Image: En el caleidoscopio de Isaac Julien

Image: En el caleidoscopio de Isaac Julien

Exposiciones

En el caleidoscopio de Isaac Julien

Ten Thousand Waves. Galería Helga de Alvear. Dr. Fourquet, 12. Madrid. Hastra el 15 de julio. De 33.912 a 282.587 euros.

10 junio, 2011 02:00

Ten Thousand Waves , 2012

Introducirse en los espacios cambiantes que se producen entre las nueve pantallas de esta videoinstalación, y desplazarse por los relatos fragmentarios que integran la obra, a lo largo de los 50 minutos de su proyección, constituye una vivencia emocionante: equivale a entrar no sólo ya a contemplar una obra de arte reconocida, sino también a ser arrastrado a integrarse uno mismo en ese fabuloso caleidoscopio de imágenes que vienen a ser las videoproyecciones del cineasta y artista plástico Isaac Julien (Londres, 1960). La condición poética, la potencia narrativa y la inclinación que Julien muestra por la belleza, culminan en esta instalación, Ten Thousand Waves (Diez mil olas), rodada en escenarios naturales y urbanos de China durante cuatro años. Presentada en la Bienal de Sidney de 2010 y seguidamente en Shanghai en los días de la Expo, y luego en los Museos Bass de Miami y Brandhorst de Múnich, y en la Hayward Gallery de Londres, llega ahora a Madrid, a la galería Helga de Alvear, co-productora del proyecto.

La narrativa de esta videoinstalación, de formato arquitectónico, se configura a partir de imágenes cinematográficas de un hecho real: la tragedia de la Bahía de Morecambe (2004), en Inglaterra, donde el mar acabó con la vida de 23 pescadores de un barco marisquero proveniente de China. Junto a las imágenes documentales del suceso, tomadas desde un helicóptero que rastrea la costa, Julien inicia un largo relato mágico, basado en la figura de Mazu, diosa-madre de la mitología china, la cual -en El cuento de la isla Yishand, del siglo XVI- salvó la vida a un marinero náufrago. La diosa aparece aquí ensimismada y rutilante, casi como una hada a la que da cuerpo la conocida actriz Maggie Cheung, quien se desplaza por el cielo, sobre las aguas del océano, entre los altos bosques de bambú, por los antiguos caminos y los viejos puentes, cruzando valles de elevadas y brumosas montañas, paisajes emblemáticos de la China del sur. Mazu acompaña esta vez a tres jóvenes que parecen regresar del desastre de Morecambe. La procedencia literaria de la diosa incitó a Julien a incluir en la proyección imágenes de la escritura, contando para ello con la colaboración de un calígrafo extraordinario, Gong Fagen, que aparece aquí realizando letrismos gestuales sobre un suelo blanco infinito y en la magia del aire, en el vacío, gracias a la transparencia de una enorme hoja de vidrio. Asimismo por la impactante banda sonora de la proyección cruzan a veces versos de la poetisa y fotógrafa Wang Ping.

El hecho de utilizar al comienzo de la obra imágenes cinematográficas de carácter documental, estimuló a Isaac Julien a remitirse también al cine clásico chino, que tuvo en Shanghai unos estudios míticos. Julien ha contado para esta sección con la colaboración de Yan Fudong, uno de los principales videoartistas de China, y entre ambos han creado una versión de una película muda de Wu Yonggang, The Goddess, referida al mundo de la prostitución y sus motivaciones sociales. El resultado es que Ten Thousand Waves se convierte en prototipo de obra multi-genérica, sin fijar límites entre realidad y ficción, ni entre tradición y proyecto moderno. A través de sus iconos nos alcanza la poética de una cultura mítica, que no ha sido eclipsada por las imágenes políticas de la "era de la revolución" (1949-1978), ni por las "reformas de los noventa", las cuales cobran cuerpo en el Shanghai imponente de los capítulos finales de estas "diez mil olas" últimas.

Hijo de inmigrantes caribeños, Isaac Julien nació en 1960 en Londres, ciudad en la que vive y trabaja. Ha expuesto de manera individual en el Centro Pompidou de París (2005), MoCA de Miami (2005) y en el Kerstner Gesellschaft de Hanover (2006). Está representado por las colecciones de la Tate Modern, el Pompidou y el Guggenheim. Nominado al Turner Prize en 2001, ha participado en la Documenta de Kassel (2002) y en la Bienal de Berlín (2005).