Este Sorolla no se ha visto en 50 años
En 1905 Joaquín Sorolla pasa el verano en Jávea con su familia. Allí, el artista pinta varios cuadros sobre el paisaje, su familia y niños en el mar, comienza a coquetear con la luz y da vida a Niño con sombrero, un lienzo ideado para la que iba a ser su primera exposición individual en la galería Georges Petit de París. En 1907 lo compra Dolores de Uriburu y en 1968 se expone en la galería Biosca de Madrid, donde la adquiere Marta Fernández de Bastida. Aquella fue la última vez que el público pudo verla. Ahora que han pasado 50 años este niño será el gran reclamo de la tercera edición del Salon du Connaisseur.
La cita, que congrega a 16 expositores, tiene lugar del 5 al 9 de junio en la calle Velázquez 12. La gran estrella de esta edición es, sin duda, esta pieza en la que Sorolla refleja mucho más que a un joven. Con un precio de 500.000 euros, el galerista Jorge Alcolea, director del salón y el expositor que la muestra, explica que el cuadro estaba en buen estado de conservación y tan solo hizo falta limpiar los barnices antiguos para devolverle los colores originales y un nuevo marco.
El retratado, que se ha pensado que podría tratarse un pescador o un campesino, podría ser Vicente, un niño al que se lleva a Jávea como ayudante. Aunque es este muchacho quien aparece en primer plano, Sorolla "no pretendía hacer un retrato sino otorgar protagonismo a diferentes elementos como el Cabo de San Antonio", sostiene Gabriel Pons Olivares. El joven aparece con camisa blanca y sombrero de paja sentado bajo un emparrado desde el que se observa este lugar que también aparece en otras obras que forman parte de las colecciones del Thyssen de Málaga, del Museo Sorolla o de la Hispanic Society.
La importancia de la obra reside en la luz reflejada en el mar y en la roca. Aquí, el pintor es cautivado por los tonos naranjas y amarillos, azules, verdes y rojos que lideran toda la escena. "El verano de 1905 marca el cambio en su paleta de colores porque se libera de todo convencionalismo", apunta Pons Olivares. Después de esta pieza, comenta Alcolea, Sorolla pintó El baño, Jávea, que se encuentra en el Met Museum y William E.B. Starkweather pescando, de la Hispanic Society de Nueva York. El galerista, que cree que nuestro pintor impresionista "sigue estando infravalorado", espera que el cuadro "se quede en España".
Un salón con expertos en diferentes épocas
Esta cita nace "a petición de algunos anticuarios que ven que hay un periodo, desde las ferias hasta octubre, en la que no hay movimiento en el mercado del arte", recuerda Jorge Alcolea. La idea, desde el principio, fue hacer un salón con "expertos en diferentes épocas y ámbitos como los muebles, las joyas, el siglo XVIII, el arte moderno o el contemporáneo". El objetivo es que el galerista y el experto estén disponibles para el asistente, que sea una cita amena "y la gente se pueda iniciar el coleccionismo". En su primera edición tuvieron 3.800 visitantes, en la segunda la cifra se elevó hasta 5.000 y ahora esperan contar hasta 7.000 asistentes. "He pedido a los expositores que busquen piezas importantes para el salón, que se vean en público por primera vez para evitar que sea una prolongación de lo que tienen en sus galerías".
De modo que Antigüedades García expone un Bonito niño andaluz en madera policromada perteneciente al círculo del escultor Martínez Montañés del periodo 1640-1670. Piranesi MCMXCI expondrá, entre otros, una tabla gótica del siglo XII que representa a San Miguel sosteniendo la balanza de la justicia. Antigüedades Miguel Cebrián mostrará mobiliario aragonés del siglo XVIII con pintura original y, también mobiliario aunque italiano, es lo que se podrá encontrar en el espacio de Beatriz Bálgoma, que también expondrá varias piezas de la pintora surrealista Ángeles Santos Torroella.
El sector editorial, representado por la Librería Anticuaria Astarloa que recala en el salón con el libro Liber Chronicarum de Hartmann Schedel, también conocido como la Crónica de Nuremberg. Impreso en Alemania en 1493 narra el mundo desde la creación hasta 1492 y ha sido ilustrado, entre otros, por Durero. Por su parte, la Librería Andreda contará con una selección de libros que abarcan temáticas que van desde la antigüedad hasta nuestros días.
La joyería antigua también tiene su representación en Joyas Antiguas Sardinero, que mostrará una pareja de clips del año 1940 en oro y diamantes, firmados por la legendaria joyería Mellerio Dits Meller, la más antigua de París, que cuenta entre sus clientes con todas las Casas Reales europeas. Mientras que en la madrileña S&B Joyas y Relojes, además de piezas de joyería, se podrán adquirir relojes antiguos y de lujo vintage de los años 50.
El arte moderno también tiene su espacio en el Salon du Connaisseur con los stands de galerías como Jorge Alcolea Modern Art que presenta Sacré – Coeur de Montmartre et Square Saint Pierre de Maurice Utrillo, La campesina de Manuel Hernández Mompó, que se podrá ver en el espacio de la Galería de Arte Pilares, Mujer en amarillo de Juan Barjola en la Galería Benlliure, Paisaje de José de Togores en la Galería Roger Viñuela, Nocturno de gatos de Rafael Zabaleta en Galería Jordi Pascual y Cuatro líneas verticales de Antoni Tàpies.