A solo dos días de recibir el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2023 y poco antes de protagonizar un animado baile a ritmo de gaitas, Meryl Streep participó en un acto en Oviedo con los alumnos y profesores de 3º y 4º de la ESO, Bachillerato y Formación Profesional en la Fábrica de Armas de La Vega de Oviedo.
Un acto enmarcado dentro de la Semana de los Premios, en el que la actriz estadounidense, que mantuvo una charla con el guionista y director asturiano Sergio Sánchez, mostró su gratitud ante el galardón: "Cuando veo las personas que han ganado este premio anteriormente me apetece hacer las maletas e irme a casa", bromeó.
También respondió a numerosas preguntas formuladas por los jóvenes, ante quienes explicó que elige interpretar a aquellos personajes que son "auténticos" y que estén sumidos en la "contradicción", porque "así son los seres humanos". En este sentido, Streep aseguró que "a los tres años ya sabía que quería ser actriz y que quería trabajar en el teatro y en la industria del espectáculo", y confesó sentir "adicción" por la actuación, una "manera maravillosa de vivir".
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Con todo, la interpretación le vino por casualidad, ya que iba a estudiar Derecho para ser abogada medioambiental, pero se quedó dormida y no pudo hacer el examen de acceso, relató durante la charla. "Me preocupa y hoy me sigue preocupando mucho la cuestión medioambiental".
Aunque reconoció que nunca ha perdido de vista quién es por ninguno de los personajes que ha encarnado. "Las demandas de mi vida doméstica no me permitían perderme en la ficción, porque en la vida real es donde está la razón auténtica para vivir", señaló.
La galardonada en tres ocasiones con el Óscar relató anécdotas de sus rodajes, como el de La muerte os sienta tan bien (Robert Zemeckis, 1992), que le hizo llegar a "odiar" el cine. Sin embargo, el primer papel que le hizo enamorarse de esta industria fue el que interpretó en Kramer contra Kramer (Robert Benton, 1979). "La parte tecnológica de la cinematografía me aburre muchísimo. Para mí la emoción del cine es poder perderte en el personaje y eso es lo que verdaderamente me permite entrar en la historia, la parte tecnológica no te lo permite. Te sientes como un robot", aseguró.
Sobre las lecciones que han aportado a la sociedad sus papeles, desde la escritora danesa Karen Blixen en Memorias de África (Sydney Pollack, 1985) a la primera ministra británica Margaret Thatcher en La dama de hierro (Phyllida Lloyd, 2011) pasando por el ama de casa Francesa de Los puentes de Madison (Clint Eastwood, 1995) o la redactora jefe de El diablo viste de Prada (David Frankel, 2006), Streep explicó a los asistentes que "nunca me meto en una película con una agenda, no intento enseñar nada, quiero hacer algo verdadero con lo que la gente se pueda identificar".
"Tienes que ser leal a ti mismo, honesto y adherirte a tu propio código", aseguró. En ese sentido, preguntado por lo que han aportado sus interpretaciones a la lucha feminista ha querido dejar claro que "todos los personajes públicos tienen algún significado y tienen una responsabilidad, representas algo para la gente".
Así, que "hay muchísimas maneras feministas de estar y todos tenemos rasgos masculinos y femeninos en nosotros". "Hay infinitas maneras de ser mujer, tantas como personas hay en el mundo", ha explicado. "Los papeles que he ido eligiendo es porque me atraen esas mujeres y tienes la posibilidad de decir algo a través de esos personajes, que hay una verdad dentro de mí que puede representar algo para las mujeres", afirmó.
"Me gusta la complicación en los personajes. Me atraen esas mujeres que no están de acuerdo, que son inconformistas, complicadas, espinosas... Que al final sorprenden, porque esperas una cosa y al final hacen otra", destacó la versátil actriz.
Streep, que con 21 nominaciones es la actriz que más veces ha estado en la quiniela de los Óscar, recordó que cuando era adolescente había muy pocas expectativas para las mujeres. "Había muy pocas abogadas, doctoras o empresarias, éramos enfermeras, profesoras o madres", indicó. De ahí que su madre le dijo que tenía que ser lo que se propusiera. "Eso me dio mucha confianza, siempre hay que encontrar a alguien que te dé luz y optimismo".