Bilkin. Heros, 22. Bilbao. Hasta el 16 de enero. Precio único: 1.807 euros
Aunque la libertad del artista para pasar de un medio a otro es algo comúnmente aceptado hoy día, no suele ser muy frecuente tener la posibilidad de contemplar el desarrollo de la iconografía personal de un autor. Un autorretrato de Iñaki Sáez, seleccionado para figurar como contrapunto de las obras de la colección permanente, figuraba en el antiguo hall de entrada del Museo de Bellas Artes de Bilbao. La galería Bilkin muestra ahora el desarrollo de ese autorretrato en una serie de siete imágenes en las que los fuertes colores del óleo son traspasados al soporte fotográfico y los elementos icónicos y conceptuales se despliegan y recombinan, permitiendo una aproximación más completa y compleja al mundo visual de Sáez, hecho de reiteraciones cromáticas e iconológicas: el rojo, su propia figura, un alfabeto materializado en madera que adquiere en la serie identidad propia, convertido en objeto de juego más allá de su función original. La experiencia permite, de paso, al artista, reformular su proceso creativo, analizando la pintura desde la fotografía.