Muchos artistas están viviendo la cuarentena en Madrid y, al igual que los museos y centros artísticos, su actividad se ha visto parada en seco. Sin embargo, estos momentos de cierre forzoso sirven para emprender nuevos trabajos y lanzar nuevas propuestas. Es el caso del CA2M, que pone en marcha #Unmetroymedio, un proyecto en el que artistas residentes en Madrid nos explican su trabajo desde el confinamiento. Utilizando los medios caseros que tengan al alcance, comunicarán sus ideas a través de textos e imágenes o nos contarán cómo se encuentran y los futuros posibles a los que se enfrentan.
“Hay una responsabilidad social, nuestra escena no es la de París o Londres. Y hay otro factor y es que la cultura es más importante que nunca, todo lo que hacemos estos días en torno al ocio es cultural. Ha habido un giro al que nos estamos acostumbrando todos”, opina Manuel Segade, director del centro y comisario junto a Tania Pardo de #Unmetroymedio. La selección de los artistas para este proyecto se ha basado en tres criterios. Por un lado que sean residentes en Madrid durante la cuarentena, que no estén representados en la colección del museo y la paridad de género.
Entre los nombres que participan podemos encontrar a Ángela Cuadra, Andrés Senra, Irma Álvarez-Laviada, Carlos Aires o Antonio Fernández Alvira. “Todos estos artistas nos enseñan sus casas, un espacio doméstico e íntimo. No queremos cerrarlo justo cuando pase esta situación sino que pretendemos que se alargue para documentar lo que va a pasar después. Va a ser una especie de diario coral y poético sobre lo que estamos viviendo”, asegura Segade. Además, se trata de una iniciativa retribuida en un momento en el que “las ventas apalabradas en ARCO que no se pagaron es posible que no se hayan materializado”, incide el director. El título mismo hace alusión a la distancia social que debe establecerse entre las personas en estos días de cuarentena, una norma que, ya sea a través de ventanas, balcones o pantallas, lleva a inventar nuevas formas de cercanía emocional.
Todo el material realizado será compartido en la web y las redes sociales del museo bajo el hashtag #Unmetroymedio. Las dos primeras entregas, protagonizadas por Irma Álvarez-Laviada y Andrés Senra ya se pueden ver en la página web del centro. En el caso de la ganadora del último Premio de Arte Emergente Cervezas Alhambra se trata de un vídeo en el que nos muestra su lugar de trabajo actual. Ha cambiado su estudio de siempre por una esquina de su cocina, un espacio al que aún se está acostumbrando. “Álvarez-Laviada se basa en la relación entre los objetos de su estudio. Dejó la pintura tradicional hace tiempo para mirar las cajas, el embalaje y las espumas que protegen la obra cuando va a ser transportada”, comenta Segade. En este caso, “todo ese trabajo lo está haciendo desde casa y su vídeo empieza con una imagen en blanco y su voz en off para dar paso a un foto fija de su cocina”.
En el trabajo de Senra vemos un espacio doméstico en el que el artista propone una performance que realiza él mismo. “Le interesa hacer una crítica de la identidad inmóvil, de la imposibilidad de ser de otra manera. Ahora que todos estamos encerrados somos distintos a cómo éramos antes y las personas que tenemos alrededor se nos antojan aún más diferentes”, apunta el director del CA2M. Y su actuación la realiza con la máscara de un perro que nos lleva a “un relato de ciencia ficción, a un futuro múltiple que viviremos una vez pase lo que estamos viviendo”. No es casual que en la segunda parte del vídeo veamos a un perro en un bosque, “simboliza el sueño de la libertad”.
A ellos se unirán otros nombres como Ángela Cuadra que ha jugado una partida de canicas con sus hijos sobre una pintura suya. Todo este material, realizado con textos, imágenes y vídeo, se convierte en un registro de la necesidad que tenemos de comunicarnos. Sobre todo estos días en los que la pantalla de nuestro ordenador o teléfono se ha convertido en una ventana al exterior. De la misma manera, este proyecto se convierte en una puerta a las espacios domésticos convertidos en lugares de trabajo improvisados, de formas de producción desde la emergencia, de redes afectivas digitales y de formas colectivas de confrontar el miedo; engrosando el fondo documental del museo para recoger el momento histórico, político y social que estamos viviendo.
“Algunos artistas están trabajando en el futuro y este proyecto les ha permitido pensar en la posibilidad de seguir creando. El gran miedo actualmente ese ese, qué pasa con los proyectos cuando todos los centros están cerrados. Es complicado pero interesante para la creatividad”, opina Segade. Es posible, además, que con el material que se recabe con esta iniciativa se haga algo en el futuro. Lo que no saben aún es qué forma tendrá. “Ha sido importante poder mantener todos los proyectos que teníamos previstos. Las exposiciones están cerradas pero se ampliará la fecha de cierre cuando podamos abrir y continuamos con los proyectos online. A través de una pantalla podemos llegar a otro tipo de público”, incide Segade. Por eso, #Unmetroymedio es un proyecto abierto que irá recomponiéndose según el devenir de la propia incertidumbre de los días y de ese anhelado momento de reconstrucción.