Image: Muere José Luis Cuevas, abanderado del rupturismo mexicano

Image: Muere José Luis Cuevas, abanderado del rupturismo mexicano

Arte

Muere José Luis Cuevas, abanderado del rupturismo mexicano

El pintor mexicano, que lideró la Generación de la Ruptura en contra del omnipresente muralismo, ha fallecido en la Ciudad de México a los 83 años

5 julio, 2017 02:00

José Luis Cuevas

El artista mexicano José Luis Cuevas, pintor, grabador y escultor, ha fallecido a los 83 años de edad en Ciudad de México, según informó la titular de la Secretaría de Cultura de México, María Cristina García. "Mi profundo pesar por el deceso de José Luis Cuevas, uno de nuestros máximos creadores plásticos del siglo XX. Mi pésame a sus deudos", informó la secretaria de Cultura en un mensaje en su cuenta de Twitter.

También el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, expresó por la misma vía su pésame a familiares, amigos del artista, así como a la comunidad cultural, por la muerte de Cuevas, representante de la generación de la ruptura en la cultura de este país. "Artista de México y el mundo, José Luis Cuevas será recordado siempre como sinónimo de libertad, creación y universalidad", expresó el mandatario.

Nacido en 1934, Cuevas es considerado uno de los más destacados artistas mexicanos de la segunda mitad del siglo XX, en cuya escena irrumpe con su rechazo expreso a los dos pilares de la cultura y sociedad mexicanas modernas: el muralismo y el nacionalismo. El artista decidió el rumbo de su carrera en 1958 al publicar una carta titulada "La cortina de nopal", en la que tomaba una postura crítica ante la Escuela Mexicana de Pintura, simbolizada por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, a la que calificaba de "folclórica, superficial y ramplona".

Cuevas se convirtió entonces en un artista polémico y uno de los principales impulsores de la llamada "Generación de la Ruptura", junto con otros grandes creadores mexicanos como Manuel Felguérez, Vlady, Vicente Rojo, Pedro Coronel y Fernando García Ponce. Reconocido pintor, escultor y grabador, la obra de Cuevas sobresale por las grotescas y deformadas facciones de sus dibujos y sus cuadros. De este modo, el realismo, no el que da muestra exacta de la realidad, sino el propio de seres que se encuentran en los márgenes, como locos o prostitutas; es la gramática con la que el pintor elabora todo su trabajo. Una opción plástica y estética en la que destacan dos aspectos clave, el carácter marginal de sus protagonistas y la inclinación por el dibujo y las técnicas propias del papel, como la tinta, la aguada, la acuarela o el lápiz.

El poeta y crítico de arte mexicano Miguel Ángel Muñoz afirmó que Cuevas debería ser entendido como "un artista total" y no ser limitado a la definición de pintor porque su trabajo supera el área del dibujo. "Su aporte fundamental es haber redescubierto la gráfica en un sentido tal que exploró todo, desde la serigrafía, la litografía, grabado al azúcar; todas las técnicas posibles", señaló el crítico en un artículo. Cuevas publicó durante casi 25 años la columna Cuevario en el diario mexicano Excélsior, en la que relataba momentos de su vida personal.

Por su parte, el escritor Carlos Fuentes señaló en su día que la obra de Cuevas "se complace en la elección de figuras que precisamente han perdido su lugar o no tienen lugar en el mundo organizado de las relaciones sociales o tan sólo lo repiten de una manera grotesca, a la vez que caricaturiza y denuncia la endeble naturaleza de esa organización (...) Es el mundo del crimen, el mundo que ha salido del orden y que no puede encontrar su propio orden".

Obra La residencia de estudiantes I, 1997, de la serie de acuarleas expuesta en el Reina Sofía en 1998

Dueño de una fuerte personalidad, Cuevas se tomó fotografías cada día durante décadas, y su personalidad le mereció ser llamado "rupturista", "gato macho" y "niño terrible". Su rebeldía como artista le llevó a pintar en 1969 en una esquina de un barrio un memorable mural efímero calificado de un rechazo a la solemnidad de la escuela marcada por los tres grandes muralistas y que apenas pudo ser observado un mes al ser destruido por un incendio. También era famoso por atribuirse la designación de Zona Rosa para el barrio célebre por su vida nocturna en la que pintó su mural, al considerar que era un espacio que no era blanco (inocente), pero tampoco tenía una vida "roja" como algunos barrios de otras ciudades del mundo.

Durante su carrera, exploró toda clase de técnicas, desde la serigrafía, a la litografía, pasando por el grabado al azúcar. A la par que ganaba reconocimiento por la calidad técnica y expresiva de sus obras, muchas de las cuales pueden verse en el museo que en su honor se abrió en 1992 en lo que fue el Convento de Santa Inés en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Cuevas acumuló premios en México, que le reconoció en 1993 como miembro emérito del Sistema Nacional de Creadores.

A nivel global, Cuevas recibió el Primer Premio Internacional de Dibujo en la V Bienal de Sao Paulo, el primer Premio Internacional de Grabado en la I Trienal de Nueva Delhi y la Orden de Caballero de las Artes y de las Letras de la República Francesa. Además, su obra ha sido expuesta en varias ciudades estadounidenses como Tucson, Phoenix o San Francisco y en la mayoría de capitales de Latinoamérica.

Su última gran incursión expositiva en nuestro país data del año 1998 cuando el Museo Reina Sofía le dedicó una muestra que repasaba la trayectoria de Cuevas mediante más de ciento cuarenta piezas, fundamentalmente obras sobre papel y un conjunto de quince esculturas inéditas hasta entonces y reunidas bajo el título de Animales impuros. También incluía una interesante serie de acuarelas titulada La Residencia de Estudiantes (1997), realizadas a partir de los recuerdos que conservaba de los relatos de Madrid de Luis Buñuel.