El Thyssen se enroca con su 'Pissarro' tras la petición de Iceta de devolver las obras incautadas
'Rue St. Honoré en la tarde', que fue supuestamente expoliado por los nazis, se suma a la polémica por las obras que se apropió el Estado español durante la Guerra Civil y el franquismo
3 octubre, 2022 17:45El director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, ha reiterado la postura de no renunciar a la obra Rue St. Honoré en la tarde, efecto lluvia, de Camille Pissarro, que es reclamada por la familia judía Cassirer, a la que le fue supuestamente expoliada por los nazis. La decisión de no devolver el cuadro se ratifica después de que el Ministerio de Cultura y Deporte propusiera la devolución de todas las obras incautadas en la Guerra Civil o el franquismo que estén en organismos oficiales.
El cuadro, que pertenece al Estado español como parte de la colección del Thyssen, está en litigio en los tribunales de Estados Unidos reclamado por los Cassirer. El Tribunal Supremo de EEUU ha resuelto en favor de la familia y ha determinado aplicar la norma de conflicto de leyes del estado de California, que es favorable a que la pintura sea devuelta.
En su apelación, los abogados de la familia Cassirer defendían que la transacción que llevó el Pissarro al Thyssen no se ajustaba a derecho según la ley californiana. "Un Estado o entidad extranjera es tan responsable como lo sería una parte privada. Eso significa que se debe aplicar la regla estándar para ver qué legislación se debe emplear. En una disputa de derecho de propiedad como esta, la regla estándar es la del estado de California en este caso", explicó Elena Kagan, miembro del Tribunal Supremo.
Guillermo Solana recuerda que "las obras propiedad del Estado español en principio son inajenables"
El cuadro perteneció a la familia Cassirer hasta 1939, cuando Lily Cassirer se vio obligada a entregarlo a los nazis para poder huir de Alemania e instalarse en Estados Unidos. Luego de pasar por diversas manos tras la Segunda Guerra Mundial, fue adquirido en Estados Unidos en 1976 por el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza y en 1993 por el Gobierno español como parte de la compra de su colección privada.
Claude Cassirer, nieto de Lilly y residente en California, encontró la pintura en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, por lo que en 2005 presentó una demanda contra España y contra la pinacoteca en un tribunal californiano, que fue retomada por sus hijos, David y Ava Cassirer, tras su muerte en 2010.
A la espera de resolverse el litigio, Solana incide en que la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza no puede realizar un cambio de política sobre la devolución del cuadro porque eso no depende de ella y porque "las obras propiedad del Estado español en principio son inajenables".
"No creo siquiera que el Consejo de Ministros pueda tomar esa decisión", apostilla Solana, para insistir en que el museo "nunca se ha planteado la decisión de devolverlo", al menos desde que él forma parte de la institución. "Se ha planteado que el Pissarro forma parte del patrimonio nacional y hay que defenderlo por la vía legal", sentencia.
El Estado español apoyó al Thyssen
La Abogacía del Estado se personó en 2017 en apoyo de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza en este litigio. Según el escrito firmado entonces por la abogada del Estado María del Carmen Acedo, la aplicación del artículo 1956 del Código Civil que alegaron la Comunidad Judía de Madrid y la Federación de Comunidades Judías de España no procede en este caso, puesto que se exige que exista una sentencia condenatoria contra el que ha hurtado o robado.
Concretamente, los servicios jurídicos del Estado español afirman que "la aplicación de la regla especial de prescripción adquisitiva que establece el artículo 1956 del Código Civil español exige inexcusablemente que se haya dictado sentencia firme que declare la existencia de una conducta constitutiva de un ilícito penal por razón de la cual condene a quien pretende adquirir por usurpación con fundamento en la posesión resultante de dicho ilícito".
Solana descarta así un cambio en la política de devolución del Pissarro después de que el ministro de Cultura y Deporte, Miguel Iceta, haya expuesto que quiere devolver a sus legítimos dueños las obras incautadas durante la Guerra Civil o el franquismo.
"Es un problema que no nos afecta", asevera el director artístico del Thyssen. En este sentido, explica que "la procedencia de las obras (de este museo) no tiene nada que ver con las colecciones nacionales españolas". "Nosotros no tenemos obras incautadas en el franquismo porque nada de lo que está expuesto aquí estaba en España durante el franquismo. Todo aterrizó literalmente por el aire en el 92 y venía de Suiza", concluye.
Iceta reveló que ha solicitado a los museos nacionales y estatales que velen por que el origen de todas sus obras sea lícito después de que el Museo del Prado diese a conocer que cuenta con al menos 25 obras en su colección que fueron "probablemente" incautadas durante la Guerra Civil. El ministro añadió que no quiere que en estas colecciones permanezcan obras incautadas y se posicionó a favor de la devolución a sus legítimos propietarios.
El abogado de los judíos acusa a Cultura de "doble moral"
El abogado que representa a la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) y la Comunidad Judía de Madrid, en apoyo de la familia Cassirer, en el caso del cuadro de Camille Pissarro supuestamente expoliado por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, ha acusado al Ministerio de Cultura de utilizar un "doble rasero" y una "doble moral" ya que quiere devolver los cuadros expoliados durante la Guerra Civil y el franquismo pero no el de Pissarro.
Los herederos aseguran que la propietaria de la obra, Lilly Cassirer, se vio obligada a venderla a los nazis a bajo precio a cambio de un permiso para salir de Alemania en 1939.
"Queda evidente el doble rasero, la doble moral del Ministerio de Cultura porque, por un lado, en clave electoral, dice que van a devolver los cuadros expoliados durante la Guerra Civil pero, por otro, no devuelven los cuadros inválidamente adquiridos tras el expolio en la Segunda Guerra Mundial porque eso no trae votos", manifiesta Bernardo Cremades Jr., del despacho B. Cremades & Asociados.
"El Gobierno tiene la oportunidad de devolverlo voluntariamente y no exponerse al ridículo de una sentencia en su contra. Ellos deberían ser consecuentes del riesgo de una sentencia en su contra que podrían neutralizar devolviéndolo al igual que hacen con otros cuadros sustraídos de sus propietarios originales", añade.