Dilemas morales: finalistas
Concurso de microrrelatos conducido por Juan Aparicio Belmonte
23 diciembre, 2021 18:02Hola, amigos.
La era de la información es, más bien, la de la publicidad. El algoritmo sabe quiénes somos mejor que nuestras familias y por eso en la pantalla se nos abren unas ventanas y otras no. La información que importa no es la noticiable, sino la que habla de nuestra personalidad, la que delata nuestros anhelos a las empresas al acecho. Y cuando menos te los esperas, te salta un anuncio que te ofrece el jersey que no creías o sabías necesitar (pero el algoritmo sí). Sobre esto escribiremos la semana que viene, sobre la omnipresente publicidad. A partir del lunes.
Veamos, entre tanto, quiénes son los finalistas de la semana dedicada a los dilemas morales:
Androide
Atormentado por atropellar y matar a un anciano, compró una soga, la amarró a un árbol y se columpió un par de horas para relajarse.
Sito
Este dilema lo va a resolver el azar —pensó mientras lanzaba una moneda. Luego bajó del tejado y siguió con la vida que tan poco le gustaba.
Sito
El verdugo levantó el hacha, atinó al cuello del reo y exclamó: ¡no puedo!, este hombre tiene cara de bueno.
Elorror
Mientras, en la trinchera, decidía si disparar o no a matar, una bala le atravesó limpiamente la frente.
Gatillo 2
El cazador observó al lince por la mira del rifle.
Su dedo fue más rápido que la conciencia.
Maibe
Le dijo que parecía querer más al coche que a ella. Él sonrió, pero pasó el resto de la tarde meditabundo.
NIña la Puebla
Después de años denunciando la corrupción, comprobó que a los votantes no les importaba. No rechazaría más sobres.
Cuauhtémoc
En el confesionario, reconoció que también se acostaba con el cura de la otra parroquia. El padre Lucas no supo si absolverla o no.
Pablo Cavero
El oncólogo le dijo que le quedaban unos días, pensó vengarse de personas pero acabó retomando amistades.
El Gordo
Mira a su esposa a través de la celosía del patio y recuerda lo que pensó la primera vez que la vio tras la celosía del confesionario.
Miguel Á. Molina
De él dependía que muriera el dictador y población civil o lograr que el avión no arrojara las bombas. Cerró el libro y se acostó a meditar.
Zaci
Mientras intentaba decidir si salvaba a la madre o al bebé, perdió unos segundos preciosos.
Mosi
Una mañana la alcaldesa descubrió que no se atrevía a mirar a los ojos a sus hijos y, por unos instantes, pensó en dimitir.
Khamisi
Después de cinco días sin llevarse nada al estómago, se sorprendió a sí mismo observando con interés el cuerpo del piloto de la avioneta.
Ramón J.
Dice que cada día de los 20 años que se ha librado de la cárcel por inculpar a su hermano, los ha pasado sufriendo grandes dilemas morales.
Cicely
Tras la gran explosión, se sacó una mota del ojo. Es tierra, exclamó, sopesándola en el dedo, no sé si no serán ya demasiados planetas.
Pilar Alejos
Al soldado le asaltaron las dudas cuando le ordenaron disparar y, frente a la mirilla, reconoció a su hermano.
Chausiku
Se aproximaban ya los rebeldes armados y los aldeanos dudaban entre ocultarse en el bosque o salir a recibirlos con los brazos abiertos.
Loreta
Le remordía la conciencia dejarlo así, entonces, volvió sobre sus pasos y terminó de descargar su pistola sobre el cadáver.
Cuauhtémoc
Después de más de dos horas sopesando el mismo dilema, decidió, una vez más, seguir en la cama.
Y uno, de regalo:
Ramón J.
Aunque dudaron cuando el cura les advirtió que se quedarían ciegos si se masturbaban, ellos prefirieron asumir el riesgo.