Arropado por una estruendosa ovación de su equipo, Miquel Iceta ha ocupado este martes el atril del salón de actos del hasta ahora Ministerio de Cultura y Deporte, que a partir de ahora será solo de Cultura, para traspasarle la cartera ministerial a su sucesor, Ernest Urtasun.
“No conseguirán que me emocione, vengo llorado de casa”, ha exclamado Iceta al comienzo de su discurso, antes de saludar especialmente a Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona, presente en el acto debido a su cercanía con el nuevo ministro. También ha saludado a Íñigo Méndez de Vigo, exministro de Educación, Cultura y Deporte durante el Gobierno del Partido Popular, a quien ha calificado como un “caballero” y, precisamente por ser del eterno partido rival del PSOE, como un buen representante de “la continuidad institucional” y “los buenos modos” en política.
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Después de dar las gracias a los trabajadores del ministerio y a su equipo por “soportarle” en estos “maravillosos” años —“los dos mejores años de vida”, ha llegado a decir, y eso que ha tenido “una vida muy entretenida”—, así como al presidente Pedro Sánchez por haber confiado en él, ha dado por “bien empleado el tiempo” en el que ha estado al frente del Ministerio de Cultura. Esta misma mañana ha compartido en su blog una lista de las actuaciones que ha hecho durante su mandato, en la que destacan el proyecto de la Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual, la aprobación de una parte del Estatuto del Artista, la creación del Bono Cultural Joven o la Creación de la Oficina Española de Derechos de Autor y Conexos. En resumen, lo que ha hecho responde, dice, “a un programa de gobierno de coalición progresista; lo he hecho yo y lo hará ahora el ministro Urtasun”.
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Iceta se ha mostrado “molesto” con quienes dicen que Cultura es “un ministerio menor”. “¿Menor de qué? Este es el ministerio de la vida y la alegría, de la creación, de todos aquellos que quieren cambiar el mundo y mejorarlo”, ha expresado antes de agradecer “la complicidad y el impulso” de la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz para “abrir camino al Estatuto del Artista”. Por último, ha finalizado su discurso con una recomendación a la ciudadanía: “Les invito a que nos exijan más cultura, porque con más cultura tenemos una mejor sociedad, más vida, más alegría y más inteligencia, y creo que eso nos lo merecemos”.
Urtasun se mira en el espejo de Semprún
Tras la escenificación de ese traspaso de cartera, con la presencia de la vicepresidenta primera del Gobierno, Yolanda Díaz, ha tomado la palabra el nuevo ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que ha advertido a los presentes de que tras “la intervención inteligente, culta y simpática” de Iceta, él iba a leer “una cosa aburridísima”.
Urtasun ha comenzado afirmando que es “un placer y un honor” recibir la cartera de Cultura “de manos de un amigo” al que le unen “cosas amadas” como “Cataluña, el catalán y la ciudad de Barcelona”.
El nuevo ministro de Cultura confiesa, al igual que hizo Iceta el día en que recibió la cartera, haber sentido “vértigo” al contemplar los retratos de sus antecesores en el cargo, entre los que ha mencionado a Jorge Semprún, Jordi Solé, Carmen Alborch y José Guirao.
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A Semprún, un personaje que le “fascina a nivel personal”, ha dedicado Urtasun parte de su discurso, calificándolo como “el escritor y político de la memoria antifascista, expatriado en Francia, preso en el campo de concentración de Buchenwald, que tuve oportunidad de visitar de niño y fue una de las cosas que más me impactaron en mi primera conciencia política”, ha dicho. “En Semprún está todo lo que conviene recordar hoy: la cultura como antídoto contra la barbarie, garantía de una democracia plena, pilar de un proyecto colectivo europeo basado en los valores de la libertad y la fraternidad”.
También ha dicho que las lecciones de Semprún conservan su vigencia hoy en “una Europa en la que fuerzas y gobiernos conservadores y ultraconservadores más interesados en las guerras culturales que en la cultura tratan de afianzar sus relatos excluyentes; relatos que apelan al miedo, a las fronteras, a la desmemoria, negando la diversidad lingüística o afectivo-sexual, ejerciendo el veto y la censura de la producción literaria y artística, convirtiendo a los creadores en enemigos y bloqueando, desde el odio, el poder de la cultura para mejorar y transformar el mundo”.
“Este ministerio debe ser, en este sentido, una expresión de lo que hoy ya es España: una intersección de culturas, de lenguas, de patrimonios diversos que debemos cuidar, proteger y difundir. Hablamos, amamos y creamos en gallego, en catalán, en castellano, en euskera, en La Mancha, en Balears, en Aragón o en Andalucía. Somos esa pluralidad, somos por suerte esa riqueza y a ese lugar de encuentro debemos seguir avanzando”.
La actual sede del ministerio de Cultura, la Casa de las Siete Chimeneas (cuyo origen se remonta al siglo XVI), fue hace un siglo la primera sede del Lyceum Club Femenino, la asociación cultural feminista a la que estuvieron ligadas María de Maeztu, Victoria Kent, Clara Campoamor, Zenobia Camprubí o María Zambrano. “A todas ellas las tenemos hoy muy presentes en nuestra memoria y en nuestras políticas”, ha dicho Urtasun.
El nuevo ministro ha dicho que velará “por los derechos culturales de la ciudadanía” y, en primer lugar, “el derecho a la libre expresión”. “Hemos conocido en tiempos recientes en Europa, también en nuestro país, vetos a cantantes, censura de espectáculos, de conciertos, de obras de teatro, incluso de películas infantiles”, ha afirmado en una clara alusión a los recientes casos de espectáculos cancelados por parte de ayuntamientos gobernados por PP en coalición con Vox. “Este ministerio se abraza al derecho a la libre expresión y seremos firmes en esto, porque no hay derecho a al cultura sin libertad de expresión”.
Urtasun también ha hecho hincapié en el derecho al acceso a la cultura como un factor clave para reducir la desigualdad, y en este sentido “la infancia va a ser protagonista, como ya lo es, de este ministerio”. Por último, ha prometido fomentar el “derecho a la participación en la vida cultural”, así como cuidar “las condiciones laborales que garantizan la creación artística”, por lo que el Estatuto del Artista será una de las prioridades de su departamento.
También hará hincapié en una concepción de la cultura que refleje la pluralidad de España, especialmente la “pluralidad lingüística como patrimonio cultural común”. Por último ha recordado a Montserrat Roig, “otra mujer pionera y libre decidida a transformar el mundo, una referencia cultural de nuestro país”, a la que ha citado en su catalán original culminando con la expresión “cultura es el aire que respiras”.
Por último, ha afirmado: “Vamos a levantar la bandera de la cultura frente a la censura y el miedo, en la calle, en los medios de comunicación y en las redes sociales, donde sea”.