Una de las secciones favoritas de muchos fieles a la feria, quizá la más fresca y arriesgada, es la situada al final del pasillo 9. Estas galerías de menos de siete años de vida y convocadas por invitación esperan establecer nuevos contactos comerciales que den aire al estancamiento del sector, para quizá poder dar el salto al Programa general.
Se hace difícil resumir la trayectoria de Övül Ö. Durmusoglu comisaria y crítica establecida entre Berlín y Estambul vinculada, entre otros, a los Programas Públicos de la dOCUMENTA13, que ya había participado en los encuentros profesionales de ARCO16 cuando Turquía fue país invitado, y de Tiago de Abreu, comisario fuertemente vinculado al galerismo madrileño y cofundador de la revista Claves de Arte. Ellos son los encargados de hacer brillar esta sección por la que han pasado más de 200 galerías internacionales en esta década, pero que también evidencia la dificultad de encontrar nuevos proyectos patrios. A pesar de esta escasez es imposible no destacar la salud de un programa en el que cuatro de las 21 galerías participantes en Opening19 han pasado al Programa General: Copperfield (Londres), Francisco Fino (Lisboa), The Ryder (Londres-Madrid) y GAEP (Bucarest) afianzan su compromiso con ARCO en una edición que parte con altas expectativas tras la cancelación de Art Basel Hong Kong, que se hubiera celebrado en marzo, como consecuencia de la epidemia del coronavirus. Además repiten nueve, cerrando así su bienio de permanencia máxima: Pasto (Buenos Aires), Sé (São Paulo), Embajada (Puerto Rico), Bombón Projects (Barcelona), Rolando Anselmi (Berlín-Roma), Crisis (Perú), Rodríguez (Polonia), Lehman+Silva (Oporto) y Twin Gallery (Madrid).
El deseo de cambio
Durmusoglu y De Abreu apuestan por un modelo inclusivo de conciencia sociopolítica que se articula a partir de la excelencia del proyecto galerístico pero también, especialmente, del trabajo de cada artista: “Decidimos trabajar en una geografía expandida para ampliar las conexiones que ARCO había establecido. Ha sido muy importante darle un lugar a Gypsum Gallery (El Cairo) que juega un papel determinante en la escena del Medio Este o Jahmek (Angola) que tiene una prometedora posición en la escena contemporánea africana. El deseo constante de cambio es el único aspecto sobre el que se reúnen los distintos intereses y metodologías artísticas”. Dentro de la selección de este año, que definen como diversa y enérgica, algunos artistas trabajan específicamente el campo de la figuración –João Gabriel, Apolonia Sokol o Yazan El Zubi– o la abstracción –Fernão Cruz, ASMA y Carlos Issa–. También han querido destacar la práctica contracartográfica de Cian Dayrit que viene con NOME (Berlín) y trabaja en diálogo con las comunidades locales y activistas para indagar en el legado postcolonial, las narrativas históricas y las mitologías ancestrales. Yonamine (Jakhmed, Angola) se centra también en el imaginario potencial de la ruptura de códigos coloniales creando abstracciones desde su narrativa personal como sujeto colonizado. “Hablamos de coextensive ecologies para definir un pulso que abarca la deriva colonial, las historias y ficciones, la endo y exo política social, la reorganización espacial y/o las subjetividades digitales”, apuntan.
Galerismo latinoamericano
Casi un año de trabajo para dibujar este paisaje en el que el nuevo galerismo latinoamericano brilla con proyectos como Proxyco que, aunque establecida en Manhattan, trabaja únicamente con artistas de México y Colombia en un intento de sincronizar el arte latinoamericano con los movimientos artísticos internacionales. Presenta un dúo con Livia Corona Benjamin y Pablo Gómez Uribe. La peruana Crisis trae a Sarah Zapata, hija de inmigrantes peruanos en EE.UU. que construye a través de la tradición textil, en concreto de la creación de sus fabulosas arpilleras, relatos de apropiación cultural sobre lo femenino y la artesanía popular, junto a las instalaciones pictóricas de Adriana Ciudad, que también reinterpreta sus orígenes limeños bajo la mirada de la sociedad de consumo. De Puerto Rico repite Embajada con ASMA, un jovencísimo colectivo que ha conseguido crear un universo de inquietantes formas y dispositivos basados en la estetización de la vida cotidiana y que comparte stand con Gabriela Torres Ferrer, artista multisciplinar puertorriqueña asentada en Barcelona que reflexiona sobre los futuros posibles y la distopía en el mundo digital. Y de Buenos Aires nos visita la obra del arquitecto y escultor Lucas Simoes que evoca el neo-concretismo brasileño combinando materiales a priori irreconciliables como el hormigón y el papel, junto a la fotógrafa Estefanía Landesmann que cuestiona las convenciones del medio fotográfico con enorme sensibilidad. Ambos vienen con la galería Pasto. Piedras, también desde Buenos Aires, presenta las ficciones filmadas de Liv Schulman, reflexiones audiovisuales sobre la economía global, junto a la pintura de línea ágil, reminiscencias de Picasso y Matisse y fondos color carne de Carla Grunauer.
Desde São Paulo la galería Sénos trae la intimidad de las relaciones sexoafectivas y la identidad racial del artista queer Rafael RG y la pintura abstracta y colorista de Carlos Issa. La paulista Superficie propone uno de los stands más apetecibles: Sonia Andrade, una de las pioneras históricas del videoarte de mediados de los años 70, discípula y compañera generacional de Anna Bella Geiger convive con los dibujos abstractos de tachones, borrones y exquisitos mínimos en papel de arroz de Mira Schendel.
Propuestas peninsulares
Respecto a las peninsulares, destacamos el debut de Nordés que desde la periferia compostelana presenta reminiscencias urbanas en los colores inspirados en la Roma de Miguel Marina y en los escombros rescatados de las travesías de Narelle Jubelin; Bombón Projects (Barcelona) apuesta por la escultura de proximidad de Jordi Mitjá y el apropiacionismo de sus reliquias encontradas; Fran Reus desde Palma de Mallorca nos trae las ruinas del futuro de Marian Garrido y Twin Gallery la reflexión y deconstrucción de los media de Eli Cortiñas.
No nos olvidamos de las propuestas portuguesas como Balcony (Lisboa) con Fernão Cruz y Lehman+Silva (Oporto) con Joao Gabriel y Ramiro Guerreiro. Ni de nombrar a la polaca Rodríguez, que muestra la escultura rotunda de Jimena Kato; la Galleria Piú de Bolonia con Yves Scherer y el colectivo rumano Apparatus 22, activistas que exploran las relaciones entre economía, género, magia y movimientos sociales. Rolando Anselmi de Berlín, que aspira también a convertirse en centro de producción, presenta a Santiago Tacetti. Suprainfinit (Bucarest) a Vlad Nanca y The Pill (Estambul) a Soufiane Ababri y Apolonia Sokol.