Imagen de una exposición de Ed Atkins en la Fundación Sandretto de Turín
La Fundación Sandretto Re Rebaudengo recalará en la Nave 9 de la institución a partir de 2019 con los objetivos de promover a los artistas jóvenes, acercar el arte contemporáneo a todos los públicos y crear sinergias entre instituciones. Cien obras en rotación, programas educativos, talleres, cursos y conferencias forman parte del programa de la fundación.
Patrizia Re Rebaudengo comenzó a coleccionar en 1992 durante un viaje a Londres. Han pasado 25 años de aquel momento y su colección, que atraviesa diferentes etapas de su vida, es una de las más importantes de Europa. En 1995 ideó una fundación que apoya el arte contemporáneo y proyecta una nueva forma de mecenazgo. Además de coleccionar y programar, la Fundación Sandretto Re Rebaudengo, afincada en Turín, cuenta con un programa de apoyo a artistas y comisarios y produce muestras y obras específicas. Su presidenta,
Patrizia Re Rebaudengo, ha presentado este lunes los objetivos y proyectos de su nueva sede en Madrid, "una gran capital europea y un puente con América Latina, un continente cada día más importante en el mundo del arte contemporáneo".
A partir de 2019 la filial madrileña de la Fundación Sandretto Re Rebaudengo se asentará en la Nave 9 de Matadero Madrid, según el acuerdo de cesión del espacio por 50 años firmado con el Ayuntamiento de la ciudad, titular del edificio. Las obras de rehabilitación del espacio de más de 6300 metros cuadrados (el doble del espacio que tiene la fundación de Turín) empezarán este mismo año a cargo de los arquitectos David Adjaye y Arturo Franco y tendrán un coste de cerca de siete millones de euros que aportará la propia institución.
La colección, con obras de artistas como
Anish Kapoor, Damien Hirst, Cindy Sherman,
Helen Marten y
Doug Aitken, ha sido gestada con el objetivo de "suscitar la reflexión", ha citado Patrizia Re Rebaudengo. En ese sentido, la fundación "va a traer la obra de artistas importantes que aún no están en Madrid", explica. Así,
la Nave 9 expondrá en rotación 100 obras procedentes de la colección que las ha cedido en comodato de uso a la sede madrileña y contará con un recorrido y exposición permanente "para mostrar el arte contemporáneo de las últimas tres décadas", asegura.
Damien Hirst: Love is great, 1994
Entre los objetivos de este nuevo espacio para el fomento del arte contemporáneo están, en primer lugar,
"apoyar y promover a los artistas jóvenes ofreciéndoles un espacio donde exponer, y produciendo y financiando su obra". En segundo lugar está "acercar el arte contemporáneo a un público más amplio con las actividades del departamento educativo" y, por último, "crear sinergias entre instituciones culturales tanto nacionales como internacionales como la Serpentine Gallery de Londres o la Tate de Liverpool", apunta.
La fachada de ladrillos de la Nave 9, ha comunicado la coleccionista, permanecerá intacta mientras que el interior se renovará por completo para que este albergue "salas de exposición permanente, salas dedicadas a exposiciones temporales, un auditorio, una terraza para eventos musicales y
performances, residencias, talleres, aulas y una librería". Además, aunque la fundación no estará abierta hasta el año 2019, se realizarán diversas actividades hasta que llegue la fecha de apertura. De momento, todo parece indicar que
la inauguración de la fundación llegará con la muestra Una mirada diferente (aún como título provisional) con las piezas de la colección permanente. Esta selección, formada por artistas cuyas obras actualmente no se ven en los museos madrileños, mostrará las tendencias más señeras del arte actual.
La otra cita será Greater Madrid, un proyecto dedicado a la escena artística madrileña más actual en la que los artistas crearán obras
site-specific para las salas de la fundación.
Maurizio Cattelan: Bidibidobidiboo (detalle), 1996
Por otro lado, "con la creación de la Fundación Sandretto Re Rebaudengo Madrid aplicaremos las prácticas y los modelos gracias a los cuales cada día, desde hace veinte años, fomentamos la creación de nuevas obras de arte y apoyamos a los jóvenes artistas, asimismo promoviendo el conocimiento del arte contemporáneo y su papel en el ámbito social, intentando acercarlo a un público cada vez más amplio".
La coleccionista, que asegura que siempre ha apostado por "conocer a los artistas y visitar sus talleres", también tiene previsto repetir aquí algunas actividades e iniciativas que ya funcionan en Turín. Una de ellas es las
residencias para comisarios que durante cuatro meses viajan por Italia y sus puntos artísticos de referencia para, a su vuelta, organizar una exposición en dicha ciudad. La idea detrás de este proyecto es "que los comisarios desarrollen capacidades y promover el arte italiano fuera". También habrá un curso específico para la formación de comisarios que se llamará CAMPO pero, por lo pronto,
uno de los objetivos más inmediatos de Patrizia Re Rebaudengo es "estudiar la escena artística madrileña".
@scamarzana
Los nombres de la colección
El núcleo principal de la colección comenzó en los años noventa en Londres, en parte gracias al fenómeno Young British Artists. Allí se hizo con
1000 Names, obras de Anish Kapoor y primer artista en formar parte de la misma. Luego vino
The Acquired Inability to Escape, Inverted and Divided, de Damien Hirst,
Cyber-Iconic Man, de Jake y Dinos Chapman y
Love Me de Sarah Lucas. También en Londres pasó a formar parte de su nómina Maurizio Cattelan. Luego vino la expansión a la costa oeste norteamericana con la adquisición de piezas de los artistas Mike Kelley, Raymond Pettibon y Charles Ray.
Posteriormente vino la apertura a obras de disciplinas más innovadoras como la vídeo-instalación de Doug Aitken, la fotografía de Andreas Gursky y Thomas Ruff, un enfoque que se puede considerar como la profundización de una anterior atención hacia las poéticas de la
Pictures Generation de los 80, representada en la colección por artistas como Cindy Sherman, Barbara Kruger y Richard Prince. El arte femenino, la inclinación hacia temáticas políticas y sociales, un renovado interés por la pintura, la performance y la era digital, prestando atención a artistas como
Ed Atkins, Helen Marten y Ian Cheng, completan la colección de Patrizia Re Rebaudengo que pronto se podrá disfrutar en Madrid.