Ocaña
La obra que se presenta ahora en Cavecanem responde a los variados esquemas plásticos del artista, donde podemos reconocer las fórmulas de los maestros que marcaron las grandes rutas del arte del siglo XX. Se adivinan en ella gestos fauves y expresionistas; se presiente a Matisse, a Chagall, a Modigliani, pero con un sabor particularísimo, impregnado de esencias populares, en composiciones plagadas de símbolos de una España rancia, implacable y opresora. La exposición se estructura en torno a unos dibujos que dejan entrever sus filiaciones estéticas pero que rompen en felices manifestaciones llenas de sutilezas y aciertos compositivos y, sobre todo, en una pintura determinante, avanzada, poderosa e impregnada de todos los motivos y obsesiones de un Ocaña personal, inconfundible: sus vírgenes, sus amigos, sus increíbles indumentarias, su Cantillana natal y, especialmente, la muerte. La exposición servirá sin duda para recuperar la obra de un artista singular cuya obra no merece el olvido.