La lección de Pistoletto
La vertiente social y psicológica del artista se despliega en esta exposición con espejos y cuyo recorrido es un festín
11 octubre, 2021 05:42Pistoletto goza de una actualidad boyante, casi a escala planetaria. En los últimos años, ha instalado el símbolo del Tercer Paraíso en el Parque del Palacio de la Naciones en Ginebra para representar la diplomacia global, la paz y el desarrollo. Organizó una gran performance en el Malecón habanero en la que doscientos barcos de pesca formaron este símbolo del Tercer Paraíso. E incluso ha conseguido una fotografía tomada desde la Estación Espacial Internacional con el objetivo de promover la conciencia colectiva e inspirar un cambio responsable y sostenible en la sociedad.
Esto por poner algunos ejemplos de su reinvención del viejo modelo de codificar un logo como firma final de artista entre los maestros vanguardistas (la paloma de Picasso, el pez de Braque…), con su renovación del viejo signo matemático del “ocho” infinito, introduciendo un tercer círculo central, conciliatorio entre la naturaleza y la tecnología humana que hoy la amenaza. Obviamente, ese tercer círculo nodal puede resolver cualquier otra dicotomía: entre el yo y los otros, etc., como ya explicó el artista en el ensayo homónimo publicado en 2010. De manera que el Tercer Paraíso plasmaría visualmente la utopía de toda reconciliación. Un proyecto que Michelangelo Pistoletto (1933) lanzó desde su Cittadellarte, fundada a finales de los años noventa en una antigua fábrica en Biella, su ciudad natal, en los Alpes piamonteses, cuando con sesenta y cinco años decide enfocar su trabajo en la formación interdisciplinar de los jóvenes.
La vertiente social y psicológica de Pistoletto se despliega en su producción con espejos, cuyo recorrido es un auténtico festín
Partiendo de aquí, es fácil comprender la virtud didáctica, contundente, neta y absolutamente accesible para el público mayoritario de Uno y uno igual a tres, esta peculiar retrospectiva ideada por el artista en la que apenas se alude a sus inicios, con dos autorretratos de comienzos de la década de los sesenta cuando Pistoletto ya cubría las telas con una imprimación que les daba una apariencia metálica y reflectante, anticipando su producción con espejos posterior. Poco después, en 1967 sería identificado por el crítico de arte Germano Celant como uno de los principales integrantes de lo que denominaría arte povera, etapa representada en la muestra con la célebre Venus de los trapos que, frente a desarrollos de perfil más ecologista, postindustrial, estructural o teatral de sus compañeros (Anselmo, Boetti, Calzolari, Fabro, Kounellis, Mario y Marisa Merz, Paolini, Pascali, Penone y Zorio), subraya ya la dimensión social y demopráctica, pero también psicológica y orientadora a la meditación interior características de Pistoletto.
Ambas vertientes se encuentran aquí en el despliegue de su producción con espejos, cuyo recorrido es un auténtico festín. La reciente serie Smartphone-mujer joven 6 movimientos (2018), aludiendo a la incomunicación, está compensada por el monumental grupo Solidaridad (2007), donde nos confundimos entre los jóvenes de todas las etnias y culturas que marchan entrelazados. En un ala paralela, los seis módulos de Paredes blancas - División y multiplicación del espejo (1973-2021), donde recorremos nuestra visibilidad/invisibilidad a tenor de la apertura de los ángulos de los dos espejos que multiplican nuestra imagen hasta el infinito, se contraponen a la antigua Jaula (1974), en donde nos reflejamos entre barrotes de las constricciones sociales o de la que quizás sea la peor prisión, la interior.
Contenidas por este perímetro de espejos, las últimas instalaciones vuelven a reverberar la doble vertiente social e individual. Love Difference - Mar Mediterráneo (2003), es una gran mesa de espejo que dibuja la silueta del mar Mediterráneo, con diversas sillas procedentes de los países que bordean las orillas europea, africana y de Medio Oriente para plasmar la deseada concordia, promovida por el movimiento artístico interdisciplinar fundado en 2002 en la Cittadellarte - Fondazione Pistoletto. En una sala contigua, hallamos La hora del juicio (2009), una instalación que aborda la espiritualidad y las principales religiones monoteístas (cristianismo, islam, budismo y judaísmo) representadas por sus elementos simbólicos (reclinatorio, alfombra y una estatua de Buda) ante sus respectivos espejos, unificando un logrado espacio que llama al recogimiento.
Para terminar, el artista ha sintetizado didácticamente toda su poética en el Proyecto Arte - Puertas Oficinas, 1994-2021. Construida con simples listones de madera, que dejan a la vista el recorrido cuadriculado por las sucesivas estancias: Arte, Deporte, Ley, Espiritualidad, Política, Derecho, Ciencia, Comunicación, Historia y Ecología, en esta instalación se integran viejas piezas, algunas tan conocidas como la Esfera de periódicos, 1969; pero también códigos QR para conocer su teoría El Arte de la demopráctica (2018).