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Homo Ludens por Borja Vaz

El E3 de 2019, pocas sorpresas en Los Ángeles

12 junio, 2019 19:12

La Electronic Entertainment Expo de este año ha estado marcada por la ausencia de Sony. Después de haber causado una gran impresión en los años anteriores, el liderazgo ejecutivo de la compañía japonesa decidió con mucha antelación que este año no acudiría a la feria de ninguna forma. No solo no realizaría una de las tradicionales conferencias, sino que tampoco tendría presencia física en el evento, como sí hace Nintendo desde hace unos años, que ha sustituido las conferencias por vídeos pregrabados pero sigue invirtiendo mucho dinero en stands que promocionen sus próximos lanzamientos. La negativa de Sony a acudir a la feria consiguió que las expectativas de toda la industria y de los propios aficionados se relajaran muchísimo. Nadie esperaba mucho de esta convención. La proximidad de la nueva generación, planeada para finales del año que viene, hace que muchas empresas decidan imponer una política de secretismo hasta que las plataformas empiecen a concretar sus nuevas máquinas. En ese sentido, todo ha ido acorde al plan establecido, y las sorpresas han sido mínimas. Sin embargo, los E3 se miden por momentos, y ahí los asistentes no se han ido de vacío.

Microsoft admitía sentir la presión que las otras dos plataformas (Nintendo y Sony) le habían deparado con sus decisiones estratégicas, y después de haber sido cuestionada durante toda la generación, parecía ansiosa por poder dar un paso adelante y recoger los frutos de su larga travesía por el desierto. En los últimos años, el mandamás de la división Xbox, Phil Spencer, había identificado la carencia de estudios internos como la principal desventaja frente a la competencia, y para subsanarla se entregó a una agresiva política de adquisición de estudios. La inversión ha sido astronómica, pero a cambio ha reforzado en gran manera su poderío creativo. En Los Ángeles presentó a Tim Schafer y sus Double Fine Productions como nuevos integrantes de la familia Xbox, algo que solo puede considerarse como una buena noticia. Double Fine lleva casi 20 años operando desde San Francisco, pero su continuada existencia es poco más que un milagro, porque ninguno de sus juegos, a pesar de ser bien recibidos por la crítica, ha funcionado bien en ventas. El apoyo financiero de Microsoft va a darles la tranquilidad necesaria para poder enfrentar sus próximos proyectos creativos con todas las garantías. Y los juegos que hace Double Fine son perfectos para el servicio Xbox Game Pass, la subscripción que Microsoft está determinada a hacer que se convierta en el nuevo estándar.

En el marco de la conferencia uno de los momentos clave fue la presentación de Elden Ring, el nuevo juego de Hidetaka Miyazaki y From Software, que cuenta con la colaboración de George R.R. Martin para la construcción de su mundo y la elaboración narrativa. Apenas se sabe nada del proyecto, más allá de que parece que va a tirar más hacia el rol de lo que lo hizo Sekiro: Shadows Die Twice y que se intuye una vuelta a estéticas y tradiciones de raigambre occidental. Miyazaki apunta que el juego será de mundo abierto, pero su interpretación del concepto no queda muy clara, sobre todo teniendo en cuenta que todas sus obras recientes ya cuentan con esa sensibilidad de una forma u otra. Tampoco se adjuntó una fecha de lanzamiento, por lo que dudo que el juego llegue durante el primer trimestre del 2020, su ventana de lanzamiento predilecta. Es probable que haya que esperar a la Gamescom en agosto para saber algo más al respecto.

Keanu Reeves anunció su inclusión en el reparto de 'Cyberpunk 2077'

El otro gran momento, y quizá la cumbre de todo el evento, fue la aparición estelar de Keanu Reeves para anunciar su inclusión en el reparto de Cyberpunk 2077 y la fecha de lanzamiento del juego de rol de CD Projekt Red: 16 de abril de 2020. Siempre que el famoseo se acerca al sector los resultados suelen ser catastróficos. La impostura y la artificialidad lo contamina todo y al final se percibe la ocurrencia como un gasto desmedido y absurdo del departamento de marketing. Pero Keanu, que ahora está de nuevo en la cresta de la ola por el estreno de la tercera parte de John Wick, consiguió conquistar a la audiencia con su naturalidad, suscitando una reacción entusiasta de un público entregado. Los videojuegos han pasado de emplear a caras conocidas para intentar vender más a ir detrás de ciertos actores para intentar explotar al máximo sus habilidades interpretativas. Cuando se presentó el último tráiler de Death Stranding con el elenco final (Norman Reedus, Léa Seydoux, Mads Mikkelsen…) pareció algo que solo Hideo Kojima podía hacer. Pero si un estudio polaco consigue convencer a una estrella de Hollywood para interpretar a uno de los personajes principales de un juego de estas dimensiones es que las cosas están cambiando a nivel de industria.

Las demás conferencias cumplieron con las expectativas. Bethesda presentó dos nuevos proyectos: Ghostwire Tokyo y Deathloop, pero más allá de un video y una descripción general apenas se sabe nada de ambos. Ubisoft presentó el ambicioso Watch Dogs Legion, ambientado en un Londres post-Brexit que parece (esta vez sí) que va a atreverse a decir algo de calado en vez de refugiarse en la calculada ambivalencia que ha llevado hasta ahora la empresa gala con todos los juegos que ha vendido como políticamente relevantes. Sin embargo, las sempiternas filtraciones que padece ahogaron gran parte del impacto, y la promesa del juego (poder jugar como cualquiera de los miles de habitantes de la metrópolis) parece irrealizable sin algún tipo de truco ilusorio. Square Enix ofreció un amplio vistazo a Final Fantasy VII Remake cuatro años después de presentarlo por primera vez, y aunque la calidad de lo que se pudo ver parece muy alta, la intención de dividir el juego en varias entregas episódicas obliga a ser cautelosos al respecto. El juego de Los Vengadores sin embargo sí que tuvo una puesta de largo bastante decepcionante, con un diseño de personajes anodino y donde las comparaciones con el notable Spiderman del año pasado lo dejaban en clara desventaja. Por último, Nintendo anunció más ports (muy sorprendente el de The Witcher 3), profundizó en varios de los juegos que tiene para este año y terminó con un teaser de la secuela directa a The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Al juego todavía le faltan muchos meses de desarrollo, pero parece que la compañía de Kioto quiere reutilizar mucho del enorme esfuerzo empleado en el juego de 2017 para acelerar los tiempos y ofrecer una historia con un tono más oscuro.

Uno de los titulares que se merece este E3 es la notable presencia de mujeres en puestos de dirección, incluso de estudios que por su situación geográfica podrían parecer ajenos a todo el movimiento feminista que ha sacudido la industria en los últimos 5 años. Ikumi Nakamura, de Tango Gameworks, fue la encargada de subir al escenario para presentar Ghostwire Tokyo y apuntar que ejerce de directora creativa en él. Rahni Tucker hizo lo mismo con Bleeding Edge, el nuevo juego multijugador de Ninja Theory. Más mujeres también en niveles ejecutivos, como Sarah Bond, de Microsoft. De una forma u otra, esta industria está remando en la misma dirección, y aunque todavía queda mucho por hacer, la mayoría de las cosas se están haciendo bien.

Cyberpunk 2077 Full Presentation with Keanu Reeves | Microsoft Xbox E3 2019

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