La galería madrileña Fernando Pradilla recibe por tercera vez a José María Cruz Novillo (Cuenca, 1936), que presenta hasta el 3 de septiembre Diafragma La Haya, un proyecto que, estructurado en tres bloques, reúne obras de los ciclos Diafragma La Haya y Diafragma decafónico de dígitos para el INE junto a una selección de piezas históricas, pinturas, esculturas y obra sobre papel, correspondientes a las diferentes etapas de su trayectoria.
Cruz Novillo es el creador de las imágenes corporativas de numerosas instituciones y empresas (Correos, Endesa, Repsol, Fundación ONCE…). Asimismo, ha diseñado los carteles de películas como El sur, El espíritu de la colmena, Pascual Duarte, Cría cuervos, Historias del Kronen o Las cartas de Alou. Desde los años 70 expone sus obras con regularidad.
Con el ciclo Diafragma La Haya Cruz Novillo recupera una de sus series históricas de finales de los 80, exhibida primero en la galería Artline de La Haya (1988) y luego en la madrileña Aele (1989). La mayor parte de estas obras se extravió, por lo que el artista ha incursionado nuevamente en el ciclo creando varios dípticos en acrílico sobre lienzo que combinan los formatos (obras de 145 x 145 cm. y 35 x 35 cm.) y los colores (blanco y negro, rojo y amarillo).
De Diafragma decafónico de dígitos para el INE se exhibe una selección de obras de diferentes formatos que recogen índices estadísticos traducidos al lenguaje visual y sonoro de Cruz Novillo, denominadas por él “obras cronocromofónicas”. Junto a estos lienzos tintados, la muestra presenta un vídeo en bucle de la fachada del INE, creada por el artista en colaboración con su hijo Pepe Cruz (arquitecto y diseñador) por encargo del estudio de arquitectura RLA en 2005.
La idea de acudir a ciclos de etapas anteriores ha sido una práctica frecuente en la obra de Cruz Novillo. Las Estructuras manipulables de los años 70 tuvieron una segunda versión en 2008, y en esta exposición vuelve a su Diafragma La Haya tres décadas después.
Ya en su discurso de ingreso como académico electo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 2009 el artista manifestaba su inclinación a recuperar procesos creativos anteriores: “Rescato de vez en cuando, siempre por azar sobrevenido, proyectos de ciclos de muchos años atrás, irrealizables entonces, pero perfectamente realizables ahora con los recursos, materiales, técnicas actuales y con los medios disponibles en estos momentos".
"Hay que tener en cuenta", añadió, "que el comienzo y gran parte del recorrido de mis ciclos diafragmas se produjo en una época en la que yo todavía trabajaba con métodos, materiales y procesos analógicos, contando con los dedos y dibujando con lápices de colores, siendo la llegada de la digitalización, que tardé en aceptar, una revolución de efectos incalculables para mi obra”.
El artista afirma que la llegada de la digitalización supuso para su obra "una revolución de efectos incalculables"
La caligrafía visual de Cruz Novillo acoge signos de distinta índole: plásticos, sonoros, temporales y espaciales, derivando en un sincretismo que propicia esa capacidad de unas obras para engendrar otras nuevas. El desarrollo del concepto de diafragma desde comienzos de los años 90 le permite crear multitud de obras cuya característica común es la combinación de un número variable de elementos monocromáticos, sonoros, fotográficos o tridimensionales.
En este sentido, el artista ha declarado: "Es muy poco probable que de cada uno de los ciclos realice más de unas pocas obras. Me interesa mucho más la cantidad de ciclos desarrollados simultáneamente que el número de piezas realizadas de cada ciclo. Es muy importante para mí la sensación en cada ciclo de manejar una gran cantidad de unidades potencialmente posibles, mucho más importante cada día".
También manifiesta su "voluntad de hacer el mínimo número de obras imprescindible para que se perciban todas las características conceptuales básicas".
El teórico y crítico de arte Miguel Cereceda, comisario de la exposición retrospectiva Cruz Novillo: dibujante, escultor, compositor, presentada en el Palacio de Quintanar en Segovia y en la Sala Arco de Santa María en Burgos, reseñaba en el texto de la muestra el fuerte impacto que causó en Cruz Novillo la obra minimalista de Frank Stella y de Jasper Johns en un viaje que realizó en 1963 a Nueva York.
“Aquellas pinturas antiexpresivas de finales de los 50 y principios de los 60", señala, "significaban una verdadera revolución. Y de modo sorprendente Cruz Novillo absorbió rápidamente aquella ética del minimalismo”.
Varios son los códigos de esta corriente artística que se pueden hallar en la obra de Cruz Novillo, desde la economía de medios hasta esa actitud más reflexiva en torno al propio hecho artístico, pasando por la implicación del espectador en la percepción de la obra. Y es que para él esta experiencia supuso “la gran oportunidad de vivir el futuro con muchos años de anticipación”. Obras como las de la serie Tximparta, presentadas en la Bienal de São Paulo de 1977, hablan elocuentemente de la impregnación del repertorio y el discurso de la estética minimal en su trabajo.
Una trayectoria reconocida
Cruz Novillo es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 2009, y en 2012 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Ha participado en numerosas exposiciones y en ferias internacionales de arte como FIAC París, Art Basel y Art Cologne, y en ARCO de forma habitual desde 1985. De sus recientes exposiciones institucionales en Segovia y Burgos se publicará un catálogo editado por la revista Experimenta, que ha contado con el apoyo del Palacio Quintanar de Segovia y la Galería Fernando Pradilla de Madrid.
En 1957 abandonó sus estudios de Derecho y entró como dibujante en Publicidad Clarín, viviendo desde entonces en Madrid. Dos años después comenzó a colaborar como diseñador industrial en SEDI (Sociedad de Estudios del Diseño Industrial). En 1965 creó su propio estudio de diseño, desde el que ha construido la identidad visual de empresas e instituciones de gran peso en la vida española.