Gabriela Bettini, larga distancia
Paisajes de excepción
30 septiembre, 2016 02:00Estudio, 2016
Es una artista silenciosa que camina al margen de modas y modas, y tiene la virtud de elegir un paso discreto, a ritmo propio, coherente. Gabriela Bettini (Madrid, 1977) trabaja como si escribiera una prosa concentrada. En sus obras reduce hasta el límite las imágenes y establece con ellas diálogos cortos y sin adornos retóricos. Lo vemos ahora en Paisajes de excepción, su nueva exposición en la galería Silvestre de Madrid.Sugiere y crea tensión. Tras una factura bien acabada y sin excesos, aparentemente en calma, la artista esconde algo que escapa al control mesurado. Algo incómodo. No siempre está claro qué es, y traspasar la obra, depende de las preguntas que uno quiera hacerse como espectador. Sólo así entrará en el juego que propone esta artista: comprender lo incomprensible, las capas de eso que llamamos realidad.
Hasta ahora, Bettini la había buscado en escenarios domésticos y estancias imaginadas, donde se escondían algunas de sus obsesiones, deseos y fantasías. Recuerdo una de sus imágenes más conocidas, La casa roja (2013), situada sobre la frontera con Checoslovaquia, por la que escapó de Alemania Hannah Arendt. En estos nuevos trabajos vuelve a trabajar con la idea de paisaje y el binomio lugar/memoria, aunque incluyendo un giro: la ecología. Aparece en un gran cuadro que reproduce una de las paredes de su estudio, un trampantojo en el que cuelgan varias imágenes: aves exóticas y paisajes bucólicos alineados en filas horizontales y que construyen una especie de mapa visual, hoja de ruta creativa de Gabriela Bettini. En la fila superior vemos imágenes paradisíacas encontradas en diversos sitios web de empresas que operan en Brasil, Honduras, Columbia y Filipinas, algunos de los países más peligrosos para quienes defienden el medio ambiente.
En la parte inferior la cosa cambia. La artista reproduce los escenarios donde se han encontrado los cuerpos de mujeres activistas que defendían su entorno. Y ahí, la incomodidad y el recuerdo de los asesinatos de Berta Cáceres y Lesbia Urquía en Honduras, hace apenas unos meses.
@bea_espejo