La nave espacial robótica OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer) ha efectuado el primer aterrizaje de la NASA sobre un asteroide. Lo ha hecho este martes (madrugada del miércoles en la Península Ibérica) sobre la rocosa superficie de Bennu, un asteroide de unos 500 metros de diámetro y unos 4.500 millones de años de antigüedad. OSIRIS-REx se posó durante unos segundos sobre él, aunque la operación total duró más de cuatro horas, y tomó una muestra de pequeños fragmentos y polvo que serán traídos a la Tierra para su estudio.
Aunque la nave japonesa Hayabusa 2 ya ha recogido antes muestras de otro asteroide, Ryugu, en el caso de la agencia espacial estadounidense es la primera vez, y lo ha hecho a una distancia de unos 334 millones de kilómetros de la Tierra.
Debido a la distancia a la que se encuentran Bennu y la nave, las señales tardaron unos 18,5 minutos en viajar hasta la Tierra. Este lapso de tiempo impide operar en directo las actividades de vuelo desde nuestro planeta, por lo que todo el proceso, que fue retransmitido por la NASA, se realizó de forma autónoma y automática. El éxito de la operación fue festejado desde la Tierra por el equipo encargado de su control y seguimiento.
La operación de OSIRIS-REx se ha producido cuatro años después de su lanzamiento y se ha llevado a cabo con un brazo robótico en un sitio bautizado como Nightingale, un área rocosa de unos 16 metros de diámetro en el hemisferio norte de Bennu.
Este lugar fue seleccionado porque contiene gran cantidad de material de grano fino sin obstáculos, aunque está rodeado de rocas del tamaño de un edificio. Durante el muestreo, la nave espacial, que es del tamaño de una furgoneta grande, aterrizó en un espacio equivalente a cinco plazas de aparcamiento, en menos de 83 m2.
Este momento decisivo se fue preparando desde que la misión alcanzó su objetivo el 3 de diciembre de 2018. El proyecto y viaje de siete años de OSIRIX-REx concluirá con la entrega a la Tierra de al menos 60 gramos y posiblemente hasta casi dos kilogramos de material del asteroide. Este cargamento especial promete ser la mayor cantidad de material extraterrestre traído del espacio desde la era Apolo, una pequeña y prístina muestra de los primeros días de nuestro sistema solar.