit está contenta con el resultado: "Me he encontrado con muy buenos bailarines que han sido capaces de adaptarse a un nuevo lenguaje en el que la materia prima es el espacio, el vacío".
Tras ese deambular por el espacio, Margarit continuará explorando nuevos territorios. Su próxima etapa será Barcelona, donde estrenará en el Festival Grec From B to B. La obra es "una nueva experiencia, otra confrontación de lenguajes, aunque de otro tipo". En esta caso con el suizo residente en Bruselas Thomas Hauert con quien no había trabajado antes. "Habíamos coincidido algunas veces, pero nunca habíamos creado nada entre los dos. Por eso es otro desafío, el de ver cómo interactuamos".