El pasado es hoy, y mañana
Pretérito Perfecto aborda un tema tan amplio e inabarcable como es el de las lecturas del colonialismo y sus derivas
13 octubre, 2020 09:17Esta es la historia de la Historia, de sus capas y duelos, de memoria y de recuerdos, de la necesidad de revisarla y de cuestionarla. Está contada a través del trabajo de tres artistas y tiene por protagonistas a dos personajes femeninos fascinantes: la cantante y activista sudafricana Miriam Makeba, autora de la conocida canción de los sesenta 'Pata pata', y Antígona, la hija de Edipo. A esta última le dedica Grada Kilomba (Lisboa, 1968), su magnífico Illusions Vol. III, Antigone (2019), la tercera entrega en forma de vídeo-instalación firmada por esta investigadora a la que quizá recuerden de la Bienal de Berlín (2018) o la de São Paulo (2017), y que es un lujo poder ver, por fin, en España.
Tiene Kilomba una especial habilidad en el arte del story-telling. Se apoya en mitos greco-latinos –Narciso, Edipo y Antígona– que subvierte para hablar de la relación entre Europa y África. Ella, una mujer negra, hace de narradora –o griot, según la cultura africana– sentada en una banqueta en un escenario aséptico. Mira desde su pantalla hacia la proyección en la que se desarrolla la acción: una escenografía en la que varias figuras despliegan sus capas, se retuercen, entran y salen de plano. Con sus cuerpos, la combinación de los colores –sólo tres: blanco, rojo y negro–, y la palabra –hábil combinación de la tradición oral africana y la mitología clásica greco-latina– llena con rotundidad el espacio. Habla de racismo, género y violencia, subrayando –a través de la figura de Antígona y su lucha por enterrar a su hermano muerto– la importancia de reconocer lo ocurrido en el pasado para cerrar las heridas del presente.
Es un lujo poder ver por fin la obra de Grada Kilomba en España. Combina con habilidad el movimiento de los cuerpos, los colores y la palabra
Rastrea también las huellas del colonialismo en África Ângela Ferreira (Maputo, 1958) apoyándose en el simbolismo de la arquitectura. En Dalaba: Sol d’Exil se detiene en la vida de Miriam Makeba. Su activismo anti-apartheid le obligó a dejar su país y a iniciar un periplo por Europa, Nueva York y Guinea. En este último se construyó una casa de planta circular inspirada en la arquitectura vernácula africana. Ferreira ha trabajado mucho sobre sus distintos elementos, dedicándole, incluso, una exposición completa (en Culturgest, en Oporto, el pasado año). A la sala de la galería NF ha traído una réplica de la cubierta, una plancha de zinc ondulada que mide más de tres metros, de acentuadas formas minimalistas. Hace un guiño a la idea de casa-refugio y a la necesidad de conectar desde el exilio con los orígenes, y despliega sus recuerdos en varios elementos: cinco pósteres con la historia de la cantante, una fotografía de la construcción original, la cubierta y un tocadiscos que reproduce la canción 'My piece of Ground', de Makeba.
A esa pieza musical sobre la explotación de los recursos –naturales y humanos–, le toma el relevo Rogelio López Cuenca (Nerja, 1959) en Quilombo #1 (Antonio López) (2016), uno de sus proyectos sobre el trasfondo político de los monumentos. Se cierra con él y con un vídeo un tema tan amplio e inabarcable como es el de las lecturas del colonialismo y sus derivas, que esta exposición aborda con un atractivo montaje. Dice Kilomba en su vídeo que si la historia sólo la han contado algunos, quizá los excluidos sigan todavía revoloteando como fantasmas que buscan poder aportar su versión. De ahí la importancia de todas estas piezas que ponen el foco en un pasado que marca nuestro presente y nuestro futuro.