Image: Pedro Cabrita Reis

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Arte

Pedro Cabrita Reis

Hamburger Kunsthalle. Hamburgo (Alemania). Del 31 de octubre al 28 de febrero. www.hamburger-kunsthalle.de

4 noviembre, 2009 01:00

A propos des lieux d'origine #1, 2005. © Collection Musée d'Art Moderne, Grand-Duc Jean, Mudam Luxembourg

Con sesenta trabajos, esta de Hamburgo es una de las exposiciones más extensas realizadas por el artista portugués Pedro Cabrita Reis, uno de los escultores más importantes de su generación.

Pedro Cabrita Reis es sólo uno de un buen número de artistas portugueses que destacan en el campo de la escultura. Nacido en Lisboa en 1956, desde los inicios de su trayectoria mostró un interés por la arquitectura y por lo que en ella acontece aunque su medio principal hasta mediados de los años ochenta fuera la pintura. Los modos de habitar el espacio, los materiales con los que convivimos, cómo se relacionan entre ellos y cómo afectan a los diferentes contextos; nuestra forma de distribuir la mirada en torno al lugar, lo industrial y lo precario, lo encontrado… Son todos ellos temas centrales en su trabajo. Ahora la Kunsthalle de Hamburgo, que es una de las instituciones más importantes de Alemania, le dedica una extensa exposición compuesta por más de 60 piezas de todas las etapas de la ya prolija trayectoria del portugués y de otros realizados para esta muestra, que ocupará la totalidad de la gran sala inferior del centro alemán. Comiariada por Sabrina Van der Ley, nueva responsable de exposiciones de la Kunsthalle, la exposición viajará más tarde al Musée Carré d'Art en Nîmes y a la Colección Berardo de Lisboa.

Cabrita tiene estos días una presencia importante en la Bienal de Lyon con dos trabajos realmente imponentes. Uno de ellos ocupa una nave en el sur de la ciudad, cerca de la Sucriére, la sede de la Bienal, que el artista ha convertido en un espacio en el que parecen materializarse los haces de luz, con multitud de esbeltas varillas fluorescentes que se disponen aleatoriamente en la nave. Es un trabajo que resume de forma concisa y clara buena parte del universo estético del artista. Se encuentra la pieza a medio camino entre lo tangible y lo inasible, entre lo perpetuo y lo efímero. Y es que tanto valor tiene para el artista el material, muchas veces tosco y rotundo, como las sensaciones fugaces que depara la contemplación del entorno. Tan importante es un bloque de ladrillos como la estela de la mirada porque, aunque lo lógico es adscribir a Cabrita en términos escultóricos donde se imponen la objetualidad y la tridimensionalidad, existe en su trabajo la posibilidad de detenerse ante nociones inaprensibles. Insiste el artista en la necesidad de subrayar la posición del sujeto en el espacio, un sujeto que camina al encuentro del objeto que no es sino un "otro" con el que necesariamente habrá que entablar una relación directa.

Todo vale para Pedro Cabrita. Dice que no suele pasar demasiado tiempo en el estudio, que buena parte de su trabajo nace de sensaciones que nacen en sus paseos, sus lecturas… Todo parte del dibujo, tembloroso y frágil, una línea que crece y se hace forma. Sus trabajos ofrecen diversas posibilidades de percibir la experiencia, que, cálida, se filtra entre reflexiones en torno a la arquitectura y el arte. Las referencias a hitos de la historia del arte, a través de geometrías y otros guiños más directos, son cristalinas como también lo es la voluntad de hablar del lugar vivido. Y todo desde un sistema de representación sencillo y básico que huye de todo artificio para así acceder al brillo luminoso del "diamante en bruto", como ha afirmado el artista en no pocas ocasiones a la hora de definir su trabajo.