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Maider López hace respirar al Bellas Artes de Bilbao

El museo y la Fundación Banco Santander han reactivado el programa 'Obra Invitada' con 'Arnasa', una instalación que gradúa la intensidad de la luz del museo al ritmo de la respiración

4 junio, 2020 13:54

A pesar de que los museos han estado cerrados durante un tiempo las obras que viven en ellos han permanecido en su sitio. No las hemos podido ver ni sentir aunque sean muchos los que hayan podido pensar en ellas. Sin embargo, los cuadros y esculturas han seguido conviviendo y respirando en su espacio en las condiciones que exigen. El Museo de Bellas Artes de Bilbao y la Fundación Banco Santander han reactivado su programa Obra Invitada con Arnasa, una instalación de la artista Maider López que gradúa la intensidad de la luz del museo al ritmo de la respiración. Se trata, además, de la primera vez que el museo encarga una obra site-specific

La artista asegura que ha sido difícil el reto de crear una pieza que tuviera relación con el momento que estamos viviendo “sin obviarlo pero sin hablar directamente de ello”. Durante dos meses pudo acceder al museo cerrado y en esas visitas tan especiales tuvo la oportunidad de sentir cómo las obras habían permanecido vivas en su espacio. Para López esto fue una revelación, “una potente sensación de vida”. Tras diversas jornadas de pensamiento y reflexión dio con esta idea ('arnasa' es respiración en euskera), pues la pandemia que estamos viviendo plantea, en gran parte, un grave problema respiratorio. Arnasa es, según explica la artista, “un proyecto en el que la luz fluye creando la sensación de que es el museo el que está respirando”. 

La instalación, que se activa cuando cae la luz solar y se prolonga hasta la 1 de la madrugada, se puede ver desde fuera de las paredes del museo, integrando así el edificio con la esfera pública. “Siempre pienso mucho en cómo mirar el museo desde fuera y, en este caso, la luminosidad sale por ventanas y cristaleras expandiendo el museo, conectando el interior y el exterior”. Cuando se ilumina, el edificio nos deja ver algunas de las obras de la colección. Sin embargo, unos segundos después vuelve a reinar una oscuridad a la que le sigue un nuevo intervalo de luminosidad tras el que podemos detenernos a mirar otros detalles. 

La transición de luz a oscuridad dura nueve segundos a los que sigue un periodo de tres segundos de oscuridad

No se trata de una iluminación caótica como la de una bombilla a punto de fundirse sino que responde al ritmo medio de la respiración humana. La transición de luz a oscuridad dura nueve segundos y tras tres segundos de apnea regresa la luminosidad. Es un ritmo pausado, muy lento, que algunos transeúntes ni siquiera lo percibirán, como el aliento de la persona con la que conversamos. “Hemos tenido Arnasa en funcionamiento para poder documentarla y hemos podido ver el efecto en la gente. Había quien no la notaba mientras que otros se quedaban mirando”, asegura la artista. En este sentido, Maider López no pide nada especial al transeúnte. “Me gusta cuando descubren la pieza, que tengan un encuentro directo y que cada uno lo experimente como quiera”, detalla López. 

Al hilo de esta instalación la artista está trabajando en una obra fílmica que está grabando en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. La cinta continuará con la idea de aparición y desaparición que vertebra Arnasa por lo que no solo podremos ver escenas de primeros planos de algunas piezas de la colección sino también las escaleras, columnas y recovecos que lo sustentan. Y es que a Maider López siempre le ha interesado proponer nuevas formas de relación con lo cotidiano. En este caso, la instalación “interviene en el espacio público y la arquitectura, rompiendo el estatismo de las cosas y los lugares, invitando a buscar nuevos modos de ver y de relación con nuestro entorno”.

@scamarzana