La inesperada nominación a mejor actriz en los premios Óscar de Andrea Riseborough por su trabajo en To Leslie (Michel Morris), en donde interpreta a una mujer que busca su lugar en el mundo tras despilfarrar durante seis años un premio de la lotería en fiestas y alcohol, ha generado una agria polémica en Hollywood.
Pocos esperaban que la actriz se colara entre las cinco candidatas a la estatuilla, teniendo en cuenta el discreto recorrido que ha tenido su interpretación en la temporada de premios (eso sí, recibió el premio a mejor actriz en el Festival de Gijón) y al escaso éxito del filme en salas en EE.UU., donde tan solo recaudó 27.000 dólares.
Pronto empezaron a surgir dudas sobre la legalidad de la campaña de promoción de la actriz, sobre todo desde los sectores más combativos contra la desigualdad racial en la industria, un tema muy sensible en la actualidad, ya que Riseborough, que es blanca, habría sacado aparentemente de la nominación a dos actrices negras, Viola Davis (La mujer rey) y Danielle Deadwyler (Till).
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“Vivimos en un mundo y trabajamos en una industria que están agresivamente comprometidos con defender lo blanco y perpetuar una descarada misoginia contra la mujer negra”, llegó a publicar en Instagram tras las nominaciones Chinonye Chukwu, directora de Till.
La Academia de Cine, por su parte, ha distribuido un comunicado en el que dice lo siguiente: “Estamos revisando los procedimientos de las campañas de los nominados de este año para asegurarnos de que no se han violado las pautas establecidas y para investigar si son necesarias modificaciones en estos tiempos de redes sociales”. Ni Chukwu ni la Academia mencionan a Riseborough, pero todo parece girar en torno a su caso.
La campaña de Riseborough se ha basado en un boca a boca en el que han estado muy involucrados varios intérpretes de gran fama. “Andrea debería ganar todos los premios habidos y por haber”, escribía Gwyneth Paltrow en Instagram.
En una proyección de la película, Kate Winslet ejerció de presentadora y aseguró que Riseborough realizaba la mejor interpretación femenina que había visto en una pantalla en su vida. Edward Norton, Susan Sarandon, Jennifer Aniston, Charlize Theron o Howard Stern también han elogiado el trabajo de la actriz en redes sociales.
Y es precisamente el uso de las redes sociales lo que ha provocado las suspicacias de la Academia, que prefiere que las campañas de promoción para los Óscar se realicen a través de los canales que ella misma establece y regula.
Por ejemplo, los estudios no pueden entrar en contacto directamente con los académicos, sino que tan solo pueden mandar un correo a la semana a través del servicio de mensajería de la institución. Cada uno de estos correos electrónicos puede llegar a costar unos 2.000 dólares, según informa The New York Times, lo que plantea un sesgo para las producciones modestas como To Leslie.
En ese sentido, se ha manifestado la actriz Christina Ricci en Instagram en una entrada que ha eliminado posteriormente: "Me hace gracia que la 'nominación sorpresa' (conseguida sin gastar toneladas de dinero para posicionar a esta actriz) de una actuación legítimamente brillante esté siendo investigada. ¿Solo las películas y los actores que pueden pagar campañas enormes merecen reconocimiento? Me parece elitista y exclusivo y, francamente, muy retrógrado".
No parece, además, que la propia Riseborough haya participado directamente en esa campaña ni que se haya saltado las normas establecidas por la Academia, que la próxima semana se reunirá para estudiar el caso. Si se suspendiera su nominación, que parece poco probable, no sería sustituida por otra candidata y la categoría seguiría adelante con cuatro nominadas.
La actriz británica Andrea Riseborough no es exactamente una desconocida. Ha trabajado con Alejandro González Iñárritu (Birdman, 2014), Armando Ianucci (La muerte de Stalin, 2017), Brandon Cronenberg (Possessor Uncut, 2020) o David O. Russell (Ámsterdam, 2022). To Leslie se estrena el 3 de marzo en España