Image: François Ozon: Quiero perturbar y desestabilizar al espectador

Image: François Ozon: "Quiero perturbar y desestabilizar al espectador"

Cine

François Ozon: "Quiero perturbar y desestabilizar al espectador"

8 septiembre, 2017 02:00

François Ozon

El director francés François Ozon estrena hoy su nuevo filme, El amante doble, donde volvemos a ver al Ozon amante del thriller que ya conocimos en aquella Los amantes criminales (1999) o en la célebre Swimming Pool (2003).

Aunque dice que no se ve haciendo una película en España, lo cierto es que François Ozon (París, 1967) es uno de los directores europeos con más éxito en nuestro país. Está siendo su década prodigiosa. En 2012 ganó la Concha de Oro en San Sebastián con aquella magnífica En la casa y después de dos películas tan interesantes como Joven y bonita (2013), la historia de una adolescente que se prostituye porque le apetece, y Una nueva amiga (2014), la de un hombre heterosexual que disfruta vistiéndose de mujer, hubo largas colas en los cines para ver Frantz el año pasado, su manifiesto proeuropeo en estos tiempos de resurgir del nacionalismo. Estrena hoy su nuevo filme, El amante doble, donde volvemos a ver al Ozon amante del thriller que ya conocimos en aquella Los amantes criminales (1999) o en la célebre Swimming Pool (2003). Basada libremente en una novela de Joyce Carol Oates, El amante doble trata sobre una joven con traumas de la infancia, Chloé (Marine Vacth), que después de acudir a algunas sesiones con el psiquiatra (Jérémie Renier en un papel doble) se enamora de él. La pareja tiene una relación idílica pero Chloé se aburre y echa de menos un amante más fogoso. Entonces se enamora del gemelo del psiquiatra, con un carácter mucho más dominante y brutal que el de su marido. Comienza entonces un viaje de autoconocimiento en el que Chloé acabará descubriendo los secretos de su pasado y la misteriosa razón por la que tiene fuertes dolores de estómago.

Pregunta.- Regresa al thriller. ¿Por qué le gusta el género?
Respuesta.- ¿Por qué no? Me gusta que tenga un lado que tiene que ver con el suspense, eso me gusta mucho, y la investigación. El thriller fue un invento de Hitchcock y el espectador debe resolver el misterio, por eso tiene un papel activo. El espectador va hilando las pistas de la película que le da el director. En esta película hay también una investigación de la protagonista por saber de dónde viene ese dolor estomacal que la llevará a descubrir cosas muy importantes sobre sí misma. Toda la película trata sobre esa búsqueda de ella misma en su propio interior.

P.- Ha mencionado a Hitchcock, quizá esta vez su influencia es más grande que nunca. ¿Ve los paralelismos con Vertigo?
R.- Vértigo es como una Biblia para un cineasta. Es una película que está en el inconsciente de todos los directores de cine porque es una película que habla de cine. Hablo de la relación de un director con su actriz, ese es el tema de Vértigo. Porque esa película tiene tanta influencia es porque esa película nos muestra como el director se convierte en el Pigmalion de su intérprete.

P.- La idea de la dualidad con uno "bueno" y otro "malo" nos lleva también a Doctor Jeckyll y Mister Hyde. ¿Ve esa similitud?
R.- Para mí trata sobre la complementariedad, es un juego sobre eso. De lo que trata es de contar la película desde el punto de vista de Chloé y ella no está satisfecha con su marido y por eso aparecen los fantasmas. Tiene un marido que es gentil y protector pero al mismo tiempo hay algo que le falta, tiene ganas de otra cosa. Quiero mostrar la complejidad del deseo porque hay algo en ella que busca algo más atractivo y quizá violento o agresivo. Hay una expresión francesa que dice que debemos escoger entre la "mamá y la puta". Quizá nos atrae una mujer maternal pero también queremos sexo. Ese es un poco el problema de todo el mundo creo. Sucede en muchas parejas que se quieren. Hay una necesidad de fantasmas, de otra cosa. Es muy difícil encontrarlo todo en la misma persona. Quizá sí, yo personalmente nunca he encontrado la persona que me resulte buena en todo.

P.- ¿Le ha preocupado en algún momento que alguien diga que la película es machista porque ella desea a un hombre tan dominante?
R.-No es machista en absoluto. Todo lo contrario, es una película feminista. Vemos siempre la realidad desde el punto de vista de la mujer, es ella la que domina. Lo que me interesaba era darle la vuelta a los clichés del patriarcado y del punto de vista de la mujer habitual. Y después esta esa escena en la que ella "se folla" a él que a muchos hombres no sé por qué les pone nerviosos. Y cojo del psicoanálisis esa idea de que la palabra es la manera de llegar a la verdad. Al principio de la película no vemos más que a ella hablando, no hay imágenes.

P.- Ese gesto de ella de pagar al psiquiatra después de cada sesión tiene un gran efecto…
R.- Es curioso porque mucha gente se ríe cuando sucede eso. Freud decía que el hecho de pagar es fundamental porque si no pagamos al terapeuta se banaliza la situación. Si pagamos nos curamos, incluso pagar caro, hace que la gente diga, ¡esto funciona!

P.- Hay algo que recuerda a Almodóvar en la forma en que utiliza la puesta en escena y los elementos de decoración de una manera muy expresiva. ¿Cómo lo trabajó?
R.- Al ser una película sobre el inconsciente me interesaba mucho utilizar muchos símbolos. De esta manera los espejos juegan un papel importante con esa idea del reflejo. Quería jugar más que nunca con elementos de la puesta en escena como no lo había hecho nunca y más después de una película como Frantz que era muy clásica. Hay también una forma de ironía, de distancia, y quería que el espectador se lo pasara bien viéndola aunque obviamente no es una comedia. Esa distancia es mi forma de rodar, quiero que el público sea consciente de que está viendo una película, hay algo brechtiano en eso. No es el cine de inmersión que hacen los americanos que parece un videojuego.

Una imagen de El amante doble

P.- ¿Qué marca la diferencia entre el cine europeo y el americano?
R.- Generalizando, el cine americano es un cine de la eficacia que busca el espectáculo y en ningún momento quiere perturbar al espectador. Yo no quiero un espectador confortable, quiero perturbarlo y desestabilizarlo. Esta película habla de cosas que no son forzosamente agradables.

P.- Todo ello nos lleva a películas como Recuerda (1945) en la que colaboraron Hitchcock y Dalí. ¿Cuál es el papel del psicoanálisis en la película?
R.- A mí me encanta el psicoanálisis y siempre me ha gustado. Me gustan mucho las películas de Hitchcock que lo tratan aunque sean muy ingenuas. No solo esa. También me encanta Marnie, la ladrona (1964) cuando al final ella es capaz de superar sus traumas. Me gusta esa ingenuidad del cine americano cuando trata este asunto porque es como si el psicoanálisis fuera a salvar el mundo.

P.- Pensar no es un crimen, ¿pero ese deseo "ilícito" puede crear sentido de culpabilidad?
R.- Al final, pensar no es un crimen, podemos pensar muchas cosas. ¡Hacer una película tampoco! Lo que sí nos puede llevar a cometer un crimen es ese sentimiento de culpabilidad. Por suerte, no hacemos todo lo que deseamos y nos contenemos.

P.- Vemos, como en Lunas de hiel (Roman Polanski, 1992), esa idea de que toda relación es una forma de vampirismo en la que hay una parte que domina a la otra.
R.- Creo que a las cosas se les puede dar la vuelta. Chloé es una mujer en la búsqueda de sus deseos y de sus fantasmas. Ella acepta al principio ser sumisa pero después quiere ser dominante. Respecto a los gemelos, siempre sucede que hay uno que se considera el hermano mayor porque ha nacido 5 o 10 minutos antes que el otro. Y también sucede con esos hermanos que hay uno más dominante y otro dominado. Eso es una realidad. Respecto a Polanski, él ha jugado mucho siempre con la idea del sadomasoquismo pero confieso que no recuerdo esa película, la vi hace mucho tiempo.

P.- La protagonista está traumatizada porque cree que sus padres no la quieren. Es algo que hemos visto en muchas de sus películas. ¿Por qué?
R.- Creo que les pasa a muchas personas que fueron hijos no deseados. Los psiquiatras dicen que eso suele marcar la vida. Y es verdad que esto pasa mucho en mi cine.

P.- Con frecuencia sus películas están protagonizadas por mujeres, ¿le interesan más que los hombres?
R.- No creo que los personajes masculinos y femeninos sean muy distintos, para mí son muy parecidos. Lo que sí me gusta más trabajar con actrices, son más inteligentes y más divertidas. También tienen menos oportunidades de participar en películas y creo que se lo toman con más ganas. Además las actrices desde que nacen están más acostumbradas a ser observadas y también tienen menos dificultades para aceptar las órdenes del director. En cambio con los actores te encuentras con frecuencia que tienen esta actitud de macho y les fastidia mucho ser observados por un director.

P.- Estos días he terminado las memorias de Stefan Zweig, El mundo de ayer (Acantilado) en las que hace un canto a la unión y la cultura europeas y me he acordado mucho de su anterior película, Frantz. ¿Fue una influencia?
P.- Mucha gente me ha dicho que Frantz parece inspirada en un libro de Zweig. Desde luego hay muchos puntos en común.

P.- Después de una película tan política como ésa quizá sorprende a algunos que cambie tanto de registro con El amante doble. ¿Cree que todas las películas son políticas de alguna manera?
R.- De alguna manera sí. En este filme hablamos de la sexualidad femenina y eso siempre tiene una resonancia política. La política puede verse en las relaciones sexuales. En cualquier caso, es interesante preguntarse si se puede hacer el amor de izquierdas o de derechas.

@juansarda