Image: El humor adelantado de Edgar Neville

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Cine

El humor adelantado de Edgar Neville

El curso de verano en El Escorial “Edgar Neville: comedia de la vida” recuerda la transición al humor inteligente de este cineasta junto a “La Otra Generación del 27”

18 julio, 2017 02:00

Edgar Neville durante un rodaje

"La risa, el sueño y la esperanza" son las tres palabras que resumen la obra de los autores de la denominada como "La Otra Generación del 27", entre los que se encontraba el polifacético cineasta Edgar Neville. Así lo explicó este lunes la escritora y profesora titular de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad Jaume I de Castellón, María Luisa Burguera, en la conferencia que inició el curso de verano "Edgar Neville: comedia de la vida", organizado en El Escorial por la Universidad Complutense, con el patrocinio de Santander Universidades y la colaboración de El Cultural.

De forma previa a su intervención, el escritor, miembro de la Academia de Cine y director de este curso, Manuel Hidalgo, relató que la de Burguera es la primera de varias conferencias que expondrán la vida y obra de Neville desde diferentes ángulos. Entre ellos se encuentra su relación con los cambios políticos de su época, en la que pasó de la República al primer franquismo. "Yo llego a la conclusión de que era un hombre de lo que diríamos hoy centro-derecha, liberal y republicano", apuntó.

Además de su labor como cineasta, este curso reparará en la obra teatral de Neville, que Hidalgo denominó como su "otra gran faceta". No en vano, llegó a escribir 16 obras teatrales en las que su humor característico estaba muy presente. "Neville lleva el costumbrismo y el casticismo a otro punto, no tiene el conformismo que se le atribuye", explicó. A esta faceta se une la de aficionado al flamenco, que heredó de su madre, y que plasmó en una película documental, la descatalogada Duende y misterio del flamenco (1952), de la que Hidalgo dijo que pasa por ser una de las mejores de su época sobre este arte.

Fragmento de Domingo de carnaval (Edgar Neville, 1945)

El director de este curso relató que uno de sus participantes previstos, el catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad Complutense, crítico y escritor Eduardo Rodríguez Merchán, falleció el pasado sábado, por lo que él ocupará su puesto utilizando las notas que el catedrático le facilitó. "Desarrolló una labor de investigación en el cine muy importante", recordó, y puso como ejemplo de ella el Diccionario de Cine Iberoamericano (Fundación SGAE), del que fue director en España.

Hidalgo introdujo a Burguera como "la persona que más sabe de Edgar Neville en España", palabras que ella calificó como "exageración enorme", pero que avalan la tesis que escribió sobre el cineasta que protagoniza este curso. La escritora inició su conferencia, centrada en "La Otra Generación del 27", con una consideración en torno al humor y la comicidad, y señaló que el primero "se mueve entre lo trágico y lo cómico". Reflexiones como esta le llevaron a explicar el nuevo humor español que surgió tras la Primera Guerra Mundial. Señaló que antes de esta lo que se consideraba como risible era la ridiculización de lo nuevo frente a lo viejo y viceversa, ya que "el signo dominante era reflejar el quiero y no puedo". Esto cambió tras la guerra, el humor se despersonalizó, atendió a los fenómenos antes que a los tipos y se hizo intelectual, explicó.

Burguera indicó que los humoristas del 27 fueron los creadores de un nuevo humor. Ramón Gómez de la Serna fue el primero en referirse a esta "Otra Generación del 27", entre cuyos autores se encontraba José López Rubio, que dijo que su época creó un humor que le pertenecía por entero, que se acomodaba al "fuero interno" de la fantasía y que descubría la encrucijada del hombre actual.

Fernando Fernán Gómez y Conchita Montes en El último caballo (Edgar Neville, 1950)

La escritora señaló el teatro como el punto de encuentro de los autores de esta generación, al que le dieron la vuelta. Lo considerado como contrario empezaba a ser una norma en su época, y el humor se caracterizaba por carecer de política, de paisaje, y por tener como condición indispensable el estar ceñido a la actualidad. Burguera se centró en Neville para recordar sus reflexiones sobre lo risible. "Hay muchas definiciones en torno al humor, pero no estoy seguro de que ninguna sea definitiva, yo lancé la teoría de que era la forma en que las personas civilizadas se comunicaban entre sí", decía.

La profesora concluyó que la importancia de la obra de Neville y de la del resto de autores de "La Otra Generación del 27" reside en que "hicieron posible que el humorismo fuese la sonrisa de una desilusión". Una tarea de renovación en la que supieron adaptar las "raíces del humor" previo.

Un dandi pero no un esnob

El periodista, escritor, crítico del diario ABC y secretario de redacción de Revista de Occidente, Fernando Rodríguez Lafuente, autodenominado "admirador nato" de Neville, fue el último conferenciante de la primera jornada de este curso. Se centró en la figura del Neville "Viajero y bon vivant", como llevó por título su intervención. "Responde a la personalidad múltiple de hombre de muchos conocimientos literarios y cinematográficos", señaló Hidalgo sobre él, y afirmó que se encuentra "muy cercano" al tema a tratar porque escribió el prólogo de la obra de Neville Mi España particular (Reino de Cordelia, 2011).

"Neville no era un militante de nada que no fuera la alegría del buen vivir", explicó Lafuente, quien añadió que era un dandi en el sentido que Oscar Wilde otorgó a este término, alejado del de esnob. Recordó que para el autor inglés un esnob es "alguien que mataría para que le invitaran a una fiesta, y un dandi es alguien que mataría por que le echaran de una fiesta".

Escena de El crimen de la calle Bordadores (Edgar Neville, 1946)

El crítico señaló que Neville también hacía sus propias distinciones, pero relativas al humor español. Realizaba una división entre Francisco de Quevedo, quien era cruel con sus personajes, y Miguel de Cervantes, autor que trataba el humor sobre uno mismo, la necesidad de reírse de uno mismo como paso previo para reírse de los demás. A esto se une como rasgo opuesto a Quevedo su sentido de la compasión hacia sus propios personajes, que, para Lafuente, han recogido en su cine Neville y Luis García Berlanga.

"A Neville le importaba todo un comino, o menos, comienza diciendo que esta guía es para los que tengan el dinero necesario para pagarse los hoteles y restaurantes que aparecen en ella", ejemplificó Lafuente. El crítico también hizo referencia a la frase de la modista Coco Chanel "el lujo no es lo contrario de la pobreza, es lo contrario de la vulgaridad", para apuntar que Neville fue "un español fuera de su tiempo, y lo pagó", pero sin duda "tuvo mérito que alguien manifestara un comportamiento como el suyo".

La jornada se cerró con la proyección de la película El crimen de la calle Bordadores (Edgar Neville, 1946), de la que Hidalgo afirmó que pertenece a la denominada "Trilogía de Madrid", en la que también se enmarcan La torre de los siete jorobados (1944) y Domingo de Carnaval (1945). El director señaló que las tres producciones conforman "el centro de su cinematografía".

@sergi02