La artista Cristina Lucas (Úbeda, 1973) revisa sus últimos 15 años de trayectoria en De ida y vuelta, exposición que, comisariada por Sergio Rubira, permanecerá instalada en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Sevilla) hasta el 19 de marzo del próximo año.
La muestra, su primera individual en un museo andaluz, se concentra en aquellas obras de su producción que se apropian de sistemas que han sido utilizados para clasificar y ordenar la realidad, con la intención de subrayar el estrecho vínculo que existe entre el poder y el control del saber.
Lucas considera que "es un buen momento para hacer esta exposición, en la que hay obras desde 2007. Hay unas cartografías de 2010, monocromos de 2016, figuras de 2017... Y las últimas obras las acabé hace un mes. Es un momento interesante para echar la vista atrás y ver el recorrido de los últimos años".
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"Es una exposición muy cartográfica y, al estar en Sevilla, este aspecto es muy importante. Aquí está el Archivo de Indias, con esos mapas del mundo que invitan a pensar cómo enfrentarse a la globalización... Toda esta idea está muy presente", explica.
La cartografía, para Lucas, "es lo que te permite entender algo que es bastante más grande que tú". Por eso le interesa el concepto de "clasificar para aproximarse a un conocimiento, crear una imagen, una línea, un mapa, comprender el color, la economía...". Los mapas, las cartas de colores, la tabla periódica o los índices de valores son fundamentales en De ida y vuelta.
Las obras de Cristina Lucas dejan en evidencia el modo en el que operan los sistemas de poder
La exposición destaca por la variedad de formatos, géneros y lenguajes artísticos: junto a pintura y vídeo, el visitante "se va a encontrar con esculturas en metal, con metacrilato, derivados de los combustibles fósiles, los elementos químicos que componen el cuerpo humano y que compartimos con la corteza terrestre... También hay una torre gigante, como una moderna Torre del Oro, con los elementos de la tabla periódica y su valor en el mercado real". Además, integra unas chimeneas que forman parte del edificio, el Monasterio de la Cartuja.
Las obras de la ubetense tienen como objetivo dejar en evidencia el modo en el que operan los sistemas de poder y desvelar cómo estos nos influyen. La artista trabaja tanto desde lo macro como desde lo micro para analizar las estructuras políticas y económicas y descubrir sus contradicciones.
Todos sus proyectos responden a intensos procesos de investigación que se prolongan en el tiempo. En su trabajo se enfrenta al relato construido, aquel que se da por hecho o que se cree natural, y lo cuestiona buscando sus grietas para quebrarlo. Esta búsqueda de una ruptura de la narrativa oficial está relacionada también con sus posiciones feministas.
A través del recorrido de esta exposición se revelan algunas de las formas en las que se conectan la construcción de los Estados nación, las ideas de progreso y desarrollo económico y la explotación de individuos y territorios, y se descubren cuáles son algunas de sus consecuencias: las guerras, la globalización (con su anulación de las singularidades) o el cambio climático.
"La economía, de una manera insostenible, puede hacer la convivencia muy poco llevadera"
Lucas constata que el sistema económico actual no es una abstracción, sino que afecta a las personas de un modo muy directo, y propone darle un nuevo sentido a la Historia, detenerla en un presente continuo, en un tiempo de ida y vuelta, que nos haga conscientes del momento que estamos viviendo para plantear nuevas posibilidades de futuro.
Con su labor creativa, la artista se plantea "por qué hacemos las cosas que hacemos, qué origen tienen y qué sentido, hacia dónde evolucionan..., sobre todo ahora que damos tantas cosas por sentado". El arte para ella tiene que ver más con "plantear preguntas" que con obtener respuestas.
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Al hablar sobre su trayectoria, Lucas afirma que se encuentra "en un punto de inflexión, por muchos motivos". Y es que "llega un punto en que una artista deja de ser artista joven, que es como una coletilla que te puede perseguir toda la vida", y se pregunta con más firmeza "qué le pasa al mundo".
Su visión es crítica: "La economía, de una manera insostenible, puede hacer la convivencia muy poco llevadera. Y el cambio climático nos está afectando ya de una forma íntima y experiencial. Mi trabajo en general está girando hacia estos lugares. Las etapas de la vida se van sumando; por eso es fantástico ser artista y acompañarse de pensamientos y lecturas para construir el presente o pensar en el futuro, tratando de arrojar algo de luz".
Cristina Lucas se licenció en 1998 en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y realizó un máster en la Universidad de Irvine en California en el año 2000. Fue coordinadora del Canal de Arte de Kataweb en España y se formó en gestión cultural en la Casa de América de Madrid. Realizó un Studio and Curatorial Program en Nueva York y en la Rijksakademie de Ámsterdam.
Ha protagonizado exposiciones individuales en Madrid, Ámsterdam, Santiago de Compostela y Ciudad de México, entre otras ciudades, y participó en la Bienal de São Paulo de 2008 y en la Bienal de Liverpool de 2010, así como en Manifesta 12 de Palermo.
Sus obras están presentes en las colecciones de la Fundación La Caixa, el Banco de España, el Centre Pompidou (París), el Museum of Contemporary Art Kiasma (Helsinki), The Coppel Collection (México), Bulgary Collection (Italia) y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, entre otras.