Francisco Peinado
El sofá, 2005
Cuando un artista como Francisco Peinado sólo pertenece al círculo reducido de unos pocos, es que la justicia en el Arte no existe. Si hubiera que señalar entre los máximos creadores andaluces de la segunda mitad del siglo XX, el nombre de este malagueño debería figurar en los renglones de mayor significación. Su trayectoria, su particular concepción artística y una pintura de la máxima pureza así lo avala. En el manifiesto adocenamiento existente, con la pintura perdida, este artista ha configurado una variada galería de supuestos ejercidos con autoridad y dejando entrever una personal visión donde la comprometida realidad del autor se hace más presente. En esta exposición, Peinado nos conduce por una pintura marcada por esos desarrollos con referencias oníricas, personales y todo tipo de registros salidos de un apasionado creador en absoluto ejercicio de una pintura llena del más determinante sentido. Estas acuarelas, que provienen del mágico astillero que es la mente preclara de un artista con sabios encuadres de fortaleza plástica, nos sitúan por todos los ambientes de un Peinado a contracorriente, generador de actitudes formales, con suficientes recursos para ir hilvanando unas maneras que surgen espontáneas y capaces de positivar los registros de un desarrollo mínimamente presentido y sabiamente desarrollado.