'Lobezno Inmortal' funciona
Se conoce como spin off aquella película o serie televisiva que surge de un personaje secundario de un tronco inicial. El secundario se convierte así en protagonista haciendo valer el entusiasmo del público por quien no estaba destinado a brillar en solitario. Lobezno, una de las piezas de los X Men de la Marvel, es por tanto el vehículo de lucimiento no solo del personaje, una reinvención del clásico hombre lobo con la incorporación, fundamental, de la inmortalidad, sino sobre todo del actor, Hugh Jackman, cuyo indiscutible carisma e imponente planta sin duda han sido el factor principal del insospechado estrellato de Lobezno.
Hace tiempo que los estudios de cine se esfuerzan en que sus películas de superhéroes no sean meros pasatiempos banales, ahí está un autor como Tim Burton dirigiendo Batman en una fecha ya lejana como 1989 pero es evidente que es un fenómeno que se ha acentuado desde que Christopher Nolan arrasara con Batman Begins en 2005. Ya es un hecho, como vimos hace poco en Superman, que los superhéroes de ahora no son felices salvadores del mundo con vidas estables y fortaleza de espíritu sino vagabundos, atormentados, enloquecidos y traumatizados como este Lobezno con más complejos y decepciones infantiles que un personaje de Bergman.
Dirigida por James Mangold, un notable realizador que ha creado obras destacadas como Inocencia interrumpida o En la cuerda floja, Lobezno Inmortal, además de contarnos los problemas de este mutante que se siente como un paria de la sociedad y tiene problemas para controlar su propio poder, es también una película de ambientación japonesa en la que las rutinas de la acción de superhéroes y el alarde de efectos especiales made in Hollywood conjugan con las artes marciales. Y aquí debo confesar una cierta debilidad por este tipo de escenas y hay que reconocer a Mangold que dirige bien y en escenas como la espectacular batalla en el techo del tren bala incluso muy bien, la acción de la película.
Como es habitual en este tipo de cintas, todo es exagerado y caricaturesca. Lobezno viaja a Tokio para reunirse con un viejo amigo de la II Guerra Mundial que está a punto de morir dejando un imperio archimillonario a sus herederos como fundador de la compañía de tecnología más poderosa de Asia. Obsesionado con alargar su vida, desde el propio título ya se nos indica que la inmortalidad será el "tema" principal de la película, ya que es inevitable que de alguna manera se trate algún conflicto filosófico que sirva como dilema moral. En este caso, ¿es terrible morirse o es aún peor estar condenado a la eternidad? Es una pregunta que la película no contesta. En cualquier caso, hay que reconocer que uno se lo pasa muy bien viéndola y que este Lobezno Inmortal, funciona.