Los destrozos que la Covid 19 causó en la industria del videojuego se han seguido notando en este 2022. Por un lado, la crisis de semiconductores ha vuelto a limitar la venta al público de las consolas de nueva generación. Llevamos ya dos años desde que PlayStation 5 y Xbox Series se lanzaron y solo ahora empiezan a verse en las tiendas físicas. Por otro, los confinamientos y el trabajo remoto han retrasado en torno a doce meses los desarrollos de las superproducciones.
Muchos títulos se han deslizado al 2023 y Microsoft directamente ha tenido un año catastrófico por su incomparecencia, pero a pesar de la sensación general de que ha sido otro curso perdido, los estudios se las han ingeniado para presentar un plantel muy variado de juegos sobresalientes.
La escena independiente ha estado muy activa. Annapurna ha seguido apadrinando proyectos con un potencial enorme y algunos, como el caso de Stray, ha conseguido un éxito arrollador en ventas.
Sin embargo, ha sido Sam Barlow quien ha aunado todos los elogios por su maridaje entre cine y videojuegos. Immortality es una fábula lynchiana sobre la naturaleza del arte que busca reflexionar sobre el rol de los creadores como canalizadores de la divinidad. Su lanzamiento en la app de Netflix para móviles anticipa el interés de la plataforma por abrirse paso en los videojuegos.
Por otro lado, ha sido un año extraordinario para los juegos japoneses, que han apelado a las esencias para componer juegos con altísimos valores de producción. Xenoblade Chronicles 3 demuestra que Nintendo, cuando quiere, puede hacer juegos complejos y ambiciosos.
La alianza creativa entre George R. R. Martin y Hidetaka Miyazaki nos ha deparado las Tierras Intermedias, el mejor mundo abierto jamás diseñado. Sublimes panorámicas que suscitan nuestra curiosidad y nos permiten componer el puzle dinástico pergeñado por el autor de Juego de Tronos, repleto de tragedias, ambiciones desmedidas y luchas familiares. Una muestra de lo que se nos viene encima.
God of War Ragnarök ha puesto el trabajo de los actores en el centro de la experiencia en un periplo triunfal por los nueve reinos. Sin embargo, lo mejor de 2022 es Endwalker, la expansión que clausura el primer gran arco narrativo de Final Fantasy XIV tras once años es un triunfo colosal que confirma a Natsuko Ishikawa como la escritora con más talento de la escena japonesa.