Todd Haynes, presidente del jurado de 61 Festival de San Sebastián

El director norteamericano habla sobre su labor al frente del Jurado del Festival de San Sebastián y sobre sus próximos proyectos

Las cartas ya están echadas. Y la respuesta al destino de las Conchas en el Festival de San Sebastián está ahora en Todd Haynes (Los Ángeles, California, 1961). El autor de Lejos del cielo y I'm Not There preside el sanedrín del certamen, que emitirá su fallo este fin de semana. El Cultural ha hablado con el cineasta norteamericano sobre su labor al frente del jurado -integrado por las actrices Valeria Bruni-Tedeschi y Paulina García, el músico David Byrne, el actor Diego Luna, la productora Mariela Besuiesvky y el director Cesc Gay-, su próximo proyecto y sobre Bob Dylan, entre otras cuestiones.



Pregunta.- ¿Cómo se plantea su labor como presidente del jurado?

Respuesta.- Creo que los gustos y las opiniones del presidente no deben dominar las deliberaciones ni tener más peso que cualquier otra opinión. Mi labor es facilitar y estimular un ambiente de debate, organizar las deliberaciones y asegurarme de que cada miembro del jurado es escuchado. Espero poder ser ese tipo de presidente del jurado. Me gusta mucho el grupo que se ha formado, de procedencia tan diversa, y me gusta la idea de proponer un ambiente en el que podamos hablar y expresar qué nos han hecho sentir las películas, qué pensamos de ellas. Es un ejercicio que nos recuerda a todos por qué hacemos lo que hacemos, por qué hacemos cine.



P.- ¿Qué le interesa del cine contemporáneo? ¿Qué películas o directores le han sorprendido últimamente?

R.- Me gusta ver todo tipo de películas, y lo más interesante no suelo encontrarlo en grandes estrenos, ni siquiera en estrenos en salas comerciales, sino en circuitos más pequeños o alternativos. Todos en el jurado tratamos de ser lo más inocente y lo más abierto posible en este sentido. Lo primero es detectar las motivaciones y objetivos de la película, y luego se trata de juzgar hasta qué punto y de qué modo se han cumplido esas intenciones. Estuve en el jurado de Venecia hace dos años, donde también coincidí con David Byrne, y fue un año increíble, de una cosecha extraordinaria. No pude detectar entonces ninguna clase de tendencia… eran películas muy diversas, grandes y pequeñas. Una película que me ha sorprendido últimamente es The Butler, y no diré mucho de ella, solo que es sorprendente lo bien que ha funcionado una película tan delirante. Me ha gustado mucho Night Moves, de Kelly Reichardt, una película en todo caso de la que soy productor ejecutivo y de la que estoy muy orgulloso. Me ha sorprendido la oscuridad y el cinismo de este thriller, sus grandes interpretaciones.



P.- I'm Not There, su film-estudio sobre la identidad de Bob Dylan, ha adquirido una enorme relevancia dentro del cine contemporáneo. ¿Siente de algún modo que ha descifrado el enigma que rodea a Dylan?

R.- No lo creo, no creo que sea realmente posible. Creo que la película abraza la tarea y la complejidad de resolver ese misterio, y asume que ese enigma es irresoluble. Vi a Cate Blanchett hace unos días y le pregunté si había leído lo que Dylan había dicho de la película en una entrevista a Rolling Stone y me dijo que no, así que se lo envié. [Bob Dylan al Rolling Stone: "¿Tú crees que al director le preocupa si la gente entenderá la película o no? No creo que le importe un comino. Solo creo que quería hacer una buena película. Yo pienso que estaba muy bien, y que los actores eran increíbles"]. Así que finalmente tuve a Dylan dando su bendición a la película, lo cual no deja de ser un alivio.



P.- ¿Conoció a Dylan antes o después de la producción del filme? R.- No he tenido hasta ahora ningún contacto directo con él. Ahora está en plena gira con Jim James, el líder de Morning Jacket, y pensé que esta era mi oportunidad, porque de algún modo me siento responsable de que estén tocando juntos, y el manager de Dylan me ha dicho en alguna ocasión que no habría problema en organizar un encuentro… Pero durante mucho tiempo no he querido, tengo la sensación de que es mejor no conocerlo.



P.- Se ha sumado al boom de la teleficción con la miniserie Mildred Pierce y dirigiendo un par de episodios de Iluminada, ¿cómo fue la experiencia?

R.- Mildred Pierce fue un nuevo desafío para mí. Para empezar me atraía la idea de trabajar en un formato extendido y de hacerlo a partir de la novela original, desmarcándome de la adaptación cinematográfica preexistente. Leí la novela en 2008, justo antes del colapso económico, y la historia de esta mujer tratando de salir adelante en medio de la Gran Depresión me pareció más que pertinente en nuestros días. Me gustó el desafío. No sé si conseguimos lo que nos propusimos o no, pero la experiencia fue muy buena, y trabajar con Kate Winslet fue increíble.



P.- Su activismo en defensa de los derechos de los gays, ¿ha sido un obstáculo, una ayuda o no ha tenido ninguna influencia en su carrera?

R.- Creo que de hecho ese activismo en gran medida me ha dado una carrera. Al final de los ochenta ni siquiera había una opción, era una obligación tomar una postura respecto a la negligencia del gobierno respecto al VIH. Mi deseo de hacer cine y hablar de estos temas fue casi una necesidad. El clima político y el ambiente cultural era perfectamente propicio para ello y estoy muy orgulloso de formar parte de ese núcleo de cineastas y artistas que se preocuparon por el tema. No solo por la temática gay de las películas, sino porque esas películas también trataron de cambiar las formas narrativas, tal y como ocurrió en cierto modo en los años sesenta, cuando la militancia política de los cineastas que transformó la narrativa de las películas. Ese momento cultural nos proporcionó una audiencia, una relevancia cultural y un mercado. Yo entonces pensé que acabaría dando clases y realizando películas experimentales al margen, pero no que me convertiría en un cineasta.



P.- ¿Qué puede contar de su próximo largometraje, Carol, su regreso al cine seis años después de I'm Not There?

R.- Oí hablar del proyecto y debo admitir que sentí envidia de que esta película estuviera en desarrollo, porque contaba con Cate Blanchett y la producía Elizabeth Karlsen. Está basada en una historia que no conocía, una novela secreta que Patricia Highsmith publicó con seudónimo, muy extraña y muy radical en su tiempo porque tocaba el lesbianismo. Me enteré que los Weinstein habían comprado el proyecto y que Rooney Mara se había incorporado al reparto, así que cuando descubrí que aún buscaban un director me propuse como candidato. Además es una historia que transcurre en los primeros años cincuenta. Lejos del cielo transcurría al final de esa década, así que es un periodo que despierta mi interés por explorarlo cinematográficamente.