La directora de Mediapro Studio Laura Fernández recibe el Forqué por El 47. Foto: EFE/Zipi Aragón

La directora de Mediapro Studio Laura Fernández recibe el Forqué por "El 47". Foto: EFE/Zipi Aragón

Cine

La película 'El 47' y la serie 'Querer' triunfan en los Premios Forqué

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El largometraje El 47, de Marcel Barrena, y la serie Querer, de Alauda Ruiz de Azúa, se han impuesto en la edición número 30 de los Premios Forqué, que organizan los productores españoles.

El filme de Marcel Barrena ha conquistado los galardones a mejor largometraje y a la educación en valores. La película, que transcurre en el año 78, nos narra la historia del movimiento vecinal del suburbio de Barcelona Torré Baró, pero sobre todo la peripecia de Manuel Vital, un conductor de autobuses que se rebela contra el Ayuntamiento para llevar su vehículo hasta el deprimido barrio.

El filme, dirigido con solvencia, destaca por su tono amable y, sobre todo, por la interpretación de un estupendo y carismático Eduard Fernández.

La gran triunfadora en el apartado de las series fue Querer, de Movistar Plus+, que hizo pleno. Se llevó los premios a mejor producción, mejor actor para Pedro Casablanc y mejor actriz para Nagore Aramburu. La serie aborda la historia de Miren, que tras 30 años de matrimonio, abandona el domicilio conyugal y denuncia a su marido por violación continuada.

“La importancia de Querer no puede reducirse únicamente al abordamiento de un tema tan candente como poco tratado por nuestra ficción: la violación conyugal”, escribía en El Cultural el crítico Enric Albero. “Lo que se cuenta es, sí, relevante, pero lo es en virtud de la precisión con que la cámara de Alauda Ruiz de Azúa escruta un entorno claustrofóbico o retrata la evolución de las relaciones y las oscilaciones de autoridad entre padres e hijos”.

Alauda Ruiz de Azúa recoge el premio a la mejor serie. Foto: EFE/Zipi Aragón.

Alauda Ruiz de Azúa recoge el premio a la mejor serie. Foto: EFE/Zipi Aragón.

“Hay que luchar por que acabe la violencia en la familia”, defendía Casablanc en el escenario. “Sabíamos desde que leímos el guion que teníamos algo muy especial entre manos”, explicaba Aramburu, que agradeció a Alauda Ruiz de Azúa por contar con ella para el papel protagonista de Querer. “Dejemos de juzgar a todas las Miren que hay a nuestro alrededor y tratemos de acompañarlas más”.

Por último, Ruiz de Azúa, que ganó el Goya a la mejor dirección novel por Cinco lobitos (2022), dedicó el galardón a las mujeres que sufren la misma situación que su protagonista: “Miren no existe, pero sí muchas mujeres como ellas. Con esta serie hemos descubierto la importancia de poder contarnos, y se lo dedicamos a todas las mujeres que han podido contarse, a todas las que no saben si lo podrán hacer y a todas las personas que las han escuchado”.

En cine, el galardón a mejor actor se lo llevó Eduard Fernández, pero no por El 47. Lo hizo por su magnético trabajo en Marco (Aitor Arregi y Jon Garaño), en el que se transforma, con algo de látex y unos cuantos kilos de más, en Enric Marco, el hombre que falseó su biografía para hacerse pasar por un superviviente de los campos de concentración y convertirse en el carismático presidente de la Asociación Española de Víctimas del Holocausto. El actor dedicó el galardón a las hijas de Marco.

El premio a la mejor actriz en cine fue para Carolina Yuste por La infiltrada, película inspirada en la historia real de Arantxa Berradre, nombre en clave de la policía que se infiltró sin ser descubierta durante ocho años en ETA. La directora Arantxa Echevarría regresa a ese mundo de locos que fue ETA en el filme y lo retrata con talento y cuidado en la puesta en escena. Y con una actriz superlativa como Carolina Yuste, que carga con la película sin que le tiemble el pulso.

Carolina Yuste, con el premio a la mejor actriz por 'La infiltrada'. Foto: EFE/Daniel González

Carolina Yuste, con el premio a la mejor actriz por 'La infiltrada'. Foto: EFE/Daniel González

“Había que ser muy sensibles y tener mucho amor y respeto al tratar este tema”, dijo la actriz. “Como sociedad no podemos permitirnos utilizar a las víctimas para sacar rédito de ningún tipo. Y creo en el valor del cine para acercarnos, repararnos y generar diálogo”.

Medalla de Oro para Garci

Enrique Cerezo, presidente de Egeda, la entidad sin ánimo de lucro para la gestión de derechos de los productores audiovisuales que organiza el evento, fue el encargado de entregar la Medalla de Oro a José Luis Garci, algo más de 40 años después de su Oscar por Volver a empezar (1982), el primero para España como película de habla no inglesa.

Director, productor, guionista y divulgador, con su encomiable dirección del programa Días de Cine, Garci siempre ha sido un verso suelto en la industria, con su cine cargado de melancolía y nostalgia que mira al cine clásico americano.

En su discurso, hizo tres peticiones: que le dieran el Premio Nacional de Cinematografía o la Medalla de Bellas Artes a Enrique Cerezo por su labor como restaurador (“Ha salvado del 10 al 15 % del cine español"), que se premie a los operadores de cámara (“es el primer espectador de la película”) y que bajen el aire acondicionado en los cines. “Y, como decía Bugs Bunny, el único conejo con un Oscar de la historia: esto es todo, amigos”, se despidió Garci.

Enrique Cerezo entregando la Medalla de Oro a Garci. Foto: EFE/Zipi Aragón

Enrique Cerezo entregando la Medalla de Oro a Garci. Foto: EFE/Zipi Aragón

Una temporada de premios incierta

La 30 edición de los Premios Forqué ha vuelto a dar el pistoletazo de salida a una temporada de premios que se presenta incierta, sin claros favoritos, y así va a continuar la cosa tras la gala.

A la espera de las nominaciones de los Goya, que tendrán lugar este miércoles, los galardones de los productores y los de la prensa, los Feroz, habían discrepado notablemente a la hora de elegir las candidatas a mejor película.

Por ejemplo, los Forqué se olvidaron de Almodóvar, a pesar de que La habitación de al lado conquistó el León de Oro de Venecia, y de Casa en llamas, la comedia de Dani de la Torre que cuenta con más nominaciones en los Feroz. Por su parte, la Asociación de Informadores Cinematográficos de España ha ignorado Segundo premio, candidata de nuestra Academia de Cine a los Oscar y ganadora de la Biznaga de Oro en Málaga.

En cualquier caso, los Forqué se presentaban como un duelo entre un cine popular con memoria histórica y un cine de autor de temática musical. En el primer bando, encontrábamos un amable drama de denuncia ambientado en tiempos de la Transición (El 47) y un entretenido thriller sobre la lucha contra ETA (La infiltrada).

En el segundo grupo, el periplo americano del quijotesco rocker Mauricio Aznar (La estrella azul), en el que cabe desde el naturalismo hasta experimentos metacinematográficos, y la oscura poesía visual con la que Isaki Lacuesta retrata la odisea de Los Planetas para grabar su mejor disco (Segundo premio).

Finalmente, se impuso el cine destinado al gran público con el filme de Marcel Barrena, pero curiosamente este no entró entre los nominados de los Feroz y parece complicado que se cuele en los Goya. Los Feroz no han despejado las dudas.

Una gala sin nada destacado

La gala, celebrada en IFEMA y presentada por Elena S. Sánchez, se abrió con un espectáculo musical de andar por casa que rendía homenaje a los rodajes y a la magia del cine.

Hubo un monólogo de Carlos Latre, que demostró su versatilidad vocal para clavar a figuras míticas del cine español, desde José Isbert a Luis Zahera, pero que a estas alturas sorprende poco o nada. Después, llegaría una especie de sketch sobre las penurias que sufren los actores en los casting, una actuación de la pianista María Toledo y la cantante Diana Navarro, que interpretaron Volver, otra con Sole Gimenez de Mareta, MaretaNada demasiado destacado como para justificar casi dos horas de gala para entregar 11 premios.

La cantante Sole Giménez. Foto: EFE/Zipi Aragón

La cantante Sole Giménez. Foto: EFE/Zipi Aragón

Tras el discreto espectáculo de arranque, sin solución de continuidad, llegaba el primer premio, el de mejor cortometraje, para La gran obra, de Álex Lora, que recogió el guionista Lluís Quílez.

A continuación, llegó el turno para la mejor película de animación, que fue para Mariposas negras, de David Baute, un filme inspirado por mujeres reales que propone un viaje desde África, el Caribe y Asia hacia un incierto futuro para la humanidad por el impacto en la naturaleza del cambio climático.

La chilena El lugar de la otra, la primera ficción de la documentalista Maite Alberdi, directora de El agente topo (2020) y La memoria infinita (2023), conquistó el premio a la mejor película latinoamericana. Por su parte, Marisol, llámame Pepa, de Blanca Torres, consiguió el premio a la mejor película de no ficción. Por último, Casa en llamas, de Dani de la Orden, se hizo con el premio del público.