Image: Seductor Burtynsky

Image: Seductor Burtynsky

Arte

Seductor Burtynsky

Oil

5 marzo, 2010 01:00

Socar Oil Fields #3, Baku, Azerbaijan, 2006

Galería Arnés y Röpke. Juan de Mena, 12, 1°D. Madrid. Hasta el 6 de abril. De 7.750 a 26.000 E.


Es uno de los fotógrafos canadienses más afamados, pero de una escuela diferente a la más conceptual, en la estela de Jeff Wall, radicada en Vancouver. En realidad, está más cerca de los alemanes de la escuela de Düsseldorf, estilo Andreas Gursky, en la que la ordenada e impactante presentación de la información visual es lo primordial. Puede resultar extraño que se afirme esto de alguien que ha dedicado su carrera a mostrar los efectos de la industrialización sobre el planeta, pero lo cierto es que las fotografías de Edward Burtynsky (St. Catharines, Ontario, 1955) parecen siempre realizadas para ilustrar el reportaje central de una revista dominical. Le pasa como a Pierre Gonnord, cuyas obras se han podido ver hasta la semana pasada en la sala Alcalá 31.

La técnica como argumento
La perfección en las luces, las texturas representadas, los contrastes cromáticos, las composiciones impecables... el argumento no es el sujeto o el paisaje, es la técnica. Hay dos datos muy reveladores en la biografía de Burtynsky. Uno es que su padre trabajaba en la fábrica de General Motors en su localidad natal, lo que despertó desde niño su interés por la industria. En esta exposición, centrada en el petróleo -en las diversas fases de su producción y consumo- como agente transformador del medio físico, ese detalle tiene particular relevancia, pues es el automóvil uno de los principales responsables de la demanda de esa materia prima.

El segundo dato biográfico significativo es la fundación, en 1985, de Toronto Images Works, un laboratorio y centro de formación de fotografía que todavía preside. En la web de su empresa, Burtynsky dice sentirse orgulloso de la calidad y la pericia técnica que ofrecen a sus clientes. Él mismo se vale de esas cualidades para responder a trabajos de encargo, particularmente para arquitectos que desean el "retrato" más agraciado de su edificio. Algo parecido hace con los paisajes desoladores a los que se enfrenta con su cámara: los presenta a la luz más favorecedora y siempre resultan sorprendentemente bellos. Para muchos esto será una virtud. Puede que lo sea, pero también hay que considerar que estas imágenes son falaces.

El preciosismo del petróleo
Esta larguísima serie sobre el petróleo, cuyo inicio se remonta a 1997, ha dado lugar a un lujoso libro y a una exposición que lleva años itinerando por importantes museos. No es su serie más "estetizada". Frente a las de minas, trazados ferroviarios, vertidos, canteras o barcos, ésta resulta relativamente austera. No obstante, en las fotos elegidas para la muestra no deja de observarse el preciosismo con el que se persiguen, desde un punto de vista elevado, los reflejos, los juegos lineales, los sutiles matices cromáticos... Dice Burtynsky que busca el diálogo entre la seducción y el miedo. Pesa más la seducción.