Ferrán Barenblit, director del CA2M desde 2008
El Centro de Arte 2 de Mayo de la Comunidad de Madrid celebra sus cinco años al frente de la creación más contemporánea
Y en cuanto al personal, Ferrán Barenblit (Buenos Aires, 1968) es el nombre que casi desde su inauguración asociamos al CA2M. Llegó a Madrid hace cinco años procedente de Barcelona tras presentarse a un concurso público y dejar su puesto en el Centro de Arte Santa Mónica. Suyo es el ideario que atraviesa la antigua Casona de Móstoles de cabo a rabo, desde los montajes de la colección -siete contando el que inaugurará el próximo 7 de junio-, hasta los programas públicos y, por supuesto, las exposiciones temporales. "El argumento principal de todo lo que hacemos es un continuo cuestionamiento de la realidad a través del arte. La ironía, la complicidad con el espectador, el pensar con el cuerpo y la biopolítica están entre nuestros intereses. La visión crítica sobre el sistema económico y la observación de la historia son elementos recurrentes", explica.
Pero hay otros, comisarios jóvenes a los que el CA2M ha abierto sus puertas y que gracias al centro han encontrado el vehículo para mostrar sus tesis: lo hicieron, por ejemplo, Virginia Torrente en Gustos, colecciones y cintas de vídeo (2008); Sergio Rubira y Mónica Portillo en Imaginar-historiar (2009); Aimar Arriola y Manuela Moscoso en Antes que todo (2010); Andrés Mengs y, de nuevo, Torrente en Estación experimental (2011); Iván López Munuera en Pop politics (2012); y Javier Hontoria lo hará este año en Sin motivo aparente.
Vista de una de las salas de la exposición 5 años
- ¿Y cómo se compite con Dalí y desde Móstoles?
- No se compite. Bienvenido sea Dalí y el creciente interés de los madrileños por el arte contemporáneo, porque algunos buscan más y se acercarán hasta el CA2M para visitar Pop Politics o Halil Altindere. Estar en Móstoles es un activo impagable. Si tuviera la capacidad mágica de resituar el Centro en cualquier otro rincón de Madrid lo pondría exactamente donde está: no hay mejor lugar para trabajar, para pensar la ciudad contemporánea (lo que es equivalente a la sociedad contemporánea) que su área metropolitana.
Tercera planta del CA2M
- Con mucha satisfacción. Año tras año comprobamos como se van venciendo algunas de esas barreras invisibles y se incrementa el público local. Si tuviera que definir una estrategia para nuestro trabajo con la audiencia, hablaría de la voluntad de crear microcomunidades. Algunas son claramente detectables, como los adolescentes - un grupo muy definible porque son ellos mismos los que marcan las reglas de cómo acercarse a ellos. Los programas públicos cumplen una función clave no sólo para que vengan, sino para que esa vinculación sea intensa y a largo plazo. No obstante, el trabajo con la audiencia es una tarea que nunca tiene un fin, especialmente con el entorno más cercano.
En cuanto al modelo exterior, con la organización de las kunsthalles alemanas siempre en mente, el director ha trabajado estos cinco años con el Malmö Konsthall en Suecia o Salt Istanbul en Turquía; en México, con el Museo Carrillo Gil, el Museo de la Ciudad, el Museo Amparo de Puebla; en Argentina con el Castagnino Macro de Rosario. Además, hace dos años entre ocho centros situados en áreas residenciales como el CA2M creamos Cluster, como un espacio en el que compartir experiencias y estrategias. El Showroom de Londres, Casco de Utrecht, Tensta Konsthall de Estocolmo, Les Laboratoires en Aubervilliers, CAC Bretigny, Parasite en Lubljana e Israeli Center for Digital Arts en Holon están en la red. "Sí -responde tajante a la pregunta de si es el momento de este tipo de espacios más pequeños- este centro tiene más posibilidades que otros. La Comunidad de Madrid acertó en su dimensión".