Gordillo y Arroyo: "Aún somos independientes en un mundo en el que todos pintan lo mismo"
Los pintores se reúnen en una exposición en Ivory Press a partir de una fotografía que les realizó Jordi Socías y de la que surgió esta colaboración a tres bandas
1 septiembre, 2011 02:00Los pintores Luis Gordillo y Eduardo Arroyo retratados por Jordi Socías en una foto de la que ha resultado la colaboración de los tres para la muestra CA-RO-TA.
Como trío de mosqueteros, pero en vez de con espadas, con mucha cara, despacha a sus entrevistadores en Ivory Press la asociación "de canallas" (así se han bautizado) integrada por Eduardo Arroyo, Luis Gordillo y Jordi Socías. Su D'Artagnan en esta unión de talentos en forma de exposición ha sido Elena Ochoa, dueña del espacio, que les propuso dar alas a un embrión gestado a partir de un retrato de Socías a los dos pintores. En él, un Arroyo burlón luciendo traje de chaqueta y con la cara pintada de payaso estrecha la mano a un Luis Gordillo que se esconde tras una máscara de Luis Gordillo, coronada con unas orejas de Mickey Mouse. "Nos gustaron mucho la idea y el resultado y nos quedamos con ganas de ampliar la colaboración. Se lo comentamos a Elena y ella se ofreció, y desde entonces hemos sido la banda de los cuatro", arranca Arroyo, hoy sin maquillar, en la planta superior de Ivory observado por sus propios cuadros y por aquella serie de fotos concebida por Jordi Socías.Y es que de esas ganas de convertir la tanda de retratos en un proyecto conjunto ha surgido CA-RO-TA, una muestra que se inaugura en la sala madrileña el próximo día 7 y que de forma somera pero rotunda explora el mundo del retrato en general y del rostro y la máscara en particular. "Son, sobre todo, personajes enmascarados", precisa Socías. El nombre, claro, ha surgido del ingenio amigo del juego de palabras que practica Gordillo, quien creó este vocablo híbrido y separado por sílabas pensando en jugar con estos conceptos y, a la vez, remitir a las siglas de una empresa ficticia. "A mí me parece un nombre brillante", sentencia Arroyo, a quien Gordillo interrumpe enseguida con un soplido: "En esta moda de buscar un título, que es una tarea insoportable que nos vuelve locos a los pintores, CA-RO-TA me pareció el menos malo".
El caso es que los tres insisten en que esta ha sido una evolución natural a partir de la convocatoria de Socías para la mencionada foto, y de cuya "fuerza parlante" ha emergido, además, la que ha resultado ser la primera colaboración Gordillo-Arroyo. "Aunque hemos estado juntos en casi todas las colectivas de los últimos 40 años, esta es la primera vez que hemos trabajado de forma conjunta, llamándonos", distingue Arroyo. Al hilo, Gordillo explica que para la propuesta ha creado piezas concretas, pues a diferencia de sus compañeros, el retrato no es su campo. "Bueno, lo es y no lo es, porque podríamos decir que mi obra es toda ella un autorretrato. En esta ocasión he tomado material que tenía en el estudio y lo he ido dirigiendo hacia lo que buscábamos, y esto es algo nuevo, porque mi obra por lo general no es figurativa".
Por su parte, Arroyo, que ha frecuentado mucho el género del retrato, al que define como "el paisaje ideal", ha elegido obra relacionada con su recurrente personaje Fantomas, que a sus ojos es "extraordinario y muy literario" y que además esconde una vieja obsesión suya de disfrazar a muchas personas con su careta, como se aprecia en la muestra, en el que cruza la imagen su imagen con la del hombre invisible, que también le interesa mucho. A quien no se atreve a pintar el murciano es a las mujeres: "Me parece un ejercicio interesante, pero soy incapaz de retratar a una mujer viva, siempre pienso que el modelo nunca estaría contento, por eso accedí a retratar al Rey pero me negué y me niego a hacer lo propio con la reina".
La máscara y sus significados
La enjundia del concepto de máscara les ha permitido a los tres reflexionar sobre los distintos significados que se derivan de él, pero han eludido aquellos relacionados con asuntos como "el carnaval, que es una cosa muy triste", rechaza Arroyo, "o la tomatina", le secunda en tono jocoso su colega sevillano. Socías se impone entre las risas de los pintores y es quien pone orden y nombre al fondo de la muestra: "Lo que nos interesa es la máscara como forma de presentar distintas personalidades, es un elemento descarado que además posee un lenguaje oculto. Porque hay una parte muy canalla en esta historia, y de hecho ellos dos son dos canallas con talento". Gordillo vuelve al chiste: "¡Ya quisiera yo ser eso!", mientras Arroyo se pasa al equipo serio y aporta un nuevo matiz al tema: "También me interesa lo que la máscara esconde. Cuando vemos a alguien enmascarado siempre queremos conocer quién está detrás, de la misma manera que a mí me encantaría saber qué es lo que ocurre detrás del lienzo mientras yo estoy pintándolo. La máscara es a la vez un fenómeno de exposición y de ocultamiento". Gordillo zanja de nuevo con la virguería de letras: "Es una cuestión de descaro, de DES-CA-RO-TA".
Y entre tanto retratar a los demás, se les pregunta qué tal se les da eso de retratarse a ellos mismos. Socías, que tanto se ha especializado en el género, sólo cuenta con tres autorretratos. Gordillo, algunos más, y Arroyo bastantes. ¿Y con palabras? ¿Serían capaces de retratarse, de enmarcarse dentro de su contexto artístico? Para Gordillo, él y Arroyo son "dos revolucionarios", porque, amplía, la suya fue una manera de cambiar la una estética española muy negra y dramática y llenarla "de una obra colorista, irónica y relacionada con la imagen. Ocupamos ese sitio, nos lo hemos ganados". Ahora es Arroyo quien sale por la tangente: "Somos como dos barquitos que naufragan en la mar, en las procelosas aguas del arte contemporáneo. Y somos suficientemente independientes en un mundo donde todos hacen lo mismo y pintan lo mismo. Somos de los últimos en abordar el arte o la pintura de la manera en que nosotros la hemos abordado, y para eso nos hemos metido todos los días en el estudio". Y Gordillo de nuevo: "En el estudio y sin jubilarnos, por eso ha sido posible reunirnos en torno a esta fotografía madre de Socías, sin complicaciones, de manera natural. El génesis, el por qué todo vino de esa foto, es lo más interesante de todo".