Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922-Ostia, Roma-1975) tenía ya 39 años cuando rodó su primera película, Accattone, de cuyo estreno en 1961 se cumplen este año pandémico 60 exactas primaveras. Célebre y polémico ya en Italia por sus poemas, novelas y artículos en prensa, el artista trasladó a la pantalla el mundo marginal y extremo que ya había reflejado en su narrativa. Eran los últimos tiempos del neorrealismo, el movimiento cinematográfico que había marcado los años 40 y 50 en el cine transalpino. Se trataba de un movimiento liderado por cineastas como Vittorio de Sica (Ladrón de bicicletas) o Roberto Rossellini (Paisà) que pretendía reflejar cómo era la vida diaria de los italianos más humildes después de los estragos de la II Guerra Mundial y el fascismo en Europa. Una realidad dura en la que estos artistas se zambullen para sacar a la superficie una gran dignidad, atentos a las costumbres populares y reflejando la lucha de los italianos para salir adelante en un país en ruinas.
Acattone es una película neorrealista pero aporta una nueva sensibilidad que sirve como puente entre el “viejo” neorrealismo y los nuevos tiempos que se avecinan, esos 60 rupturistas y radicales que cambiarían la historia del arte con su espíritu iconoclasta. El periodista cultural y escritor reconvertido en director plasma con imágenes de impacto el mundo canallesco y arrabalero que le es propio, pero lo traslada a la pantalla con gran fuerza dramática. En la película se tratan con absoluto verismo asuntos como la prostitución, la sexualidad y el crimen, lo cual convirtió a Pasolini en uno de los cineastas más famosos de su época pero también en un hombre siempre rodeado de polémica. No solo la crudeza con la que el director muestra los bajos fondos sorprendió en su época, también su aire sensual y su exaltación con la cámara de la belleza física de los menos afortunados de la sociedad.
Lo más osado de Accattone está en su protagonista, ese “chulo” en el sentido literal de la palabra, de moral insana y alérgico al trabajo, que se gana la vida prostituyendo a sus parejas. Interpretado por Franco Citti, quien a partir de entonces trabajó con Pasolini en muchas de sus películas, Accattone es un personaje nauseabundo en muchos aspectos al que el director sin embargo trata con humanidad e incluso con dulzura. Accattone es violento, caradura y fanfarrón, pero es también una víctima de su propia incapacidad para lidiar con los más pequeños contratiempos de la vida ni mucho menos asumir alguna disciplina. Como muchos de los héroes pasolinianos, es un ser despreciable y magnético al mismo tiempo, un rebelde sin causa o un salvaje en estado puro para el que los corsés de la vida civilizada y pulcra son demasiado estrechos. Mientras los personajes de De Sica o Rosselinni despiertan nuestra compasión, con Accattone Pasolini le da una vuelta de tuerca al cine social al mostrar los estragos de la marginalización.
Vemos una Roma suburbial y hermosa, esos barrios inmensos para la incipiente clase media que se construyeron alrededor de la ciudad para acoger a los cientos de miles de emigrados desde el campo, un fenómeno que también se produjo en España en torno a ciudades como Madrid y Barcelona. Enamorado de la cultura popular, Pasolini logra en sus películas conectar con el gran legado clásico italiano, del cual es heredero en sus formas. Esto se observa en su afición a los planos meditados y expresivos, en su atención constante a los cuerpos masculinos musculados o en la composición dramática de las secuencias, que recuerda a la fuerza de la pintura italiana, de Caravaggio a Miguel Ángel, sin olvidar la iconografía religiosa, siempre tan presente en su obra.
Pasolini llega a Cineteca para celebrar la efeméride de Accattone
Controvertido, inagotable, lúdico, libre e insobornable, a Pasolini hay que volver siempre. Accatone, el primer largometraje del poeta, escritor y cineasta Pier Paolo Pasolini, se estrenó en 1961. Cineteca Madrid recupera aquella película fundacional y conmemora su 60 aniversario junto con una selección de películas posteriores de Pasolini y algunas que dialogan de forma abierta y libre con la obra del artista italiano.
El estreno en España de Qui je suis, la primera película, y casi invisible, de Bertrand Bonello (1996), Pasolini, de Abel Ferrara (2014), y Liberté, de Albert Serra (2019), son tres películas fundamentales en el acercamiento a la vida y a la obra de Pasolini, y se suman a este foco en el que se proyectarán algunas de las películas más importantes del cineasta, como El evangelio según San Mateo (1964), Encuesta sobre el amor (1965), Pajaritos y pajarracos (1966), Edipo Rey (1967), Teorema (1968), El Decamerón (1971), Los cuentos de Canterbury (1972), Las mil y una noches (1974) y Saló o los 120 días de Sodoma (1975).
La primera sesión tendrá lugar este martes a las 18.30 con la proyección de 'Accattone'.