A principios de diciembre llegaba a Netflix Dejar el mundo atrás, un filme apocalíptico de Sam Esmail, creador de la serie Mr. Robot, que rápidamente se convirtió en la producción más vista de la plataforma, con 41,7 millones de visionados en todo el mundo en apenas una semana.
El principal reclamo de la película, más allá de su premisa, era su potente reparto, encabezado por Julia Roberts, Ethan Hawke y Mahershala Ali, pero lo que más sorprendía de los títulos de créditos era ver el nombre de Michelle y Barack Obama como productores ejecutivos. Sin embargo, el ex presidente de los EE.UU. y su mujer llevan ya varios años en la industria del entretenimiento con su compañía Higher Ground Productions.
Dejar el mundo atrás es un intenso thriller que plantea el colapso del estado estadounidense, visto desde los ojos de una familia de clase media que se encuentra de vacaciones en una lujosa casa de campo. Tiene toques de home invasion, de filme de catástrofes, de terror sobrenatural, de ciencia-ficción, de drama de personajes… Un filme, en definitiva, que no desentonaría en la filmografía de M. Night Shyamalan.
Esmail adapta la novela homónima de Rumaan Alam, entregándose a todo tipo de florituras en el manejo de la cámara y planteando secuencias de enorme tensión a lo Hitchcock, como ese transatlántico que se dirige a la costa a una velocidad sospechosamente elevada. Mientras, dos familias que no se conocen, obligadas a convivir bajo el mismo techo, tratan de entender qué está ocurriendo, teniendo que lidiar con la desconfianza entre unos y otros. Unos inquietantes ciervos, un irritante sonido de alarma y el capítulo final de la serie Friends completan la apuesta.
La crítica ha alabado las interpretaciones de los actores y la efectiva construcción de la intriga de Esmail, que conduce hacía una resolución un tanto confusa y abierta que fomenta la conversación sobre el filme después de su visionado. Quizá sea esto lo que buscaban Barack y Michelle Obama cuando entraron en el proyecto con su productora Higher Ground Productions, cuyo objetivo es fomentar la empatía, la comprensión del mundo y el cambio social.
La participación de Barack Obama ha rebasado lo que se espera de un productor ejecutivo. Le mandó sus propias notas a Esmail sobre el guion, matizando algunas cuestiones en base a su experiencia como presidente de EE.UU. entre 2009 y 2017.
“Él tenía muchas notas sobre los personajes y la empatía que sentiría el espectador por ellos”, ha comentado Esmail. “Tengo que decir que es un gran amante del cine, y no solo estaba dando notas sobre cosas que eran de su campo. Estaba dando notas como fan del libro, y quería ver una película realmente buena”. Obama ya había colocado la novela de Rumaan Alam entre sus lecturas de verano de 2021.
Esto decía Esmail sobre la entrada del expresidente en el proyecto: “Cuando estaba trabajando en la segunda temporada de Mr. Robot, casi me caigo de la silla cuando me enteré que el presidente era un fan de la serie, por eso ha sido como cerrar el círculo. Saber que a él le había gustado el libro, que le encantaba mi trabajo y que era amigo de Julia… Parecía que Michelle y Barack y su compañía Higher Ground estaban predestinados a trabajar en el proyecto, y su trabajo ha sido valiosísimo para sacar adelante la película”.
Inspirar y hacer pensar al público
En mayo de 2018, los Obama lanzaron Higher Ground Productions después de firmar un contrato multianual con Netflix para desarrollar películas y series, con el objetivo de dar un espacio a voces diversas en la industria del entretenimiento.
“Siempre he creído en el poder de la narración audiovisual para inspirar y hacernos pensar de manera diferente acerca del mundo que nos rodea, y para ayudarnos a abrir nuestra mente y corazón a otros”, declaraba entonces Michelle Obama. En junio de 2019, la compañía alcanzaría también un acuerdo con Spotify para crear podcasts exclusivos, como The Michelle Obama Podcast, que arrancó en julio de 2020.
La primera película de High Ground Productions fue el documental American Factory (Steven Bognar y Julia Reicher, 2019), galardonado con el Oscar. La aclamada cinta se adentra en una Ohio postindustrial en la que un multimillonario chino abre una nueva fábrica en una planta abandonada de la General Motors y contrata a dos mil trabajadores estadounidenses. El optimismo y la esperanza de los primeros días sucumben ante las complicaciones que surgen del encontronazo entre una China de alta tecnología y la clase obrera estadounidense. Un documental elegante que se interna en los principales problemas de la economía global y que alerta de lo que está por llegar.
Con Ser padre (2019) arrancaba Higher Ground su producción de ficción. Se trataba de una comedia dramática dirigida por Paul Weitz -American Pie (1999), Un niño grande (2002)- y protagonizado por el cómico afroamericano Kevin Hart que pasó sin pena ni gloria por Netflix. En ella veíamos a un padre que cría a su hija tras sufrir la pérdida de su mujer justo el día después de que ésta diese a luz.
Posteriormente, la compañía colaboró en la producción de Worth (Sara Colangelo), primera película de tema político de los Obama. La historia gira en torno a Kenneth Feinberg, un poderoso abogado de Washington D.C. que es nombrado Magistrado Especial del Fondo de Compensación de las Víctimas del 11 de septiembre. A partir de entonces, luchará por indemnizar a las víctimas del atentado. La película pasó también bastante desapercibida, a pesar de contar en el reparto con Michael Keaton y Stanley Tucci.
Poco antes de estrenar Dejar el mundo atrás, llegaba también a Netflix Rustin (George C. Wolfe), biopic del activista Bayard Rustin, artífice de la trascendental marcha de Washington de 1963, borrado de la historia de la lucha por los derechos civiles por su condición de homosexual. La película no recibió buenas críticas, pero se alabó la interpretación de Colman Domingo.
Los Obama, en la televisión
Más prolíficos han sido los Obama a la hora de producir documentales. A American Factory le han sucedido trabajos como Crip Camp (James Lebrecht y Nicole Newnham, 20), sobre un campamento de verano para adolescentes discapacitados que tuvo lugar cerca de Woodstock a finales de los 60 y principios de los 70; Mi historia (Nadia Hallgren, 2020), en donde la propia Michelle Obama habla de su vida y charla con los lectores de su biografía homónima; Descendientes (Margaret Brown, 2022), que aborda la historia de los descendientes del Clotilda, el último barco que transportó africanos esclavizados a los EE.UU., y American Symphony (Matthew Heineman, 2023), sobre el matrimonio del músico Jon Batiste, que lucha contra la ansiedad y los ataques de pánico, y la escritora Suleika Jaouad, que lidia con una leucemia recurrente.
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Además, Higher Ground Productions ha lanzado series infantiles como Waffles + Mochi, We the People o Ada Twist, Scientist, programas divulgativos como Our Great National Parks o Working: What We Do All Day -en el que el propio Barack Obama recorre EE.UU. visitando a trabajadores estadounidenses de toda clase para conocer sus experiencias- y shows cómicos como The G Word with Adam Conover. En definitiva, los Obama han llegado a la industria del entretenimiento para quedarse.