El humanismo descabellado
Víctor García León
Director y guionista de Selfie (2017) y Los europeos (2020)
Cada uno tiene un Berlanga distinto en la cabeza. Para mí Berlanga, y el dúo que hizo con Azcona y con otros, destila el único humor que es posible en España sin ser idiota. De alguna manera, el sarcasmo se nos queda un poco lejano y como muy flojo, es una especie de ingenio inglés de gente que se tira levemente un pedo. La parodia en este país es imposible, abres el periódico y no hay manera de parodiar nada. La sátira se convierte en algo como intelectual un poco ajeno a cómo somos. Esa especie de humanismo descabellado y de costumbrismo disparatado que tenía Luis es, al final, lo que más nos define y representa. LaRAE ha llegado a admitir el adjetivo ‘berlanguiano’, pero para mí no existe tal cosa. Berlanga era sobre todo un señor honesto que retrataba lo que veía. Me parece más mentiroso o artificial Wong Kar Wai o el cine social más comprometido, porque tampoco el mundo es así como nos lo muestran. Al final, la vida se parece mucho más a Berlanga de lo que nos gustaría, por lo menos en este país. Otra cosa es que nos vayamos a Corea del Norte y encontremos otro tipo de poética, pero en España Berlanga es insustituible. Y me gustaría destacar La boutique como uno de los guiones más redondos que escribió junto a Azcona, porque las clásicas ya las destaca todo el mundo y esta, a pesar de que tuvo algunos problemas de producción y aunque no fuera exactamente la película que quería hacer el director, sigue siendo un peliculón. En Selfie hay un momento en el que el protagonista se encuentra con Esperanza Aguirre en un mitin del PP que me obligó a abrazar el caos y lanzarme en mitad de una humanidad que no comprendo. Eso es lo más cercano que he estado de hundirme en el descontrol berlanguiano.
Como Quevedo, Valle o Cela
Carlos Therón
Director de Lo dejo cuando quiera (2019) y Operación Camarón (2021)
Podría intentar ser original y hablar de Nacional III o La boutique, pero es que El verdugo es una película prodigiosa. Si quieres explicarle a un marciano qué es el cine, entre las diez películas que deberías mostrarle estaría El verdugo junto a El apartamento, La ventana indiscreta, Ciudadano Kane y El ladrón de bicicletas. Y el marciano lo agradecería porque trata un tema terrible sin perder la ligereza y el sentido del humor. Berlanga es un tótem del cine mundial, a la altura de Charles Chaplin, Billy Wilder o Alfred Hitchcock. En el cine español, quizá solo Buñuel y Almodóvar alcanzan el tamaño de su figura. Reivindicar a Berlanga debería ser obligatorio cada año, y no solo en su centenario. Es un icono cultural que ha sabido definir la idiosincrasia española tan bien como Quevedo, Valle-Inclán o Cela. Y siempre conseguía enfadar a todo el mundo, lo que quiere decir que lo estaba haciendo bien.
Un demoledor retrato social
Manuela Burló Moreno
Directora y guionista de Cómo sobrevivir a una despedida (2015) y de la serie Por H o por B (2019)
Me gusta cómo utilizaba el humor como arma para contar cosas muy serias, hay mucha denuncia camuflada en sus películas. Además, Berlanga retrata como nadie la esencia del español. Me ha influido mucho como directora su humor costumbrista, el retrato de lo cotidiano, el dibujo de esos personajes tan auténticos y reconocibles, la ausencia de prejuicios… Era muy difícil lo que hacía, te contaba una historia a veces muy tremenda, pero camuflada en un humor aparentemente cotidiano. Plácido es mi debilidad por ese maravilloso plano secuencia de Quintanilla (estupendo López Vázquez), esas puestas en escena con tantísimos personajes que vienen y van, esos personajes tan bien dibujados, ese costumbrismo castizo, ese demoledor retrato social… Y así podría continuar hasta el infinito.
La receta mágica de la comedia
Javier Ruiz Caldera
Director de Tres bodas de más (2013) y Malnazidos (2021), junto a Alberto de Toro
Berlanga es cine español con mayúsculas. Su estilo es tan genuino que es inimitable. Todos los directores, no solo los de comedia, hemos crecido con su manera de entender el costumbrismo. No es un cineasta de referencia, es que su cine está en nuestro ADN. Su puesta en escena es de una complejidad formal impresionante, pero aparentaba naturalidad, fluidez y verdad. Sus actores siempre están al límite de la exageración pero sin dejar nunca de resultar creíbles. Conocer esa línea invisible para retratar personajes es como saber la receta mágica de la comedia. La escopeta nacional me parece una de sus películas más virtuosas. Todos los actores, y son muchísimos, están en estado de gracia. Lo que consigue Berlanga es un retrato divertidísimo de una época en la que todos los personajes son deleznables, no se salva ni uno, pero no puedes evitar quererlos a todos.
Reír, pensar, sentir
Inés de León
Directora de ¿Qué te juegas? (2019)
Su cine es atemporal y universal. Es un icono. Te hace reír, te hace pensar y te hace sentir. Lo que más me ha influido de su cine es su capacidad para mantener el interés del espectador. Hay una frase suya que me encanta: “Hay obras maestras que lo son por el mortal aburrimiento que provocan”. Me gusta mucho Esa pareja feliz, que escribió y dirigió junto a Bardem. Es un retrato muy divertido de los problemas de la sociedad de consumo que se podría rodar hoy perfectamente. Hay muchos guiños al mundo del cine, como asistir a un rodaje o el momento en el que están viendo una película en el cine y una chica se lamenta de que la censura haya cortado un beso.
Mordaz y compasivo
Borja Cobeaga
Director y guionista de Pagafantas (2009), No controles (2010), Negociador (2014) y Fe de etarras (2017)
Berlanga supo captar la realidad española y nosotros nos identificamos tanto con ese retrato que si vemos algo gracioso, cutre, sórdido y tierno en nuestra vida, decimos “esto parece de Berlanga”. Forma parte de nuestra cultura. De su cine me gusta la verborrea. Se habla mucho y muy rápido. Sus guiones con Bardem y Azcona son muy complicados por esa capacidad para caracterizar a decenas de personajes. Esa mezcla de ternura y crueldad tan típica de su cine es algo a lo que aspiro como cineasta, una mirada sobre la realidad mordaz, pero a la vez compasiva. El verdugo es perfecta por su punto de partida argumental, por un desarrollo que está a la altura y por un final gracioso y triste a la vez.
Un punto de vista claro
Nacho G. Velilla
Director y guionista de Que se mueran los feos (2010), Perdiendo el norte (2015) y Villaviciosa de al lado (2016)
Ha habido pocos cineastas en España capaces de retratar nuestra sociedad. Si Berlanga hubiera sido un director americano tendría un reconocimiento constante. Siempre tuvo un punto de vista claro y singular. Me entusiasma su capacidad de no desdeñar y valorar la cultura popular. También su afecto por los perdedores, por los antihéroes, por ese tipo de personaje fracasado y torpe pero lleno de ternura. Como director, probablemente, me quedaría con Plácido, por esos planos secuencia imposibles y esa mezcla de astracán, tragicomedia y humor absurdo que es difícil de igualar. Como espectador, disfruto mucho La vaquilla. Sigue siendo la película que mejor retrata su genialidad.
Principio y fin
Ernesto Sevilla
Creador junto a Joaquín Reyes de la serie Capítulo 0 (2018)
En su cine está el alfa y el omega de lo que es la comedia española. Mostraba la sociedad de la época, pero lo hacía tan bien que sus películas son atemporales y nos hablan de cómo somos. Por eso es tan necesario que la gente joven conozca su obra. A mí me ha influido en la manera de retratar la hipocresía, de utilizar la sátira y, formalmente, por el uso del plano secuencia, además de por su forma de dialogar con Azcona. El verdugo es una obra maestra. Es impresionante que la hiciese en una época en la que tuvo que lidiar con la censura. Demuestra que los impedimentos a los que se enfrentó no socavaron su ingenio. Es más, provocaron que el resultado fuera incluso mejor.