Nuevas oportunidades: finalistas
Y los veinte poemas finalistas son:
Kamikaze
En el valle de la madrugada
acechan insomnes cuchillos de bilis
sobre centrifugados vecinales.
Juanvi
El sol se ha adentrado en un túnel
de ángeles custodios de infortunio
Se oyen gemidos de aquel éxtasis.
Ana Marìa
Desaguan los miedos en el reflejo del espejo / Tras el hechizo / la bailarina se viste de gala.
Rosalía Ajamil Sánchez
Extravió su horizonte,
entre extrañas curvas,
halló infinitos, círculos perfectos.
Medea
Caminé peregrina entre desiertos
por una huella de salada esperanza
construí pirámides con el látigo soleado.
Frida Roffe
Recomencemos el rugido
como águilas en busca
de montículos de flores de cerezo.
Pilar Alejos
Llueven palabras en cursiva
sobre su piel de papel
y germina su tinta derramada.
Eliseo
Soy tachadura
Caligrafía entre dos líneas
Vicio sellado con cenizas.
Rumor
Vidas en barbecho ávidas de siembra
De simiente que implore lluvia
Para recitar miles de versos fértiles.
Islandés
Girasoles anclados al secarral
fantasean con bronceados caribeños
entre hidratantes daiquiris.
Titiritero
Sueña la obrera entre mieles optimistas
zanganear como virtuosa del ukelele
en turquesas sombras maorís.
Mari Carmen Pavón
Vendó sus ojos ante la tormenta de arena.
En la lejanía, cargado con viandas,
se aproximaba el dromedario.
Gambela
Podría alcanzar la cresta del viento
y asomarme al borde de la chistera.
Me sostiene la suerte del funámbulo.
María José Viz Blanco
Araño el muro que me aleja
de jardines perfumados y fuentes secretas
y mis uñas se quiebran.
Laoconte
He bajado las escaleras de arena
que suben hacia una luz de arcilla y leche
ciega y tiernamente desbordada.
Peibol
Levita el sueño oxidado
sobre las garras del fango
olisquea un valle inédito.
Pablo Cavero
Resucita el corazón del guerrero
en el resquicio del mapa de luz
donde brota la nieve.
Marta
En el laberinto de neones de la noche
baila el néctar de ámbar y espuma,
desciendes la cima humeante de la escalera de copas
Natalio Linaceros
Era sólo ficción ese albedrío
pues el azar bailaba entre mis dedos
como un hilo tensado por el plomo.
Vianey Valdés
Se ha secado tu vieja consigna;
las membranas del foso que dejaste
se niegan a morder un fragmento de sol.
Tema de la semana que viene: “Vuelve la noche”.