“No he dirigido esta película en nombre de las mujeres”, advierte la directora francesa de origen libanés Audrey Diwan (París, 1980). Basada en una novela de Annie Ernaux e inspirada en su propia experiencia personal, El acontecimiento narra las dificultades de una joven para interrumpir un embarazo no deseado en 1964, cuando era ilegal. “Cuando iba al Festival de Venecia me estuve planteando si debía decir que yo había abortado. Allí me di cuenta de hasta qué punto el aborto sigue siendo un tabú”, asegura la cineasta. La protagonista, Anne Duchesne (Anamaria Vartolomei), ansiosa por culminar sus estudios en Letras que acaba de iniciar en la Universidad, se desespera porque solo le queda elegir entre tener un hijo que limite sus perspectivas vitales o someterse a un aborto clandestino que pueda conducirle a la cárcel o, aún peor, terminar con su muerte, cosa que sigue siendo frecuente en los muchos países donde el aborto sigue siendo ilegal.
“No es una película sobre el aborto clandestino, sino sobre la libertad. Anne avanza como un soldado por un terreno de guerra"
Explica Diwan que ha buscado que el espectador sienta el filme como una “experiencia” en la que acompañamos a Anne a lo largo de un proceso penoso y algunas veces terrible. “Después de abortar quise informarme más sobre el tema y fue cuando llegué a la novela por recomendación de un amigo. La propia Ernaux me dijo que es uno de sus trabajos menos conocidos porque cuando se publicó, a principios de los años 2000, nadie quería hablar de este tema. Me sorprendió descubrir que sabía muy poco sobre el aborto clandestino. Vi cómo la propia palabra ‘aborto’ era tabú y solo se hablaba de ello con eufemismos como ‘el acontecimiento’. Allí entendí la gran diferencia entre hacerlo de manera medicalizada, donde es una especie de rutina, y de forma clandestina, que depende del azar. Aun hoy, cada mujer que se somete a uno se está jugando la vida”.
La acción se sitúa cuatro años antes de mayo del 68, cuando, como explica Diwan, “la juventud se configura como un cuerpo social y los deseos de liberación sexual colisionan con unas leyes muy represivas”. Hija de una familia proletaria que ha hecho grandes sacrificios para que pueda estudiar, Anne se ve sometida a la insoportable presión de buscar donde le practiquen ese aborto, lo cual implica ya el riesgo de poder ser delatada.
Diwan comenzó su trayectoria profesional como periodista y, en la última década, ha destacado como guionista, entre otras, de varias películas de su pareja Cédric Jimenez, como Conexión Marsella (2014) o BAC Nord (2020). El acontecimiento es su segundo filme después de Vous étes fous (2018), un drama matrimonial sobre la adicción a las drogas. “Creo que la película es una experiencia física y precisa un público preparado para afrontar emociones fuertes. Yo no quería mirar a esta chica sino ser ella”.
Para contar la odisea de Anne, la directora evita los movimientos de cámara al hombro nerviosos a los que estamos acostumbrados en este tipo de historias. “Para meterme en su piel debía olvidarme de la cámara”, asegura. “El momento del que estoy más orgullosa es un plano secuencia de siete minutos”. En este siglo, ha habido como mínimo dos grandes películas sobre el aborto, la ganadora de la Palma de Oro en Cannes 4 meses, 3 semanas, 2 días (2008), un thriller truculento del rumano Cristian Mungiu, y la estadounidense Nunca, casi nunca, a veces, siempre (Eliza Hittman, 2020), un drama íntimo teñido de melancolía.
El acontecimiento se sitúa a medio camino entre ambas al buscar nuestra “connivencia” con Anne, pero también al mostrarnos algunas secuencias brutales. “Al principio somos cómplices de su secreto y vemos la máscara que utiliza ante el mundo. Hemos trabajado mucho con los silencios. El silencio es un mecanismo de la trama. Hay un monólogo interior constante. Cuando esa máscara ya no sirve, entramos en su intimidad”.
Sin mensaje
El acontecimiento no retrata, sin embargo, a Anne como una chica superada por las circunstancias, sino como una joven dispuesta a todo por no renunciar a sus sueños. “Yo no juzgo a los personajes, tampoco a los hombres”, advierte la directora. “No es una película sobre el aborto clandestino sino sobre la libertad. Anne avanza como un soldado por un terreno de guerra y va a la conquista de su libertad sexual e intelectual. De todos modos, no quiero que tenga un mensaje”.
Diwan prefiere la palabra “humanista” a feminista y cree que la lucha de las mujeres forma parte de un programa más amplio: “La revolución feminista comenzó mucho antes del año pasado. Las cosas están cambiando, pero al mismo tiempo siguen existiendo fuertes resistencias. Por desgracia, los extremos crecen y surgen fuerzas que tratan de volver atrás. La posición de la mujer en la sociedad forma parte de un programa de cambio social necesario. Muchos hombres que tuvieron un papel destacado durante las protestas del 68 me han confesado que después de ver la película se han dado cuenta de hasta qué punto no tuvieron en cuenta los derechos de las mujeres. Por supuesto, veo avances, pero aún no está todo ganado”.