No existe un compositor más legendario que Ennio Morricone (Roma, 1928-2020) en la historia del cine. Autor de unas 500 bandas sonoras, su filmografía incluye títulos como La misión, Novecento, El bueno, el feo y el malo o Los odiosos ocho. También Cinema Paradiso, cuyo director, Giuseppe Tornatore, estrena el documental Ennio, el maestro, casi dos años después de su muerte.
Tímido irredento, Morricone no concedió a lo largo de su vida demasiadas entrevistas, por lo que es de extrema importancia la reposada conversación que Tornatore mantiene con él en el filme, en donde abordan los grandes hitos y los pequeños fracasos de una biografía marcada por la creatividad. El compositor era capaz de escribir mientras hablaba por teléfono. En 1969 llegó a estrenar 21 filmes. A Terrence Malick le presentó hasta 18 ideas distintas para la música de Días del Cielo, yendo 17 de ellas directamente a la papelera. Además, nunca admitía incluir canciones de otros autores en las películas en las que trabajaba y aborrecía que le pidieran trabajos similares a los que ya había realizado.
El documental repasa de manera cronológica la vida del maestro: su infancia marcada por un padre estricto que le obligó a tocar la trompeta, las clases de composición en el conservatorio bajo la tutela de Goffredo Petrassi, uno de los grandes de la música clásica del siglo XX, los conciertos en los night clubs, sus años de arreglista en la RAI y en RCA, muchas veces sin firmar sus trabajos, su paso por Darmstadt y la creación del grupo de improvisación Nuova Consonanza… Aunque es su faceta de compositor para el séptimo arte lo que ocupa la mayor parte del metraje.
“Culpable, al principio yo me sentía culpable”, asegura en el documental Morricone, ya que la vieja guardia de compositores no veía con buenos ojos el trabajo en el cine, por lo que en un primer momento Morricone usó el seudónimo de Dan Savio. No fue hasta la banda sonora de Érase una vez en América que la comunidad de la música intelectual empezó a valorarlo de verdad, lo que supuso un alivio para el protagonista del documental.
Química con Leone
Morricone confirma que su relación con Sergio Leone fue la más importante de su carrera. Ambos habían coincidido en el colegio y se reencontraron en Por un puñado de dólares. La relación fue tan intensa que los celos llevaron a Leone a dinamitar la colaboración de Morricone con Kubrick en La naranja mecánica. Sin embargo, la química entre ambos era total y Leone le pedía a veces que compusiera antes del rodaje para reproducir la música por altavoces y ayudar a los actores a interpretar sus personajes.
El documental de Tornatore incluye testimonios de directores como Bernardo Bertolucci, Oliver Stone y Quentin Tarantino, además de escenas de películas, fotografías y fragmentos musicales. Quizá solo se le puede achacar que, para abordar un talento rompedor, resulte tan convencional.